Nueva Sociedad
Efectivamente los niños desnutridos no se mueren en grandes cantidades casi en ningún país, aunque en Guatemala si ocurre. Logran vivir con muchas dificultades con una salud débil y un desarrollo físico diezmado. Sufren más enfermedades que una infancia bien alimentada y son parte de los pobres. La alimentación es lo básico para cualquier persona. No gozar de este derecho humano, la pone en una situación de desventaja y peligro de vida. En Guatemala cada año se tienen datos sobre muertes de niños por desnutrición. Esto todavía en el siglo XXI señala la irresponsabilidad del Estado y de la comunidad nacional que no tienen conciencia de la gravedad y de las consecuencias de esta problemática, al actuar contra la futura mano de obra calificada y físicamente desarrollada para incorporarla a la producción nacional. Esto le ocurre a la mitad de la población infantil en Guatemala. La desnutrición y la mala educación de este grupo, además actúa contra la economía del país que no tiene una adecuada población sana, bien alimentada y formada para ser productiva. Pero lo más grave es que esto atenta contra muchos niños al enfrentarlos a una desnutrición crónica llena de limitaciones.
Los empresarios con su actitud ambiciosa y miope no tienen una visión solidaria, viven en este país que es su fuente de enriquecimiento. Su único objetivo es aumentar su riqueza privada a cualquier precio y utilizando cualquier medio, hasta atentar contra la población infantil. Fortalecer una economía nacional de producción de alimentos para el consumo interno, a precios bajos, es urgente. Dinamizaría la producción y el consumo nacional, pero sobre todo permitiría la formación de un sector de economías campesinas que daría acceso y seguridad alimentaria a los más pobres. Esto a su vez demuestra la debilidad y ausencia del Estado. En una de las tareas esenciales que le corresponde pues según la Constitución es proteger a las familias. Es urgente superar lo más pronto posible esta situación con una política alimentaria auto sostenible. Muestra el atraso económico y social de esta sociedad, y su concentración económica. Por esta vía Guatemala está recorriendo y garantizando un camino de atraso como sello nacional. En Centro América países más pobres han logrado vencer esta limitación.
Al no existir una política pública, fuerte y segura de nutrición bien diseñada y organizada, se perpetúa la desnutrición crónica infantil que no augura un buen futuro a esta sociedad. Esto le aumenta y agrega una problemática más a un país con un escaso desarrollo humano, derechos alimentarios, baja distribución de la riqueza, mala educación, escasas fuentes de empleo, concentración de la riqueza y de la propiedad, poco desarrollo económico democrático, demostrando un perfil que no mira hacia el futuro, sino al pasado. Le muestra al mundo escasas posibilidades futuras de llegar a ser o tener una democracia nacional de ciudadanos libres e iguales de la cual todos sus miembros son personas responsables (ricos y pobres), sino seguirá siendo calificada como uno de los países más desiguales y poco desarrollados de América Latina y del mundo.
El proceso de desarrollo de capital humano no existe como un proyecto sustantivo, pues la tradición de esta sociedad de incorporarse a planteamientos y proyectos avanzados no existen con la imposición y prácticas dominantes de acciones extractivas de riqueza, al estilo de siglos atrás ni una perspectiva positiva y una democracia igualitaria.

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