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¿Qué hemos aprendido de la crisis?

Divi Filius

La importancia de los liderazgos efectivos y serios.  La importancia de los liderazgos profesionales.  

En cuestión de meses el mundo que conocíamos se hizo añicos.  Las certezas que se tenían ahora están puestas en duda.  Está puesto en duda la continuidad del mundo globalizado y sin fronteras.  Está puesto en duda el rol de influencia de las empresas transnacionales cómo poderosos actores no gubernamentales.  La crisis económica que ya comienza, ha puesto en jaque a las grandes empresas transnacionales.  De hecho, ha puesto en jaque al sistema de producción capitalista y al capitalismo financiero.  Por último quizá, está puesta la continuidad de nuestra existencia asegurada porque el mundo al que saldremos – luego de esta suerte de medidas drásticas-  no será la ´normalidad´ a la cual estamos acostumbrados.  Mientras no se desarrolle una vacuna, y mientras no exista un compuesto químico capaz de debilitar el virus SARS-CoV-2, el riesgo del contagio y las medidas especiales de higiene serán la constante. Ingresamos a la paranoia de la profilaxis.

Ante este escenario, las sociedades esperan estar lideradas por los mejores.  Y esta es una conclusión importante a la cual esta ´aldea global´ llega pagando un precio durísimo.  En este escenario donde los errores de política pública cuestan vidas, ¿Daría lo mismo que un ex futbolista, un ex comediante, o un bachiller fuese el líder del gobierno?  ¿Al momento de esta crisis confiamos en un líder que tiene visiones religiosas o que escucha a los expertos médicos? ¿Confiamos en liderazgos acostumbrados a leer informes técnicos o personas que en su vida han tomado en sus manos un documento técnico?  En este momento de crisis, usted estimado lector, ¿Prefiere ser gobernado por Duterte, Bolsonaro, López Obrador, Donald Trump o Angela Merkel?  Incluso liderazgos políticos profesionales como el de Pedro Sánchez Pérez-Castejón (actual presidente del gobierno español) fueron profundamente irresponsables pues con la evidencia de contagios masivos a finales de Enero permitieron desarrollar eventos masivos que tomaron lugar a inicios de Marzo. Razones políticas e ideológicas primaron sobre la responsabilidad política.

Volteando el argumento, no se puede dejar de reconocer que buena parte de las distintas sociedades han tenido problema para comprender la importancia de acatar las normativas de cuarentena, previsión y confinamiento.  Normativas que por cierto están dirigidas a salvar vidas.  Si la mayoría de personas son tercas y lentas para entender estas normativas, ¿Por cuál razón sociedades que no se informan, que prefieren las redes sociales a la información verídica se merecen el derecho del voto?

Muchas cosas van cambiar en los siguientes meses.

Pero es perfectamente válido aceptar que de ahora en adelante, la ´cosa pública´ no puede quedar en manos de políticos de cuarta, improvisados o al capricho de sociedades irresponsables.

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David Martínez-Amador

Becario Fulbright del Departamento de Estado Norteamericano. Politólogo, UMASS-Amherst. Investigador Social en las áreas de Consolidación Democrática, Crimen Organizado Transnacional, e impacto del crimen transnacional en la gobernabilidad democrática. Miembro de la Red de Investigadores Latinoamericanos por la Paz y la Democracia ÍNSUMIISOS´ con sede en Ciudad de México. Profesor universitario y consultor. Ha trabajado en Centroamérica, México, Estados Unidos y Canadá.