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¿Somos independientes y libres?

Poptun

Este 15 de septiembre se celebró el 198 aniversario de Independencia. La independencia de Guatemala se obtuvo sin una guerra. Los movimientos independentistas se iniciaron cuando España sostenía la Guerra de Independencia por la invasión de Francia a sus territorios.  Esa convulsión política fue aprovechada por las élites para preparar la campaña independentista que finalmente trajo la declaración de autonomía.  El afán fue afirmar el poder económico de los criollos, obtener dominio del sistema, percibir más ganancias y que éstas no tuvieran como destino España, sino sus bolsillos.

Los relatos que se enseñan en las escuelas sobre la independencia son sólo leyendas fantásticas con efectos especiales que cuentan una historia ostentosa, pero que constituyen una mentira histórica. La estimulación para la cruzada de la liberación no estuvo relacionada por un reclamo de libertad. Independencia y libertad son términos con significados totalmente distintos.

La independencia expresa cualidad de independiente, y en lo político representa condición del territorio que no depende política, económica ni administrativa de otro.  En la actualidad el significado se relaciona con el principio de no intervención y el derecho de autodeterminación de los pueblos.  La palabra libertad es un producto singular que afecta a los individuos, simboliza la capacidad de actuar, hacer y elegir sin intervención o tutela ajena. La palabra libertad se refiere a la facultad que tienen los ciudadanos de un país para actuar o no según su voluntad y lo establecido en la ley.

La Declaración de la Organización de Naciones Unidas, respecto al concepto de autodeterminación de los pueblos proclama: “En virtud del principio de la igualdad de derechos y de la libre determinación de los pueblos, consagrado en la Carta de las Naciones Unidas, todos los pueblos tienen el derecho a determinar libremente, sin injerencia externa, su condición política y de procurar su desarrollo económico, social y cultural, y todo Estado tiene el deber de respetar este derecho de conformidad con las disposiciones de la Carta.”

Esta disposición del derecho internacional no es una realidad en nuestro país. Se puede afirmar que somos independientes legalmente, pero seguimos siendo dependientes de otros países, en el aspecto económico, político, entre otros aspectos y lejos estamos de ser libres.

Guatemala históricamente ha necesitado de las contribuciones financieras no reembolsables que realizan países industrializados para ejecutar y apoyar distintos proyectos. Así mismo hay naciones que mantienen una influencia política que ha operado por años. Esos países interfieren en asuntos propios, sitúan y vetan a autoridades según sean sus intereses para que impongan un orden muy alejado a la equidad, con el objetivo de proteger sus ventajas y utilizar nuestro territorio para propiciar sus actividades comerciales.

Nuestra población no vive en libertad, porque gubernamentalmente no se ha creado una identidad común que respete a otros grupos o comunidades.

Algunos guatemaltecos son perseguidos por su manera de pensar, de opinar o de vivir. Los pueblos indígenas son un grupo al que se ha pretendido aniquilar y transformar en nombre del desarrollo.  No se comprende que poseen una identidad apegada a su territorio.  Sus tierras son arrebatadas y un sinnúmero de ellos criminalizados por concebir la propiedad colectiva y no individual, actos que causan infracción a la Constitución que instaura que el Estado reconoce, respeta y promueve sus formas de vida, costumbres, tradiciones, formas de organización social, sus idiomas, el uso del traje indígena en hombres y mujeres.

Sin embargo, lo indígena es empleado para demostrar civismo en época de conmemoración de independencia.  Las personas se visten con trajes típicos, se recrean bailes tradicionales, se eligen reinas indígenas. Estos folklorismos sin lugar a dudas constituyen un patriotismo mezquino e hipócrita y un insulto a la concepción del mundo que conserva la población indígena.

Finalmente se puede concluir que la conmemoración de la independencia guatemalteca constituye una contribución para perpetuar la idea colectiva que la firma del Acta de Independencia nos forjó como país libre e independiente.

Lamentablemente no hemos conseguido ser independientes ni libres a pesar del tiempo. Nelson Mandela decía que “Para ser libre no se necesita sólo despojarse de las cadenas, sino vivir de una manera que respete y potencie la libertad de otros.” Independencia y libertad, son dos palabras distintas que no sólo son una condición externa, sino en ocasiones un estado interno que tiene que ver más con una decisión. En el presente caso la decisión de un Estado de promover la convivencia pacífica, la igualdad, la justicia social y el respeto a nuestras diferencias, que en nuestro país se juzga una utopía, derivado que algunos falsos hijos lo siguen pintando de gris, tal y como lo menciona Ricardo Arjona en la canción Mi País.

TEXTO PARA COLUMNISTA

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Mireya Batún Betancourt

Abogada, Notaria y Licenciada en Ciencias Jurídicas y Sociales, postgrado en Criminología, especialista en ejecución penal con estudios en Doctorados de Ciencias Penales y Derecho Constitucional Internacional.

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