Columnas

La esperanza de los que aman a Guatemala

Barataria

Hace poco estuve en unos actos en honor a Guatemala con motivo de la celebración de un aniversario más de la Independencia.  Ver a los niños cantar con mucha hidalguía y fervor patrio es una escena muy común en estos días.  Las antorchas recorren las carreteras, los desfiles en honor a la patria y toda esa algarabía que es realizada por los estudiantes de los diferentes establecimientos educativos públicos y privados de diferentes niveles de educación:  Desde pre-primaria, primaria, básicos y diversificado los estudiantes hacen su mejor esfuerzo por brindarle a la patria sus respetos y su admiración al portar la bandera, cantar el himno nacional o hacer la jura a la bandera y los diversos bailes autóctonos que son una verdadera delicia.

Sin embargo cabe preguntarse ¿Cuál es la esperanza real de aquellos niños y jóvenes que amán entrañablemente a la patria que les vio nacer?  Los niños y niñas en Guatemala no tienen posibilidad de que se les brinde los mínimos servicios básicos.  ¿Qué puede esperar un niño o niña del corredor seco cuando la desnutrición ataque su pequeño cuerpecito?  ¿Qué puede esperar una niña o un niño en cualquier lugar de la República cuando existan enfermedades en sus vidas y los Hospitales no puedan atenderlos, que puede llegar el peligro de muerte de una manera rápida?  ¿Qué pueden esperar aquellos jóvenes estudiantes de diversificado que esperan graduarse para obtener un trabajo que se les niega a diario?  ¿Qué pueden esperar los jóvenes de diversificado que no tienen la oportunidad de ingresar a estudiar a la USAC debido a un sistema perverso que les niega la oportunidad de estudiar en la única universidad estatal?

En realidad los que amán verdaderamente a Guatemala en donde el fervor patrio y los ánimos de cantar el himno nacional están intactos, es decir de aquellos jóvenes y niños que lo hacen sin ningún interés más que manifestarse como guatemaltecos, porque no reciben ninguna ayuda del extranjero, ni tampoco reciben ningún tipo de prebenda, ni están buscando agradar a alguien o sirviendo a intereses mezquinos,  estos no tiene ninguna esperanza en Guatemala.  Sus deseos de superación, y sus vidas dignas pronto se verán truncadas por las decisiones estúpidas de los gobernantes quienes únicamente deciden por sus propios intereses, o bien por los actos corruptos de muchos funcionarios públicos que toman la función pública y los recursos del Estado como si fueran sus propios recursos y sus propios negocios, buscando siempre tomar ventaja, ganar un poco más, pedir coimas o mordidas por cada proyecto del Estado sobrevalorando las obras o permitiendo que la corrupción llegue a los hospitales para que haya escasez de medicinas, para que no llegue la presencia del Estado en las comunidades.  Pueda ser que muchos de estos niños y jóvenes quienes hoy rinden honor a la patria sean víctimas de un sistema de justicia cooptado desde hace muchos años en el que cada cinco años se eligen Magistrados bajo componendas sin que exista verdadera independencia  judicial y así pasa cada quinquenio con Magistrados y Jueces sin independencia al servicio de ciertos sectores o personas.

El amor a la patria no es solo una manifestación de actos y protocolos que se realizan cada quince de septiembre, porque esto parece muy bueno para los niños y jóvenes en edades escolares, pero ya debería bastar que nuestros gobernantes, funcionarios, actores sociales y todos los que nos desarrollamos en Guatemala, todos absolutamente todos incluyendo al sector empresario e industrial del país, estemos con la idea de hablar de un nacionalismo vacío de amor a una patria que no defendemos ni queremos que se desarrolle; ya debería bastar de hablar da patriotismo vacío, si en realidad no nos decidimos a ser verdaderos guatemaltecos que construyamos una patria de la que deberíamos sentirnos orgullosos. Estamos a las puertas de llegar a doscientos años de independencia, sin embargo al parecer vamos hacia atrás, involucionamos, porque no hay compromiso de quienes detentan el poder ni de los sectores productivos del país, no hay acuerdos para hacer una nación fuerte que es la que necesitamos.  Ojalá que este aniversario de independencia nos lleve a reflexionar sobre qué país es el que queremos y si estamos dispuestos a hacer nuestra parte porque sin ello no habrá una  Guatemala feliz.

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Emilio Estrada

El Doctor Emilio Estrada, es abogado egresado de la Universidad de San Carlos de Guatemala, obtuvo su PhD en Sociología en la Universidad de Salamanca, España, es abogado litigante.