Columnas

Consolidar la integración centroamericana

Evolución

Esta semana se conoció que diputados del Partido Humanista presentaron una iniciativa de ley con miras a iniciar el retiro de Guatemala del Parlamento Centroamericano. El artículo dos de dicha propuesta contempla que “El Organismo Ejecutivo deberá iniciar el proceso de retiro de Guatemala del Tratado Constitutivo del Parlamento Centroamericano, de conformidad con los artículos 54 y 56 de la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados; solicitando al Estado Depositario hacer las comunicaciones que sean necesarias a los demás estados partes para los efectos correspondientes.”

Cuando uno analiza la razón de ser de esta instancia regional y, sobre todo, los objetivos que se supone debería cumplir, nota de inmediato la inutilidad del mismo. Por ejemplo, el artículo uno del tratado constitutivo del Parlacen, en el cual se expone su “naturaleza”, se indica que éste es un “órgano regional de planteamiento, análisis y recomendación sobre asuntos políticos, económicos, sociales y culturales de interés común, con el fin de lograr una convivencia pacífica dentro de un marco de seguridad y bienestar social, que se fundamente en la democracia representativa y participativa, en el pluralismo y en el respeto a las legislaciones nacionales y al derecho internacional.” Seguramente quienes idearon la creación de esta instancia inservible recurrieron a semejante cantinfleo para dar la ilusión, que ni ellos mismos se creyeron, que se trabajaría en la integración regional, cosa que ni por su misma naturaleza se persigue ni se permite. En realidad, para todos es claro que el Parlacen únicamente ha servido para dar empleo, refugio, inmunidad y privilegios a ex presidentes y vice presidentes, así como a parientes y allegados de caudillos políticos que por sus propios méritos no se pueden ganar si quiera una curul en el congreso.  

Por mucho tiempo la población consciente de ello ha venido exigiendo cada vez más fuerte que Guatemala se retire de esta instancia que solo implica un desperdicio de recursos. El Presidente Giammattei ofreció que su gobierno apoyaría una iniciativa de este tipo. Y ahora una bancada de diputados al congreso ha dado el primer paso, lo cual ha sido bien recibido por la población. Esperamos que el resto de partidos políticos responsables se sumen a esta iniciativa y que finalmente la salida de Guatemala del Parlacen se convierta en una realidad.

La integración centroamericana es urgente y necesaria. Se han dado algunos avances pero aún hay muchos asuntos sobre los cuales se debe trabajar. Se debe consolidar la unión aduanera en toda Centroamérica. Se deben eliminar eficaz y funcionalmente las aduanas entre los países centroamericanos, debiendo desaparecer las trabas burocráticas y restricciones innecesarias e injustificables al comercio regional. Se deben facilitar las interacciones financieras en el comercio e inversiones regionales. Se debe facilitar los procesos migratorios entre Centroamérica. Estos ejemplos, como otros tantos temas de integración deben ser prioridad de todos los gobiernos de la región y bien haría el presidente en enfocarse en políticas de este tipo, como lo ha hecho por ejemplo en el tema de cielos abiertos con El Salvador, y liderar este esfuerzo. 

Hasta ahora el Parlacen más bien ha servido de excusa. Ahí ha estado, pero como no tiene atribuciones tangibles y vinculantes, la integración centroamericana nunca se concretiza. Salgamos de una vez por todas de este estorbo inútil que solo nos consume recursos que escasean para otras prioridades y enfoquémonos en las políticas públicas y acuerdos regionales con miras a una verdadera integración, lo cual si contribuirá a mayor desarrollo en la región.

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Alejandro Baldizón

Abogado y Notario, catedrático universitario y analista en las áreas de economía, política y derecho.