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La masacre de Katyn

Editado Para La Historia

Dicen que la historia la escriben los vencedores y es el caso de muchos fragmentos de la historia relacionados con la Segunda Guerra Mundial en la que Francia, Inglaterra y Estados Unidos eran aliados de la Unión Soviética y se hacían de la vista gorda ante muchas cosas. Hoy quiero hablar de un bosque llamado Katyn, a las afueras de la ciudad rusa de Smolesk.

Al finalizar la Primera Guerra Mundial, Polonia recuperó su independencia que había perdido en el siglo XVIII cuando su territorio fue dividido entre Prusia, Rusia y Austria, territorios a los que Alemania y la Unión Soviética se habían ya adaptado como propios.

Sabemos también que la Segunda Guerra Mundial comenzó el 1° de septiembre de 1939 con la invasión de las tropas alemanas a Polonia por el oeste, pero los intereses de la alianza con los soviéticos siempre quisieron ocultarnos que, el 17 de septiembre, las tropas soviéticas invadían por el este los territorios polacos que no habían sido tomados por los nazis. Esta fue una cláusula secreta del acuerdo de los Ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Soviética y Alemania, Molotov y von Ribbentrop, mediante el cual se repartían Polonia en dos mitades, casi como ya lo habían hecho en el siglo XVIII. No quiero minimizar todos los horrores cometidos por los nazis, pero sí es necesario tener muy claro los cometidos por los soviéticos. En la zona que estos ocuparon hubo grandes persecuciones de militares, de alto y de bajo rango, intelectuales, médicos, religiosos y artistas polacos, de todo notable considerado enemigo de la ideología comunista.

Cuando los alemanes invadieron a su antiguo aliado, la Unión Soviética en 1942 con la Operación Barbarroja, mandaron a trabajadores esclavos a crear nuevas carreteras para facilitar su invasión, así se descubrieron grandes fosas comunes en el bosque de Katyn. Se descubrieron miles de cuerpos de polacos, muchos de ellos aún con su ropa y objetos personales, que los alemanes utilizaron como propaganda antisoviética. Se ha querido dar el nombre genérico de Katyn a toda una serie de otros lugares (cárceles y campos de concentración) donde también se perpetraron masacres contra los polacos. De inmediato los soviéticos reaccionaron diciendo que las masacres habían sido perpetradas por los propios alemanes, porque los cadáveres en las fosas comunes de Katyn tenían balas de la pistola alemana Walther PPK y municiones encontradas en los cuerpos también de fabricación alemana. Después se descubrió que esas balas formaban parte de lotes que Alemania había vendido a Estonia entre los años 1920 y 1926 y que habían caído en manos soviéticos al invadir ese país. Si bien las balas eran alemanas, las marcas de bayonetas en algunos cuerpos eran de bayonetas de armas soviéticas y las sogas con las que habían amarrado las manos a las espaldas de las víctimas también eran de la misma procedencia.

Los americanos y los ingleses todavía en los primeros años después del fin de la guerra apostaban por la hipótesis de un genocidio por parte de los nazis. Pero, para el gobierno polaco en el exilio en Londres, nunca hubo ningún tipo de duda con relación a los verdaderos culpables. La verdad salió a la luz con la Glasnost y, primero Gorbachov y después Yeltsin, difundieron documentos originales de la época con los que ineludiblemente se confirmaba la responsabilidad de Stalin y su camarilla. Tuvo que llegar al poder Putin para tratar de ocultar nuevamente los horrores perpetrados por la NKVD, antigua organización de la seguridad soviética de la que nació la KGB, el organismo en el que el mismo Putin trabajo como oficial de alto rango.

Primeramente Putin empezó a decir que entre los documentos de Stalin había documentos falsificados, dijo después que si las armas eran alemana los asesinos forzosamente habían sido los alemanes y al final, ante tamaña realidad y no pudiendo ocultar más la verdad, dijo que los asesinatos se perpetraron como venganza por los asesinatos que habían realizado los polacos en la guerra que Polonia le declaró a la recién nacida Unión Soviética en 1920 con el fin de recuperar todas las tierras perdidas en el siglo XVIII aún en manos soviéticas.

Sólo en Katyn hay enterrados casi 22000 cadáveres, no solo de oficiales sino todo intelectual que pudieran hacer resistencia a los nuevos ocupantes. Como se les había permitido a estos prisioneros escribirles a sus familiares, los soviéticos conocían sus direcciones y un total de 60667 familiares fueron deportados a campos de concentración en Kazajstán, de los cuales el 80% eran mujeres y niños

Ya hoy queda claro quién fue el culpable de los asesinatos de decenas de miles de polacos en Katyn y otros campos de concentración y cárceles. Todos los documentos demuestran que fueron Stalin y sus allegados los que planificaron todo. Pero este no solo fue el destino para miles de polacos. El 10% de la población de las tres repúblicas bálticas fue enviado a los gulags de Siberia y del norte de la Península de Carelia, donde las temperaturas nunca suben de 0 grado. Es una forma que tiene este tipo de régimen para eliminar a todo aquel que puede ser considerado enemigo. Después de lo que pasó en la Unión Soviética, en Camboya 1 de 3 camboyanos murió de las formas más horrible, dignas del medioevo, a manos de los Khmers Rouges. En Camboya el solo hecho de llevar lentes, tener manos sin callos o hablar otro idioma eran signos de ser un enemigo de la revolución.

Los pueblos que no recuerdan su historia están condenados a volverla a vivir.

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Franck Antonio Fernández Estrada

traductor, intérprete, filólogo (altus@sureste.com)