Volver a lo sencillo, a lo fraterno, a lo familiar
Lugar Hermenéutico
Es difícil precisar cuándo comenzó a celebrarse la Navidad tal como la conocemos hoy día, más allá de las costumbres, mitos y leyendas que se sumaron a lo largo de los siglos en muchos países, la celebración del nacimiento del Jesús Cristo representa una de las fechas más emblemáticas en la fe cristiana.
Aun cuando se celebre el nacimiento del hijo de Dios, muchos preferimos ver a Jesucristo como un ser humano sumamente especial, lejos de esa deidad que le hace ver alguien sobrenatural lejos del alcance terrenal, en lo personal considero que verlo como prójimo pone aun en mayor perspectiva el valor de la persona que partió la historia en el antes y en el después de su nacimiento.
La Navidad ha sido representada de diferentes maneras a través del tiempo, desde el primitivo arte cristiano y la iconografía bizantina, pasando por los lienzos de los artistas del Renacimiento hasta llegar a San Francisco de Asís, fundador de la orden Franciscana quién en 1223 a su regreso de una peregrinación por Tierra Santa, obtuvo del Papa Honorio III el permiso para celebrar la Navidad de una forma diferente, construyendo un nacimiento en el que aparecían las figuras de José, María, los pastores, así como un asno y un buey resguardando el nacimiento del redentor.
A esta estampa el tiempo y su contexto han ido sumando más elementos, como el árbol, las esferas plásticas, las luces de color, la imagen de don Nicolás y con ella la de las ofertas, los regalos y demás.
Y es en medio de este torbellino de ofertas, redes sociales y acoso comercial que necesitamos hacer un detente y reencontremos con el mejor sentido de esta celebración, volver a lo sencillo, a lo fraterno, a lo familiar, a lo solidario, invocando la pureza de los grandes ideales del Cristo, quién nos heredó la ciencia del amor al prójimo como método para la convivencia social y pacífica de toda la humanidad. ¡Que pasen una muy feliz Navidad…!

Lea más del autor: