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Juan José Arévalo 1904 – 1990

Antropos

Juan José Arévalo Bermejo, uno de los personajes paradigmáticos de Guatemala del cual hoy celebramos su natalicio. Precisamente hoy  en el cual vivimos en un país confrontado, en donde no logramos vislumbrar una fuerza ni un liderazgo capaz de encontrar el camino hacia la libertad, el sosiego y la confianza ciudadana. Nos han cortado la flor de la esperanza para vivir con dignidad. Ahora recordamos  las palabras lacerantes de Arévalo cuando afirmó que en Guatemala es necesario “crear un clima democrático, devolver al pueblo la fe en sus instituciones y en sus hombres, convencerlo de su capacidad cívica y hacerlo vivir en la plenitud de su dignidad, es algo más valioso y más fecundo que levantar pirámides con sudor y sangre de esclavos”.

El eje central del pensamiento político de Arévalo se caracterizó hacia la construcción de la democracia, el cual definió como socialismo espiritual. Su recia personalidad, afirma Lucrecia Méndez de Penedo, y su huella en la historia guatemalteca y latinoamericana de la primera mitad del siglo XX marcó una época, o más bien, constituyó una época, un estilo, un discurso”.

Fue autor de libros como Inquietud Normalista, Pedagogía de la Personalidad, El candidato blanco y el huracán, Escritos Políticos, Fábula del tiburón y las sardinas, Viajar es vivir, La filosofía de los valores, La adolescencia como evasión y retorno, Discursos de la presidencia, Guatemala, la democracia y el imperio, Escritos Pedagógicos y filosóficos, Despacho Presidencial.  

En su período presidencial se alcanzaron grandes logos como: el primer código de trabajo, la creación del Instituto de Seguridad Social y del Banco de Guatemala, el Departamento de Fomento Cooperativo, la Biblioteca Nacional y el Archivo General de Centro América, el Conservatorio de Música y Artes Escénicas.

En el campo de la educación, se construyeron escuelas bajo un concepto pedagógico innovador aún no superado, lo que hasta la fecha se les conoce como escuelas tipo federación. Se incrementó la inversión en la educación rural y se creó la Escuela Normal Rural Pedro Molina, se fortaleció la educación de adultos con el surgimiento de las escuelas primarias nocturnas, se reactivó la Universidad Popular.

Se le dio impulso a la educación técnica y a la Escuela de Agricultura. Se promovió la reforma universitaria, con la creación constitucional de la autonomía y la Facultad de Humanidades. También surgió el Instituto de Antropología e Historia, el Instituto Indigenista Nacional, la Dirección General de Bellas Artes, varias bibliotecas y la Editorial del Ministerio de Educación. Se le dio autonomía al deporte y se fortaleció la educación física escolar. Una acción destacable es la importancia que se le dio a la protección de la niñez. También se fundó el Comité Pro Ciegos y Sordos y se creó una escuela para este sector vulnerable de la sociedad. Se aprobó la Ley de Escalafón del Magisterio.

El doctor Arévalo fue académico honorario de la Academia de Geografía e Historia de Guatemala y fue reconocido en varias naciones. Una de las distinciones a la que se hizo acreedor por sus méritos, le fue otorgada durante el gobierno de Vinicio Cerezo, cuando se le declaró Benemérito de la Educación Nacional. Murió a los 87 años en la ciudad de Guatemala, después de un largo recorrido académico y político.

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