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¡Choconoyes!

Teorema

En las últimas semanas, todos hemos estado expuestos a una inmensa cantidad de información acerca del Coronavirus. Una parte de esa información es buena, otra no lo es. Lo complejo es decidir si un dato es falso o verdadero. Siempre ha sido así, pero ahora es más importante porque hay vidas humanas en juego. Las redes sociales presentan mucha basura. La prensa suele ser más acuciosa pero no se puede confiar ciegamente en lo que dice.

En general, creo que uno debiera desconfiar de informes que no tienen una firma responsable. Aun cuando los datos consignados citen a una organización confiable como la Universidad John Hopkins, vale la pena acudir al sitio web de la fuente original y verlo allí.

Para escribir lo que sigue, investigué fuentes confiables. Pero algunos datos elementales parecen no estar disponibles: ¿Cuánto vive un virus fuera del cuerpo humano? ¿Cuánto tiempo permanece activo dentro de un cadáver? ¿Cómo reacciona ante diferentes temperaturas o a la humedad relativa? ¿Cómo le va ―al virus― con el frío o el calor?

No encontré ninguna respuesta a tan básicas preguntas que me diera confianza. En cambio, muchos periódicos colombianos tenían su propia versión sobre la vida del Coronavirus en diferentes ambientes y superficies, pero no acreditaban la fuente. También sucedió que algunos artículos referían un origen que no existía. Este artículo solo recoge datos de fuentes originales. Ayer recibí un WhatsApp de una fuente de Irán que se llama Sepanja. Este asegura que el virus muere a 56 oC y que se deposita, no en la garganta, sino en la nariz.

En su inicio, cuando el brote de virus surgió y se desarrolló en Wuhan, China, se trataba de una Epidemia; se llama así cuando solo afecta a un país o a una región. Lo siguió siendo cuando avanzó a otras partes de China y a países vecinos. Cuando alcanzó otros continentes y el contagio fue doméstico (entre personas que no habían viajado a otro país), dejó de ser una Epidemia. La clasificación como pandemia exige que los casos de cada país ya no sean importados sino provocados por trasmisión comunitaria. El Coronavirus ya tiene presencia en 160 países y todos los continentes. Así, hubo precisión y exactitud al calificarlo como Pandemia.

El historial de pandemias sufridas por la humanidad es extenso. Wikipedia presenta 39 casos en casi 2,500 años (en promedio, uno cada 66 años). De ellos he seleccionado solamente los nueve que, a mi juicio, son más conocidos. La cifra de muertes debe tomarse como un indicativo de su gravedad y hay que tomar en cuenta el tamaño de la población del mundo, que alcanzó un millardo en el año 1800.

Plaga de Atenas, 430 a 429 y 426 a 425 AC. Grecia; 150,000 personas murieron.

Peste bubónica o de Justiniano, 542 África, Asia y Europa; entre 25 y 50 millones de personas murieron.

Muerte negra, 1331–1353 Europa, Asia y África; 75 a 200 millones de personas murieron.

Cólera, inició en 1817 y se repitió seis veces durante todo el siglo XIX, tuvo un séptimo brote en 1961. Estuvo presente en Asia, América, Europa y África; 10 millones de personas murieron.

Gripe española, 1918, Todo el mundo; 50 millones de personas murieron.

Gripe asiática, 1957; Todo el mundo; 2 millones de personas murieron.

Gripe de Hong Kong, 1968-1969; Todo el mundo; un millón de personas murieron.

VIH/SIDA, 1960 a la fecha. Todo el mundo; 30 millones de personas murieron.

De la historia de las pandemias, se puede concluir que tienen larga duración. La humanidad ha desarrollado curas y vacunas preventivas, pero han sido paliativos. Muchas veces, cuando ya se consideraban bajo control, han vuelto a resurgir. En mi opinión, quienes piensan que el Coronavirus habrá sido erradicado al término de la Semana Santa 2020, están equivocados.

Creo que habremos de aprender a vivir con él, así como hemos aprendido a vivir con el virus del VIH-SIDA. Hoy, nos sorprende saber que esa pandemia ―surgida hace 39 años― tenía 37.9 millones de personas infectadas a fines de 2018, que en ese año, 1.7 millones lo contrajeron y que, también en 2018, hubo 770 mil decesos por enfermedades relacionadas (Fuente: ONUSIDA).

En Guatemala hemos sufrido otras pandemias como el cólera, la gripe española, la gripe asiática y el VIH-SIDA. Desconozco si hay registros del número de personas que perdieron la vida en nuestro país por esas pandemias. El sarampión, la rubeola y la varicela fueron epidemias virales que nos afectaron. La bacteria causante de la tuberculosis causó temor entre la población del siglo pasado.

Quizá la mayor diferencia entre esos antecedentes y la actual crisis por el Coronavirus sea que hoy contamos con mucha información (la mayoría mala) y antes era muy escasa. Hoy, aun las personas más alejadas de los centros urbanos tienen información de lo que está sucediendo y las políticas tomadas por el gobierno. Los mensajes del presidente Giammattei, con el perdón por el uso de la palabra, han “viralizado”.

Algunos datos sobre el Coronavirus. Se detectó por primera vez en Wuhan, China, el 7 de diciembre de 2019. A la fecha ha infectado a más de 321 mil personas en 176 países distribuidos en los cinco continentes. Los datos que siguen provienen de The Johns Hopkins University & Medicine, Coronavirus Resource Center.

Datos del 22 de marzo de 2020 al medio día. Casos confirmados en el mundo: 321, 943. Total de defunciones en el mundo: 13,714. Número de personas recuperadas en el mundo: 94,704. Casos confirmados en Guatemala: 17. Defunciones en Guatemala: 1. Personas recuperadas en Guatemala: ninguna.

Los países con mayor número de casos confirmados son: (en ese orden) China, Italia, España, Estados Unidos, Alemania e Irán. Los países con mayor número de defunciones son (en ese orden): Italia, China, Irán, España, Francia y Reino Unido.

Los países con mayor número de personas recuperadas son (en ese orden): China, Irán, Italia, España y Corea del Sur.

En términos porcentuales, para todo el mundo, se ha recuperado 30.1% y ha fallecido 4.2%. El resto, está bajo tratamiento.

Los guatemaltecos hemos sobrevivido a terremotos, se nos ha rajado la tierra, conocimos los devastadores lahares, nos hemos sobrepuesto a los huracanes y a otros fenómenos de la Naturaleza. Cuando empezó el VIH-SIDA hubo mucha alarma, casi histérica, como ahora. La gente evitaba los sanitarios públicos y, en caso de absoluta urgencia los forraba con papel antes de sentarse. Pero nos fuimos acostumbrando. Ahora ya no nos preocupa tanto. Creo que con el Coronavirus va a suceder lo mismo. Habremos de cambiar algunos hábitos, pero saldremos adelante. En todo caso, si como creo, esto va para largo, no podemos permanecer encerrados y paralizados, inermes, esperando un nuevo brote.

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José Fernando García Molina

Guatemalteco, 67 años, casado, dos hijos, ingeniero, economista.Tiene una licenciatura en ingeniería eléctrica de la Universidad de San Carlos, una licenciatura en ingeniería industrial de la Universidad Rafael Landívar –URL–, una maestría en economía en la Universidad Francisco Marroquín –UFM–-, estudios de especialización en ingeniería pentaconta en la ITTLS de España.

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