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Matrimonio: Valor social actual

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Así titulaba un muy reciente artículo publicado en Avvenire, donde el https://www.avvenire.it/opinioni/pagine/la-scoperta-dei-liberal-usa-il-matrimonio-contro-la-povert corresponsal del diario italiano en EE.UU.­ señala algunos cambios de actitud, preocupado porque la izquierda estadounidense empieza a plantearse la importancia del matrimonio.

La caída de la tasa de matrimonios es preocupante, pues es verdad que un alto número de niños son criados en parejas no casadas, y este tipo de parejas tienden a ser más inestables y menos duraderas.

Además, con esta ocasión es bueno recordar lo que se refleja cada vez más mundialmente. Que los hogares formados por madres solas con hijos tienen grandes dificultades económicas: estos hogares, sostenidos por madres solas, tienen ingresos medios equivalentes a un tercio de los que tienen las familias con padre y madre casados. Además, la escasez de recursos no es lo único que preocupa a estas madres: la soledad es otro factor dramático. Es ilustrativo, por ejemplo, que en EE.UU. 120.000 madres solas se registraron en CoAbode, una web que conecta a madres sin pareja para compartir vivienda.

Además de esta realidad, hay una llamada de apoyo desde el punto de vista científico. La Dra. Moratalla, Presidenta de la Asociación española de Bioética, en su estudio Cerebro materno y cerebro paterno: adaptación de estilos de vida familiar (uden, 2 dic 2015), describe científicamente los cambios a nivel cerebral en los padres, como una “reprogramación” casi automática, que les vuelve a ellos personas más atentas y con mayor capacidad de concentración y reacción en las actividades cotidianas: la atención al bebé enriquece el “cerebro social” de sus padres y llega a la fusión con la otra persona: es el amor de los padres a los hijos. Este vínculo con el hijo ayuda a los padres a ser más abnegados, comprensivos, generosos.  Y los prepara para acudir con prontitud a solucionar sus necesidades. El rostro del bebé despierta en los demás un afecto que, además en los progenitores, pone en marcha los sistemas cerebrales que les permiten acertar las respuestas a lo que reclama.

Todo esto ayuda a valorar socialmente el matrimonio: las familias fuertes se basan en matrimonios fuertes y construyen sociedades fuertes; y viene bien recordar aquí el conocido estudio National Marriage Report de la Universidad de Nueva Jersey que muestra cómo la caída del matrimonio en Estados Unidos ha traído muchas consecuencias negativas para las personas y la entera sociedad. Y señala que quienes viven juntos antes del matrimonio es más probable que lo rompan después. Y que la cohabitación es más común entre personas con niveles educativos más bajos y con menos valores.

Estamos ante algo que deberían tener muy en cuenta nuestros gobernantes: promover políticas sociales y económicas que ayuden a los matrimonios; reconocer, respetar y apoyarlo como una unión estable entre un hombre y una mujer, que profesan un compromiso para toda la vida. El matrimonio, base de la familia, responde al auténtico bien de toda la sociedad.

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