Mirilla indiscreta

¡Corto pero duro!

Mirilla Indiscreta

los zopilotes en casa

Hace ocho días justamente, quise ser protagonista no observador de las festividades patrias, ¡Y me mezclé en la fiesta!

Pude sentir y vibrar frente a una realidad tan diferente a la que hace un año me hizo escribir uno de mis artículos más sentidos.

Hundido en la desesperanza, viendo cómo, la consigna bien estructurada y llevada a extremos, rompía la armonía de una celebración venida a menos desde que los valores patrios, sus símbolos, la soberanía y la libertad: Abrupta, sistemática, mucho más en los últimos doce años, ha sucumbido ante la orgánica y muy bien diseñada estrategia de tomarse el país, Uniformando en la tarea, de manera increíble pero eficaz, a los medios de comunicación social tradicionales, escritos y televisados.

El silencio oportunista o comprado, cedió sin escrúpulos el espacio a la desintegración del Estado guatemalteco a niveles pocas veces recordados en la historia patria.

El “Proletarios del mundo uníos” del manifiesto del partido comunista suscrito en 1848 por Marx y Engels, llevado a su máxima realización en Guatemala con el soporte extranjero.

Por fin viviríamos en carne propia la interpretación de la lucha de clases, obreras y campesinas, que no reconocen fronteras, soberanías, ni Estados Nacionales.

Son las clases obreras y campesinas del mundo las que unidas y en el poder nos tendrían que llevar a la realización de una sociedad sin clases y sin Estado, la irrealizable sociedad comunista.

No es la nacionalidad la que identifica y genera la solidaridad nacional, sino la clase económica y social a la que pertenece el individuo.

Desde luego para ser marxista, se tiene que ser marxista, conocer la Teoría y la Doctrina.

Y la plebe, la muchedumbre, la gente, el pueblo no cuenta en ese conocimiento.

La plebe, la muchedumbre, la gente o el pueblo, en la práctica deben responder a la consigna de las minorías organizadas en la estructura del Partido Comunista. Que por definición debe ser el único partido en un régimen comunista.

Minorías ideologizadas, militantes, que las separan del resto de la población cuyo destino eterno la definirá como masa revolucionaria.

Constituye “la rebelión de las masas” del tipo que define Ortega y Gasset, en su libro con el mismo nombre, sólo que siguiendo el ideal marxista a través de la lucha armada, si fuera necesaria, ingrediente incubado en la doctrina marxista por don Vladimir Ilich Ulianov, alias “Lenin”.

La alternativa de Ser muchedumbre seguidora incondicional o individuo dueño y gestor de su propio destino, dependerá en todos los casos del nivel de oportunidades que esa muchedumbre o ese individuo encuentren en la sociedad en que viven.

Y en un país sin oportunidades cooptado por los intereses mercantilistas y abusivos de un pequeño grupo que controla el capital y los medios de producción logrará que la teoría marxista se realice plenamente, con la colaboración inconsciente de los individuos transformados por necesidad en masas.

No son los pobres los comunistas de nacimiento.

Son los mercantilistas que impiden el desarrollo natural de un sistema capitalista, los padres putativos de esos seres humanos que nacieron como individuos y los transforman en masas resentidas y sin rumbo.

Hace un año, por un lado, el quince de septiembre, lo celebraban con entusiasmo, ese pueblo nacido de su Guatemala amada.

Y por el otro, que fue divulgado por los medios comprometidos en la ingrata consigna de enseñarnos ante el mundo como mugrientos en guerra por hambre, se ensañaban con nuestros símbolos patrios, destruían sus altares simbólicos que nuestros padres nos enseñaron como independencia y que forma parte de nuestra nacionalidad… Y la celebración la transformaron en chiquero donde cuerdos y locos actuaban como locos… cada quien con su tema.

Por eso no escribí el domingo anterior, quería constatar el cambio, con pequeños pero determinantes signos de que no vivimos en anarquía o que somos un Estado fallido.

Pero poco nos duro la celebración del rescate de una fecha, frente a la agresión de doce años de dominación extranjera, sin límites, sin ley, en completa impunidad y con serviles e incondicionales pordioseros nacionales que les entregaron el país a cambio del control judicial, estratégico para lograr su objetivo y de plazas en el Estado, aquellas que les permitiera a los renegados: Posiciones, privilegios y acceso ilimitado al presupuesto nacional.

¡Pero las veinticuatro horas de recuperación de identidad no fueron destacadas en el mundo!

Los rostros felices de todos los estamentos de la sociedad: Firmes los soldados y cadetes frente al pabellón. Sobrio el presidente en su tarea de representar la unidad nacional en sus mensajes. Desbordados los jóvenes y adultos en maratones que invadieron todas las carreteras en jubilosa inundación del vigor patrio.

Pero siempre amenazados por esa minoría militante con poder, retornan ahora con más odio e impunidad para descomponer la paz que el pueblo esperaba en la transición.

Frente a la supuesta amenaza totalitaria, se toleró el fraude, la imposición de resultados electorales ajenos a la voluntad popular, y designación de parlamentarios impuestos por el poder de los interventores sobre sus vasallos.

¡Pero no les ha sido suficiente…! ¡Lo quieren todo!

¡Y lo más triste! ¡Es que se los permitimos…!  ¡Pareciera que la amenaza del poder extranjero, doblega liderazgos, cargos legítimos o impuestos!… Para ceder sin resistencia lo poco que nos queda de una soberanía y libertad en proceso de extinción.

¿Para qué soportamos todas las arbitrariedades si no fue a cambio de que subsistiera la mascarada democrática, sin interventores y serviles, que imponen su ley sin ley?

¿No fue suficiente lo que se hizo…? ¡Frente a quienes todos los días, buscan la rendición incondicional del país!

¡El liderazgo nacional se hincó…!

¡Los individuos desaparecieron y cada día los obligan a transformarse en muchedumbre… gente…masa esclava y no beligerante!

¡Y lo más grave!

¡Lo sabemos!

¡Y más aún!… ¡No hacemos nada!

TEXTO PARA COLUMNISTA

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Danilo Roca (Edmundo Deantés)

Jurista, analista político, luchador por la libertad.

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