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Congreso nuevo mañas viejas

Barataria

¿HASTA CUANDO VAMOS A SOPORTAR A ESTA INDOLENTE CLASE POLÍTICA

La actual legislatura fue electa en las pasadas elecciones celebradas en 2019, de ella 1 de cada 3 Diputados fue electo en su primera diputación es decir que hablamos de un tercio del actual Congreso de la República tiene diputados novatos, que se asume entran al ejercicio de la diputación sin “antecedentes” de las conductas de sus predecesores.  Los cuestionamientos hacía el poder legislativo en la mayoría de países vienen de diversos sectores y en general su conducta se cuestiona porque la dinámica de producción de la normativa jurídica de cualquier índole siempre va a afectar intereses de algún grupo de la colectividad.  Sin embargo, si algo es completamente cierto en cualquier parlamento o congreso de Diputados es que quien les llevó a ocupar esos cargos es el voto popular es decir la suma completa de todos los votos individuales les otorga la oportunidad de ocupar una curul en el Congreso.  Es decir que en realidad se deben al pueblo que acudió a votar con base a las promesas, “proyectos” o “planes de trabajo”, que ofrecen los funcionarios y que al final deciden los candidatos ganadores.

En cada proceso electoral, existe una mecánica de ilusión de parte de la población de que al depositar su voto por el candidato quién llena de promesas electoreras que parecen más mentiras que un novio aprovechándose de la inocencia de su novia, porque muchos “hasta derraman sus lágrimas” (falsas por cierto), para “suplicar” los votos. Una vez llegan al Congreso de la República aparecen como lo peor que pudimos haber elegido, salvo honrosas excepciones.

Cuando la actual legislatura asumió se consideró que, siendo un tercio del total de Diputados eran nuevos el Organismo Legislativo sería mucho más dinámico, además de que se habían quedado atrás las prácticas legislativas del pasado; como aquellos casos en donde se aprobaban prestamos millonarios de urgencia nacional y que luego nos enteraríamos que “corrió dinero en medio” como el caso Odebrecht; o leyes a la medida de ciertos sectores económicos, o bien prácticas como una legislatura que literalmente “paralizó” la actividad legislativa promoviendo una interpelación a un Ministro de Finanzas que tenía solo quince días de haber asumido el cargo.  Pero nos olvidamos de que lo que en realidad sucede en estos casos es que muchos de los Diputados que asumen su curul, tienen poca o nula independencia, responden a intereses mucho más grandes que sus propias conciencias, porque en realidad han vendido sus conciencias al mejor postor cuando son promovidos por diferentes partidos políticos que en realidad no son organizaciones políticas sino empresas electoreras organizadas para alcanzar el poder político bajo el “cacicazgo” de una persona.  Naturalmente, no todos los Diputados caen bajo la definición anterior, existen honrosas excepciones de Diputados y Diputadas que no venden ni su conciencia ni a su país.

En medio de la crisis sanitaria desatada por el Covid 19, el pasado jueves el Congreso de la República aprovechando la coyuntura de emergencia, procedieron a iniciar una sesión con más de tres horas de retraso inexplicable, para avanzarse a entradas horas de la madrugada en orden de aprobar un paquete de leyes que servirían para un rescate económico a los sectores más vulnerables de la crisis sanitaria.  Lo más ridículo que ocurre en el mismo parlamento es que, el mismo presidente del Congreso Diputado Allan Rodríguez el cual se encuentra en su primera legislatura le negó el uso de la palabra a quienes la solicitaron luego de que no se había logrado aprobar una moción privilegiada para aprobar entre otros la ampliación presupuestaria y siguiendo los dictados de un Diputado ya con alguna experiencia, prefirió permitir la lectura del Primer Secretario antes de brindar la palabra, promoviendo un bochornoso suceso, ignorando que un Congreso de Diputados es para discutir, parlamentar, expresar opiniones y escucharlas aun cuando no estamos de acuerdo, así como los puntos de vista sobre las leyes que se quieren aprobar. Incluso llegó al extremo de permitir que se bloquearan los micrófonos para que no hablaran los Diputados y Diputadas quienes tuvieron que levantarse de su curul e ir a reclamarle literalmente en su cara.

Actos como esto demuestran las mismas costumbres, las mismas mañas promovidas por personajes oscuros quienes nunca van a manifestarse públicamente pero utilizan a sus títeres Diputados para llevar a cabo sus oscuros intereses.  Por si esto no fuera ya demasiado bochornoso y hasta repugnante intelectualmente, aparece una segunda acción protagonizada por el Primer Secretario Felipe Alejos, quien en plena votación de un negocio urgió cerrar la votación no permitiendo que todos se manifestasen, aunque no es el autor original de esta práctica en el Congreso los asuntos se suelen someter a votación y de acuerdo a la Junta Directiva de turno, se amplía el tiempo para que todos voten, incluso por más de cinco minutos o bien se cierra en menos de 30 segundos dependiendo si no les conviene una votación. Así las cosas, estamos en realidad ante un Congreso con diputados nuevos, pero con mañas muy viejas.  Ello sin demeritar el hecho de que la sesión se llevó a cabo durante toda la madrugada del día siguiente y una de las razones fue precisamente porque se inició con muchas horas de retraso, quizá considerando que algunos asistentes se cansarían y procedieran a votar sin mayor análisis.

Lo cierto de todo es que, en tanto tengamos el sistema de partidos políticos actuales, las mafias siempre van a estar apoderándose del poder político, controlando el Congreso de Diputados, y manteniendo cooptadas las demás instituciones, de tal suerte que los derechos fundamentales y la misma finalidad del Estado que es el bien común, terminan siendo únicamente un conjunto de ideales a lo que aspiramos todos los guatemaltecos, pero que nunca van a llegar a ser una realidad material , porque todos estos funcionarios y dignatarios de la nación cooptados, nunca van a velar por el bien común, porque sus conciencias estas “hipotecadas” a un alto precio a quienes resultan ser sus verdaderos dueños ante quienes deberán rendir cuentas.

Si analizamos todas las discusiones sobre la Ley Electoral y De Partidos Políticos la más difícil resulta es lo relativo a la elección de los diputados, ya que siempre y cuando no se elimine el listado nacional como un medio de elegir Representantes al Congreso, siempre se van a elegir personas indeseables.  Y si nos preguntamos ¿A qué distrito representan los Diputados Electos por Lista Nacional? Pues en realidad no representan ningún distrito, a menos que consideremos que toda la República es un distrito, en cuyo caso no necesitaríamos elegir diputados por cada uno de los departamentos.

En Realidad hay que crear más distritos electorales en los cuales conozcamos a quienes en realidad nos van a representar sin votar por un partido que no tiene sentido hacerlo. Asimismo habrá que permitir que los Comités Cívicos puedan proponer candidatos a Diputados y no solo candidatos a Alcaldes, ya que esto democratiza la elección y se contrapone al actual sistema de partidos políticos que en realidad son creados y manejados por personas.  Mucho se ha hablado de esto, hay personas que se creen “dueños” de partidos políticos, los administran como si fueran sus empresas y de alguna manera contraen compromisos con muchos poderes fácticos del país, grupos del sector económico y en muchos casos con el crimen organizado, compromisos estos que luego resultan en formas de gobernar, en acciones en el Congreso y en la forma en que muchos municipios hoy en día son administrados por autoridades que en realidad no buscan el bien común.

Si los guatemaltecos no hemos tenido suficiente ya en el pasado con la actuación de muchos Diputados y funcionarios públicos descarados, desvergonzados y sin la más mínima expresión de honradez y ética, siempre las instituciones y el presupuesto de este país van a estar destinados a las mafias que mantienen este sistema electoral que debemos cambiar sí o sí, porque de no hacerlo, no importan cuantas caras nuevas tengamos en Diputados, Diputadas, Alcaldes, Alcaldesas, Presidente o Presidenta y otros funcionarios públicos y judiciales que, aunque no son electas directamente resultan parte de las mismas transas, porque siempre van a ser las mismas mañas.

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Emilio Estrada

El Doctor Emilio Estrada, es abogado egresado de la Universidad de San Carlos de Guatemala, obtuvo su PhD en Sociología en la Universidad de Salamanca, España, es abogado litigante.