Columnas

Sin la venda en los ojos

Catarsis

No había escrito sobre la situación en Chile porque no sabía ni que pensar al respecto. Desde que inicié mi formación Universitaria escuché hablar del milagro económico chileno. Lo vi ostentar envidiables posiciones en los índices de libertad económica y contar desde inicios del Siglo XXI con el mejor PIB de la región Latinoamericana. Hasta hace un par de meses pensaba que era el ejemplo a seguir, hoy veo lo equivocada que estaba. Y como muchos me pregunto, ¿qué pasó?

Lo que está sucediendo en Chile es mucho más complejo de lo que podemos imaginarnos y luego de conversar con varios amigos al respecto, debo de aceptar su conclusión: Chile tiene una similitud muy grande con lo que se vivió en Venezuela en la década de los 90, antes de la llegada de Chávez al poder. Yo viví en Venezuela durante 18 meses en ese entonces y después de haberlo vivido no me cuesta trabajo ver las similitudes. El hartazgo y el resentimiento de la población era grande y comprensible. Lo incomprensible es que Venezuela pasara de ser uno de los países más ricos de la región a ser uno de los más pobres y el petróleo no pudo salvarlos, fue más bien su maldición.

En Chile se implantó un modelo liberal que funcionó hasta hace poco. Pero hubo un problema, el estado mantuvo el monopolio del cobre y gracias a ello pudo financiarse.

Chile cuenta además con una élite mercantilista que vendió el discurso que el mercantilismo es necesario para el beneficio de la población, ¿les suena familiar? Nada dista más de una economía de libre mercado que el mercantilismo, pero a la izquierda le conviene que se caiga en ese error para demonizar a la economía de libre mercado y, a los mercantilistas aún más, pues ellos se enriquecen haciéndonos creer que son muy liberales.

Otro factor que se considera clave es la calidad educativa en Chile. Este es un tema que yo tengo mis reservas, pues una población sin educación sí puede salir adelante y sacar a un país del subdesarrollo, Taiwán, por ejemplo. Sé que las condiciones eran distintas, pero lo lograron. Y también tenemos casos como el de Cuba, a quienes la educación no los ha podido sacar de la miseria. Y por favor no me malinterpreten, considero a la educación como un factor clave para el desarrollo de las naciones, mas no lo considero determinante si no se dan las condiciones económicas necesarias, como lo es un modelo económico productivo. ¿De qué sirve tener una población con títulos universitarios, si no hay trabajo e inversión para que se generen los puestos de trabajo para la mano de obra calificada y los profesionales? Y no olvidemos que la cobertura educativa nada tiene que ver con la calidad de esta.

Sin embargo, la educación sí ha sido un factor determinante en la destrucción que estamos viendo en Chile, destruir el metro, los supermercados, las iglesias y hasta hospitales rebasa los límites de mi comprensión. Solo un pueblo ignorante y manipulado llega a esos extremos. Un hospital no se ataca bajo ningún punto de vista y los ataques a las iglesias son un tema ideológico más que uno político. Ataques a los servicios y la infraestructura pública perjudica más a los pobres.

Y lo que más me enoja es ver a muchos que se hacen llamar liberales y libertarios salir a defender al presidente Piñera, ¡hay que ser muy caradura para defenderlo! Son iguales que la izquierda, defendiendo a Evo Morales. Y no lo critico por la crisis en sí, mi crítica es hacia su falta de carácter, su poca entereza y su falta de liderazgo para manejar una situación que se le fue de las manos.

En Guatemala debemos tomar nota de todos estos ejemplos. Debemos de mejorar la educación y al mismo tiempo crear un clima de inversión y certeza jurídica, junto con las políticas económicas necesarias para que exista libertad económica. La izquierda critica a los mercantilistas, pero igual buscan prebendas y privilegios para sus sectores, que fue lo que sucedió al final en Venezuela, solo sustituyeron a unos por otros, siendo los nuevos totalmente incompetentes.

Estas son tan solo algunas aristas del problema chileno, el cual es demasiado complejo y, soy consciente, de que acá lo expongo de forma escueta y simplificada. Pero son importantes para mí porque me ayudaron a quitarme la venda de los ojos. Ojalá, Chile logre superar esta crisis y salir adelante, y que nosotros aprendamos con el ejemplo para no tener que vivir algo similar.

Y los dejo con la siguiente reflexión de una maestra que se consideró revolucionaria del 44: «La educación con la sombra sindical acabó con la educación pública. Antes de 1945 tuvimos la mejor educación de toda Centroamérica. Para 1960 la generación más joven del ubiquismo y ya siendo padres de familia que se habían formado en el sistema educativo público, prefirió enviar a sus hijos a la naciente educación privada». —Marta Camey Herrera de López (n.1922 – m. 2015).

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Carmina Valdizán

Abogada y analista guatemalteca, presentadora de televisión y escritora.

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