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El martes mi amigo Chris Farrell de Judicial Watch me envió en la mañana la noticia de que JW había presentado una querella contra el Departamento de Estado para específicamente hacer públicos los documentos requeridos como contemplado en la Ley de Acceso a la Información Pública. Los documentos requeridos se refieren específicamente a comunicaciones entre funcionarios estadounidenses y guatemaltecos ocupando puestos públicos, referentes a la Cicig. Cómo el Departamento de Estado no cumplió con hacer público lo que Judicial Watch pidió en el 2018 sobre reuniones entre funcionarios estadounidenses y gente de la ONU y de Cicig y específicamente con Iván Velásquez y cualquier funcionario de la difunta y nefasta entidad, presentaron esta nueva demanda. En ella se hace énfasis en las acciones del ex Embajador Todd Robinson, quién es acusado de trabajar agresivamente en contra de la agenda del Presidente Donald Trump. JW también subraya que Velasquez ha tenido y tiene fuertes nexos con la izquierda.

JW dice abiertamente que para dar continuidad a las políticas izquierdistas de Obama, Robinson sometió al Presidente Jimmy Morales. Un ente (posiblemente Nómada), que es financiado por la Open Society Foundation de George Soros, alardeó que Robinson había vetado los candidatos de Morales para Ministro de Gobernación, Relaciones Exteriores y otros ministerios, y nombrado a quienes Robinson quería.

Velasquez, concluye JW, parece ser un peon de Barack Obama para “desestabilizar gobiernos moderados y conservadores en el exterior”. JW descurbió maniobras similares en Macedonia, donde la Administración Obama gastó millones de dólares de los contribuyentes estadounidenses para desestabilizar un gobierno democraticamente electo por ser pro vida, pro familia, pro libertad religiosa. En ese país, como en Guatemala, los funcionarios del Departamento de Estado y otros entes de Estados Unidos operando en Macedonia trabajaron de cerca con entidades financiadas por Soros. En Guatemala, sólo en el 2016, Soros a través de su Open Society Foundation invirtió más de US$1,000,000.00 (un millón de dólares) en varias entidades operando en Guatemala y otro tanto a entidades basadas en Estados Unidos que apoyan la causa de la izquierda en Guatemala. Los nexos de dicha fundación con la ONU mantiene presencia masiva en Guatemala sirviendo de canal para que la gente de Soros ejerza mucha influencia.

JW agrega que Obama se alineó con aliados latinoamericanos afiliados a Fidel Castro, incluyendo en Guatemala, y que esto llevó al fortalecimiento de la actividad criminal transnacional. En el 2016, durante ese gobierno Demócrata, el Admirante Kurt W. Tidd, Comandante del Comando Sur, habló de las drogas, armas y tráfico humano de la red criminal transnacional que incluye terroristas de Medio Oriente que entraron de América del Sur a Centro América y de aquí a los Estados Unidos.

Concluye JW en su demanda que la administración Obama, el Deep State (los burócratas de izquierda del Departamento de Estado, USAID, INL y otros entes) y la ONU trabajan juntos para atacar la gobernanza conservadora en Centro América apoyando a los políticos radicales de izquierda.

El efecto es dañar a los Estados Unidos desestabilizando la región e incentivando las migraciones masivas a ese país. Y aún así, un puñado se empeña en defender a esta gente, mientras otro puñado se hace de la vista gorda y que ya está todo resuelto sólo porque no nos gobernará la doña.

Poco a poco sale la verdad a la luz pública, aún en contra de la campaña de la mayoría de medios empeñados en desinformar y ocultar lo que sea positivo. Me pregunto hasta cuando vamos a soportar estos abusos en Guatemala, epicentro una vez más de esta batalla entre quienes creemos en la libertad, la propiedad privada, el derecho del ser a nacer, el derecho a profesar o no una creencia religiosa, el derecho individual de cada adulto a conducir su vida privada como quiera sin imponer nada a los demás, el derecho al trabajo, a oportunidades de empleo, etc, versus quienes promueven el fin del matrimonio entre hombre y mujer, demonizan el tener hijos y promueven el asesinato de los niños ya concebidos, atacan la profesión de Fe, quieren legislar para imponer estilos de vida de una minoría realmente pequeña (la comunidad LGBTQ en Guatemala es de menos de cien mil personas, o sea, menos del 1% de la población), celebran la invasión de propiedad privada, demonizan a los proveedores de empleo, etc. Hasta cuándo, es la pregunta del millón de dólares.

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Betty Marroquin

Licenciada en Relaciones Internacionales, especialista en el Congreso de los EEUU.

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