Columnas

Ideas del futuro de la universidad

Sueños…

Graves acontecimiento afectan a la sociedad costarricense. Una nación que desde su nacimiento apostó por un proyecto progresista basado en grandes principios.

¿Cuáles son esos principios?

Primero, una convivencia pacífica entre seres solidarios, que comparten el trabajo, el bienestar y la paz. Segundo, dispuestos a fortalecer la educación como vía de la participación consciente en la construcción del futuro. Tercero, la solidaridad para el acceso a la salud, el trabajo, la comida y el compañerismo.

En fin, una sociedad fuera de lo común y lo normal, de los Estados fallidos de esta región del planeta. Una sociedad no basada en el conflicto sino en la negociación de seres con fundamentos en saber leer y discutir con propiedad.

Costa Rica es de los pocos países que tienen algo que celebrar en el bicentenario. Los que forjaron Costa Rica, desde su primer momento de existencia como futuro Estado, desde 1821 y tal vez desde antes siempre se preocuparon por dotar al futuro ciudadano de un proyecto basado en la educación.

Pero no educación universitaria elitista. Pensaron en educación primaria para todos. Mientras los creadores de los otros Estados de la región pensaron en ejércitos para defender la nación inexistente, los costarricenses pensaron en la educación para construir el Estado. Allí surge la hermosura, la superioridad, el ejemplo de esta gran nación.

Se inició el proyecto de creación del nuevo Estado con cabildos abiertos en las cabeceras cantonales o provinciales; con educación primaria para todos; con cuidados de trabajo, salud y convivencia lugareños; con el compartimiento del poder como ciudadanos. Era una sociedad agrícola solidaria, como no hay otra en el mundo y como no habrá otra jamás.

La universidad, surge en forma tardía. A principios de los años 40 del siglo pasado. En el marco del surgimiento de un fuerte sentimiento de apertura liberal, en donde el capital necesita pasar de la agricultura hacia la industria y apuntalada con la burocracia estatal rentista.

Al formarse la universidad sobre la base de una sociedad relativamente solidaria fue una fuente de ascenso social y de fortalecimiento de los procesos de industrialización y acumulación de capital. Las universidades surgen en Costa Rica de la mano del sector industrial protegido y el sector bancario.

De aquí brotan las primeras consideraciones hipotéticas para comprender el presente y el futuro de la educación universitaria.

Primero, la educación superior, tanto del gobierno como privada, solamente atiende al 17.7% del total (población de 15 años o más), es decir, el 82.3% de la población no tiene acceso a la educación superior; los hombres un 16.2% y las mujeres un 19,2% En las áreas urbanas el acceso a la educación es del 21.2% en total, hombres un 19.7% y mujeres el 22.5% En el área rural es en extremo discriminatoria: el 8.5% del total tiene acceso a la educación superior 7.1 de los hombres y 9.9% tan solo de las mujeres.

Es discutible indicar que la universidad es fuente del desarrollo de la nación, de ser cierta esta afirmación más del 80% de la población estaría excluida del desarrollo.

En torno a la generación de conocimiento, hay que indicar que es una tarea de las universidades, sin embargo, la mayoría de textos y doctrinas que asumimos siguen siendo anglo-sajonas, no generamos el conocimiento independiente, por esa razón, dirigentes como Trump nos tratan como colonias y quieren incluir a Costa Rica en su plan de generar muchos guantánamos en la región.

Universidad pública, es una universidad que recibe al pueblo y le da educación.

Las universidades públicas rechazan a la gente de dos maneras, con examen de admisión y con dobles o triples becas a estudiantes que cursan dos o tres carreras en las universidades del gobierno. Las universidades privadas los rechazan con los precios.

En Costa Rica lo que existen son universidades del gobierno y del mercado.

Tienen que convertirse en universidades del pueblo.

En varios sentidos:

primero, generar un mayor acceso y ponerse como tarea que por lo menos el 25% de la población tenga estudios universitarios;

segundo, que las universidades colaboren con todas las instituciones del Estado para alcanzar superar los objetivos del milenio trazados con la ONU;

tercero, colaborar para que el 100% termine la primaria y el 80% termine la secundaria.

Profundizar el concepto del humanismo al ser planetario. Para que incluya a todos los seres vivos del planeta y de ser posible todas las riquezas y bellezas del mundo, principalmente bosques, ríos y lugares históricos.

Hay que evitar las visiones fantásticas e ilusorias del papel de la universidad. Sí en verdad queremos contribuir en la construcción de un nuevo mundo solidario, pacífico, democrático y científico.

Como elementos sociales, la universidad y la ciencia pueden contribuir en la construcción de formas de convivencia solidarias y progresistas; o contribuir en la tendencia de la concentración de la riqueza, aumentar la explotación de otros seres humanos y destrucción de la naturaleza. La solución está en la consciencia de en qué lado de la ecuación estamos; en el grupo de los privilegiados y destructores del ambiente o en el grupo de los que se esfuerzan en construir unas relaciones naturales y sociales de convivencia humana y con el resto de especies.

TEXTO PARA COLUMNISTA

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Cristobal Pérez-Jerez

Economista, con maestría en política económica y relaciones internacionales. Académico de la Universidad Nacional de Costa Rica. Analista de problemas estratégicos, con una visión liberal democrática.