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Necesaria formación universitaria

Antropos

Hoy más que nunca la universidad adquirirá legitimidad en la sociedad guatemalteca en la medida que se generen conocimientos y una debida formación profesional con verdaderas competencias de calidad que permita disminuir las profundas desigualdades sociales de nuestro país y a su vez, disminuir las inmensas brechas científico-tecnológicas respecto a los países desarrollados.

Requerimos  una reestructuración de la educación superior guatemalteca que debe partir de políticas educativas sólidas que, con sentido crítico y realista, les permita contribuir al desarrollo nacional mediante sus aportaciones de conocimientos para enfrentar los retos del futuro.

En este sentido son muchos los aspectos que se podrían abordar, pero  parece que una de las líneas de trabajo es  la renovación permanente que viabilice modificar de forma flexible y constante los procesos académicos como los de gestión y organización institucional. En este ámbito, un aspecto a considerar  es la integración y puesta en marcha de nuevos recursos didácticos y modalidades innovadoras mediante la incorporación de las tecnologías de la información y la comunicación.

Estas tecnologías recogen una serie de aspectos que viabilizan todos los procesos de aprendizaje por medios virtuales que facilitan la acción educativa, y permite descentralizar a través de estrategias pedagógicas como la educación a distancia, la puesta en práctica de nuevas carreras en el interior del país, o bien,  fortalecer  programas de posgrado con otras universidades del mundo. Asimismo  abre las puertas para la creación de las bibliotecas digitales.

Por otro lado, a través de la flexibilización curricular de las carreras, la universidad debe reorganizarse para ofrecer a sus alumnos programas de formación profesional y de investigación en el ámbito de una gran diversidad de ambientes  tales como laboratorios, talleres, trabajos de campo, archivo y bibliotecas virtuales en el marco del nuevo paradigma educativo del aprendizaje.

Se requieren conocimientos y competencias fundamentales, como comprensión de lectura, cultivo del pensamiento lógico-matemático, formación ciudadana, conocimiento de otros idiomas, pensamiento crítico, visión de futuro, manejo de las tecnologías de la información y la comunicación. O sea, se debe enseñar aquello que es imprescindible para el cumplimiento de los perfiles de egreso de los profesionales, en el marco de la complejidad del conocimiento y de las grandes dificultades existentes de los mapas laborales que cada vez son más exigentes y precarios.

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