Métodos de persuasión electoral
Poptun
El 8 de agosto de 2019, el periódico Prensa Libre publicó una encuesta donde se presentaban los porcentajes de intención de voto en la segunda vuelta para elegir presidente y vicepresidente. En esa encuesta se anunciaba un drástico cambio de la preferencia electoral que anteriormente favorecía a Sandra Torres, pero que en esta última revelaba un mayor porcentaje que beneficiaba a Alejandro Giammattei, quien el domingo pasado fue electo como el nuevo presidente de la República de Guatemala.
Sandra Torres denunció en una entrevista radial que esa encuesta era manipulada y no reflejaba la verdadera intención de voto de la ciudadanía, porque la ventaja que había obtenido en la primera vuelta sobre Giammattei era cuantiosa.
Torres no ha sido la única candidata que en el transcurso de los procesos electorales desarrollados en Guatemala ha declarado la adulteración de las mismas. A la vez un sinnúmero de personas reconocen que algunos candidatos pagan encuestas que los benefician, tal y como lo pudimos observar en la primera vuelta del proceso electoral, en que distintos medios escritos y digitales publicaron informaciones que situaban en los primeros lugares a candidatos que finalmente ocuparon otras casillas.
El lanzamiento de encuestas unos días previos a consumarse una elección siempre ha sido cuestionado, porque constituyen un método empleado por algunos partidos políticos para ejercer presión psicológica en los votantes y lograr inclinar la balanza a favor de su candidato. Los electores creen que el candidato al que ellos apoyan no ganará y se inclinan a otorgar el voto al que va más arriba, y así consiguen modificar los criterios de preferencia del electorado y obtener una ventaja respecto al candidato que presentan.
Sin embargo, las encuestas no son los únicos métodos de persuasión a las que recurren los movimientos políticos para ganar. Hoy esas tácticas de encantamiento se han sofisticado a un nivel militar, tal y como se expone en el documental lanzado recientemente por Netflix, “Nada es Privado” en el que se desnudan las técnicas de sugestión mental que se emplearon en las elecciones del 2016 en EEUU, manejando la tecnología y los datos de miles de usuarios de la plataforma de Facebook, que según el documental es el activo más valioso en la actualidad.
El documental revela cómo se practica una ingeniería social para influir en los votantes, entre ellas: seleccionar en la red a personas influenciables donde se aprovechan de las inseguridades y debilidades humanas de ciertos electores a partir de las publicaciones que realizan y las expresiones que se usan para calificar las publicaciones (me gusta, corazón, risas, enojo) adaptando los anuncios comerciales que los bombardearán y que al visualizarlos los trasladan a páginas donde se incita a activismos de ciertas causas y promueven protestas que alimentan odio y miedo. Otra de las técnicas es la creación de conflictos inexistentes y campañas que convocan, entre otras cosas, a la abstención del voto para favorecer a cierto candidato o ir en contra de otro u otros; la creación de memes que difunden hechos falsos; la proliferación de noticias falsas y el diseño de páginas para alimentar el miedo y el odio para hacer que los ciudadanos se peleen entre sí.
La reflexión final que se efectúa en ese documental es que en estos sucesos la cuestión no es de derecha o izquierda, lo importante es comprender que en el futuro ya no se podrán disfrutar de elecciones libres y justas porque es improbable saber qué es real o no. Se acusa que Facebook es utilizado para manipular a las personas aprovechando sus emociones, porque es más fácil lograr el voto de esa manera que sobre argumentos racionales.
Relata el documental que los creadores de Facebook no se reconocen ni se responsabilizan por la división que están generando, puesto que esa tecnología se ha convertido en un arma que despliega una estrategia militar que está polarizando a las personas, al existir evidencias que Facebook y WhatsApp ha sido usado para colocar en el poder a ciertos candidatos e incitar el odio racial en distintos eventos, uno de ellos el genocidio ocurrido en Myanmar.
Sin duda, esa división que se menciona en el documental ha alcanzado a Guatemala. La población guatemalteca cada día se encuentra más polarizada a causa que en las redes sociales se difunden un sinfín de memes, noticias falsas donde se cita a protestas que estimulan el odio entre hermanos y provocan temores irracionales, las que se incrementan en los procesos electorales.
El documental invita a limitar el flujo de datos que se filtran y proporcionan a las aplicaciones porque no hay modo de desaparecer del radar, con el afán de evitar que la tecnología nos defina, ya que muestran que los datos constituyen una eficaz estrategia para modelar el pensamiento a través de nuestras emociones, y así impedir transformarnos en sirvientes del autoritarismo que afecta nuestra vida diaria y juega con nuestra dignidad humana.

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