Columnas

Hoy vs 1982

Teorema

El 7 de marzo de 1982 hubo elecciones generales. Se declaró como ganador a Ángel Aníbal Guevara. En aquella lejana fecha, como ahora, la gente gritó: ¡Fraude!

Pero hay muchas diferencias con la efeméride actual. La administración del presidente Romeo Lucas apoyaba abiertamente a Guevara. Además, el suyo era un régimen despiadado, déspota, autoritario, tiránico…

Hoy, el presidente Morales se muestra lejano, reservado, ausente. Está claro que no apoya el fraude cometido (los resultados del lunes 17 difieren de la intención electoral expresada en las urnas). Pero tampoco se le ve comprometido con la transparencia del proceso. Las dudas recaen sobre el TSE y el sector Justicia.

En 1982 los ciudadanos sentían miedo, sabían que había riesgo mortal. Personajes como Donaldo Álvarez, Germán Chupina, Jesús Valiente Téllez, Pedro García Arredondo y otros de igual calaña les recordaban permanentemente que aquel era un régimen de terror.

Hoy la gente no tiene miedo. El pasado jueves 27, un magistrado titular del Tribunal Supremo Electoral –TSE–, Jorge Mario Valenzuela, amenazó con denunciar penalmente a quienes señalaran públicamente la existencia de fraude. Su intento de intimidar fue tomado como una fanfarronada proveniente del TSE, cuyo descrédito carece de precedente. La bravata de Valenzuela solo sirvió para despertar burlas sobre la arrogancia de los más inútiles, incompetentes, ineptos y negligentes funcionarios de todo el país.

En 1982 los candidatos cuyas aspiraciones presidenciales aquel fraude frustró, solo eran tres. Pero no por ser pocos carecían de valor. Ante el natural temor de perder la vida, mostraron firmeza. Se unieron en lo que llamaron “La Unión Opositora” para buscar que prevaleciera la ley.

Hoy, que son 16, el único peligro que enfrentan son las amenazas insulsas del magistrado Valenzuela

Mario Castejón García-Prendes escribió en su libro “Adiós al mundo de ayer” en el capítulo “La Unión Opositora en la Historia”: Una tarde de marzo de 1982, se decidió la suerte del gobierno de Lucas García. En el hotel Ritz Continental, las fuerzas políticas de oposición se dieron la mano en contra del fraude. Se estaba marcando el final de un gobierno autoritario y violento, que no tenía ningún respeto por la vida humana. (Tomado de “Testigo de los testigos” de Alejandro Maldonado Aguirre, página 443)

Una tarde, a mediados de marzo de 1982, partieron del Hotel Ritz (6a Avenida “A” y 10ª Calle Zona 1) Gustavo Anzueto Vielmann y Luis Alfonso López; Alejandro Maldonado Aguirre y Roberto Carpio Nicole, Mario Sandoval Alarcón y Leonel Sisniega Otero. Los acompañaban periodistas nacionales y extranjeros, así como algunos partidarios y ciudadanos indignados.

La revista Time, publicada el 22 marzo de 1982, en sus páginas 24 a 32 resumió aquella gesta en los siguientes términos:

“En las calles se puede escuchar el eco de los disparos, y en el ambiente se pueden observar nubes de gas lacrimógeno. Una falange de policías con camisa azul máscaras antigases y cascos de acero bloquearon una avenida en el centro de la ciudad de Guatemala y apuntaron con sus rifles hacia seis hombres desarmados que avanzaban con sus manos hacia arriba, como prisioneros de guerra. Uno de esos hombres tenía en sus manos un folder manila fuertemente agarrado el cual contenía una carta dirigida al Presidente que está por terminar su mandato, el general Fernando Romeo Lucas García, acusándolo de fraude electoral en las elecciones de la semana pasada y solicitando que se realicen nuevas elecciones. Ellos nunca pudieron entregar la carta ya que lo hizo la policía, esos 6 hombres forman parte de un respetable grupo: tres excandidatos presidenciales y sus tres compañeros de fórmula. La semana pasada cuando se dirigían al Palacio Presidencial, los detuvo un grupo de policías encabezado por un oficial que les mostraba con altanería una 45. Uno de los candidatos protestó: “Hemos venido en paz sin armas… no comprendo su actitud”. Repentinamente alguien lanzó una bomba lacrimógena que dispersó al grupo de periodistas que acompañaba a los candidatos (Tomado de “Testigo de los testigos” de Alejandro Maldonado Aguirre, página 441)

Con honrosas excepciones (*) los candidatos de hoy han sido incapaces de agruparse para denunciar el fraude cometido. En vez de hacerlo, siguen profiriendo mutuos oprobios y falsas “noticias”. La defensa del principio que establece que la soberanía radica en el pueblo ha quedado en manos de honorables ciudadanos que hoy lideran a la población para que muestre su indignación y se manifieste dispuesta a pelear por el más legítimo de sus derechos civiles.

(*) Debo, en honor a la verdad, citar por su nombre a los candidatos que han dado muestras de entereza al denunciar abiertamente el fraude cometido. Entre ellos, he visto a Edmund Mulet, Manuel Villacorta, Estuardo Galdámez y Luis Velásquez. Me dicen que Danilo Roca, Freddy Cabrera y Mauricio Radford algo hicieron, pero no me consta.

Los ciudadanos que entregaron a estos candidatos su confianza al votar por ellos, habrán de sentirse satisfechos con la decisión que tomaron.

TEXTO PARA COLUMNISTA

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José Fernando García Molina

Guatemalteco, 67 años, casado, dos hijos, ingeniero, economista.Tiene una licenciatura en ingeniería eléctrica de la Universidad de San Carlos, una licenciatura en ingeniería industrial de la Universidad Rafael Landívar –URL–, una maestría en economía en la Universidad Francisco Marroquín –UFM–-, estudios de especialización en ingeniería pentaconta en la ITTLS de España.

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