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Viviendo de apariencias

Poptun

Seguramente ha escuchado el refrán “Comer frijol y eructar pollo”, que es una forma de reprimenda hacia quienes poseen gustos caros y finos, pero no cuentan con posibilidades económicas para satisfacerlos.  Esas personas igualmente adquieren los productos, sin el respaldo económico con el único fin de aparentar que tienen dinero y no son pobres.

Si bien es válido e importante soñar en grande para alcanzar el éxito, no es correcto cuando esas ventajas se logran en perjuicio de los demás, porque la mayor grandeza en un mérito propio no precisa de humillar al resto.

Guatemala tiene un índice de pobreza del 83 por ciento y la tasa de desnutrición crónica infantil más alta de América Latina y el Caribe y una de las mayores del mundo, con un 46.5 por ciento en niños menores de 5 años.

Pese a estas carencias, y que ubican al país entre los más pobres, el gobierno se resiste a reconocerlo, y encima  quiere aparentar lo contrario. Quienes ahora dirigen el país, persiguen una vida de “ricos y famosos” al anticipar compras injustas sobre las obligaciones más elementales hacia los grupos menos favorecidos, y que para salir adelante requieren de ayudas gubernamentales para sobrevivir.

Una de las prioridades, es revertir la desnutrición crónica infantil que sobresale a nivel mundial. Si un niño padece desnutrición crónica, eso repercutirá en su desarrollo físico y mental provocando un daño irreversible. Esto significa que aunque esos niños posean el afán de estudiar y superarse en la vida, no lo van a lograr porque tendrán dificultad para aprender, y más tarde para  trabajar o desarrollar otras actividades, pues física y mentalmente tienen limitaciones, con lo cual su calidad de vida se reduce.  

Otras de las prelaciones es impulsar políticas sociales encaminadas a otorgar acceso generalizado a servicios básicos de calidad. Una de esas actividades es conceder una educación gratuita de excelencia a esa población que vive en pobreza, puesto que a través de ésta se puede alcanzar el desarrollo de la persona y de la nación. La preparación académica es uno de los presupuestos para incrementar las posibilidades de encontrar una ocasión laboral en el ámbito privado y público. La formación, es una vía para que una persona permanezca actualizada y preparada para nuevos retos y alcance el crecimiento personal.

Es lógico pensar que si una persona no ostenta una buena educación, su proyecto de vida se frustra porque no podrá encontrar oportunidades laborales que le procuren salir de la pobreza y de obtener un salario decoroso que lo transporten a disfrutar una subsistencia digna.

La compra de dos aviones por Q215 millones a la Fábrica Argentina de Aviones (Fadea), decisión que se toma unos meses antes que se entregue el mandato presidencial, sin duda es cuestionable y lamentable porque es nociva para los grupos en condiciones de vulnerabilidad, más cuando se ignoran mandatos constitucionales que demandan que el Estado de Guatemala se organiza para proteger a la persona y a la familia y su fin supremo es la realización del bien común.

Indudablemente el refrán “Dime con quién andas y te diré quién eres”, es la base que determina la forma de actuar del gobierno que olvida el bien común y las necesidades primordiales del pueblo y de la niñez que literalmente muere de hambre, para preponderar los intereses de sus amistades y personas cercanas para ganar réditos políticos coyunturales.

Con esta compra anómala y carente de transparencia, el gobierno se burla de la pobreza de Guatemala, humilla y discrimina a los más vulnerables, al no permitir que prevalezcan sus insuficiencias.  La decisión de la compra, es una actuación incomprensible e incompatible con la realidad económica de nuestro país, sin embargo esta administración constantemente se ha concentrado en individualismos y a manifestar un “paladar de rico con un bolsillo de pobre”, que le falta  el “sentido común” y se dedica a darse “ínfulas de grandeza y de vivir de apariencias”.

TEXTO PARA COLUMNISTA

Lea más de la autora: https://elsiglo.com.gt/2019/07/04/necesidad-de-cambio-de-paradigmas-en-el-sector-justicia/

Mireya Batún Betancourt

Abogada, Notaria y Licenciada en Ciencias Jurídicas y Sociales, postgrado en Criminología, especialista en ejecución penal con estudios en Doctorados de Ciencias Penales y Derecho Constitucional Internacional.

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