Desafortunada Justicia

Petardo

Es lamentable como la mayoría de guatemaltecos claman Justicia, decepciona el irrespeto y división que existe entre los tres Poderes de Estado de nuestro país. Cada uno de ellos se creen los mas poderosos y a su manera tratan de hacer aspavientos poniéndose en ridículo ante la realidad nacional donde los que verdaderamente mandan es el Pueblo de Guatemala, es quien les paga su gran salario, el que los elige, pero, también son los que al unirse y ver que no cumplen con sus obligaciones los pueden quitar.

El pueblo de Guatemala es el mandatario, el que verdaderamente califica a los pocos diputados corruptos, incapaces de haber cumplido con lo que les ordena la Constitución de la Republica de Guatemala. El pueblo despertó y no se guía por medios de comunicación que algunos les miente. Ya el Pueblo sabe lo que es República, lo que es democracia y lo que manda la Constitución de La Republica de Guatemala, para proteger a la población. Desafortunadamente ya el Pueblo de Guatemala descubrió que no se cumple con lo que verdaderamente es Justicia.

La justicia (del latín iustitĭa, que, a su vez, viene de ius —derecho— y significa en su acepción propia «lo justo») tiene varias acepciones en el Diccionario de la lengua española.  Es un valor determinado como bien común por la sociedad. Nació de la necesidad de mantener la armonía entre sus integrantes. Es el conjunto de pautas y criterios que establecen un marco adecuado para las relaciones entre personas e instituciones, autorizando, prohibiendo y permitiendo acciones específicas en la interacción de estos. Igualmente la justicia ha sido entendida como virtud humana, puede ser definida como el arte de hacer lo justo y de «dar a cada uno lo suyo».

Para diversos autores la justicia no consiste en dar o repartir cosas a la humanidad, sino el saber decidir a quién le pertenece esa cosa por derecho. La justicia es ética, equidad y honradez. Es la voluntad constante de dar a cada uno lo que es suyo. Es aquel sentimiento de rectitud que gobierna la conducta y hace acatar debidamente todos los derechos de los demás. Todas las virtudes están comprendidas en la justicia. En definitiva, la verdadera justicia es el arte de dar lo justo o hacer dar lo justo a un individuo, basándose en los principios del arte del derecho, sin tener ningún tipo de discriminación o preferencia.

La justicia es uno de los principios generales del derecho: a ella recurre el legislador cuando quiere establecer un estatuto jurídico programático y también el juez al tener que dar solución a las controversias jurídicas que carecen de un estatuto jurídico que les den solución; se dice que dichos actores en su correspondiente orden jurídico o político actúan con justicia cuando nacen para proteger y satisfacer los derechos básicos de los individuos, fundamentando su autoridad en el ejercicio de sus obligaciones en los mismos derechos.

Ahora bien en cuanto el «ideal de justicia» o sea, ese conjunto de condiciones protegidas por el derecho se puede considerar desde una perspectiva absoluta iusnaturalista dentro de lo cual todo derecho es justo y si no es justo no es derecho. La justicia se representa con una mujer que lleva los ojos vendados, una balanza en una mano y una espada en la otra. Los ojos vendados pretenden destacar que la justicia no mira a los hombres, sino los hechos, es decir, que la justicia es igual para todos los hombres. La balanza representa el juicio que determinará colocando a cada lado de la balanza los argumentos y pruebas. La espada expresa que la justicia castigará con mano dura a los culpables. Inaugurando juzgados de instancia , el Organismo Judicial y la Corte Suprema de Justicia no mejorara, pero si, si educa y concientiza a sus trabajadores.

TEXTO PARA COLUMNISTA

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Leonel Guerra Saravia

Médico y cirujano con maestrías de ciencias sociales, política, relaciones internacionales y filosofía.