Ser niño en Centroamérica
Relaciones Internacionales
Ser niño en Centroamérica cada vez se escucha más difícil frente a situaciones complejas de entender en diversos contextos socioeconómicos y sociopolíticos. Aparte del triste estigma de la violencia común, nuestra niñez se ve sometida a falta de oportunidades de acceso a educación primaria, a un buen cuidado desde su época preescolar. En el contexto de que Octubre es el mes de la niñez a nivel internacional es momento propicio para poder reflexionar desde nuestra perspectiva de adultos cómo y en qué estamos trabajando por la generación que nos sucede.
Aproximadamente hace dos años en una determinada avenida de la Ciudad de Guatemala le pedí lustrar mis zapatos a un infante que quizás ni a once años de edad llegaba e hizo un extraordinario trabajo con mis zapatos negros y le pregunté: ¿Porqué no estás estudiando?. El me contestó: “Me sale mejor trabajar qué estudiar”.
En un artículo publicado por la representante de UNICEF en El Salvador, Yvette Blanco manifiesta un estudio hecho por la CEPAL este año y que deben conmovernos a todos los que procuramos que nuestras sociedades se desarrollen plenamente ya que se menciona que de cada 100 niños que ingresan a la escuela menos de 40 finalizan el bachillerato y alrededor de un tercio de estos puede realizar correctamente una media aritmética y diversas actividades.
Es complejo poder volver a ser niño siendo ya un adulto en nuestra sociedad pues cada contexto y época ha sido diferente. Hace 10 años que culminé mi bachillerato inmediatamente reflexioné ¿qué será de nuestra niñez? Ya que en ese año tuve la oportunidad de convivir con ellos semanas previas a mi ceremonia de graduación compartiéndoles confites y contando historias, ellos en esta época ya tendrán 18 años. ¿Qué rumbo lleva nuestra infancia? ¿Qué le podremos ofrecer a la siguiente generación?.
Octubre es el mes de la niñez, podemos imaginar por un momento regresar a nuestra época de los bonitos recesos escolares, nuestros profesores de la primaria y las asambleas cívicas que la escuela siempre nos inculcaba con la finalidad de promover una mejor sociedad. En aquella avenida en la ciudad de Guatemala mi corazón se hizo pequeño con ese niño que me lustró esos zapatos y comprendí lo complejo que cada niño en Centroamérica vive siendo ellos cabeza de hogar o que deben mantener a sus hermanos.
En un mejor contexto son aquellos niños que logran tener una temprana educación escolar y una familia unida, esto en los primeros años es fundamental para el crecimiento del niño. Otros infantes que viven en situaciones de conflictos armados en otras partes del mundo y que lloran porque han perdido a su familia completa, teniendo un destino incierto y una desintegrada cohesión social.

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