La burocracia el peor obstáculo
Barataria
Siempre me ha resultado divertido el nombre que Mafalda le dio a la tortuga que tenía de mascota: Burocracia. Un nombre singular para representar a aquel reptil que camina con tal lentitud que no le importa nada a su alrededor. En medio de esta crisis sanitaria del Covid 19, resulta puntualmente alarmante cómo la burocracia puede llegar a provocar otra verdadera crisis en medio de la pandemia ya existente y esta debido a que en Guatemala, parece no haber eficiencia.
En medio de esta crisis se han dispuesto de varias instituciones que al parecer no están ni estaban preparadas para poder ser el brazo del Estado para ser el vehículo para traslado de fondos o bien para otorgamiento de créditos. Así se puede mencionar el Fondo para la Protección del Empleo curiosamente este fondo van a intervenir dos Ministerios de Estado, leyeron bien, ¡Dos Ministerios de Estado! Primeramente el Ministerio de Trabajo y Previsión Social Que a través de la Inspección General de Trabajo deberá de aprobar la solicitud de suspensión de los contratos de trabajo para los trabajadores. Este solo trámite es un verdadero fastidio para los patronos ya que se choca mucho con el exceso de formalismo del trámite. Entre los requisitos se piden contratos de trabajo por escrito, el acuerdo de suspensión y, como otro requisito el “Informe Anual del Empleador”. Si bien es cierto que este informe es muy útil para determinar el número de empleados y patronos así como otros aspectos, el ultimo únicamente fue presentado por 14,666 Patronos, que reportaron un total de 1,010,311 empleados. Dejando de lado la economía informal y resulta evidente que este informe no ha sido presentado por la mayoría de patronos y su exigencia por parte de la Inspección General de Trabajo lo que denota la falta de cumplimiento de su labor. El problema es que en medio de la crisis sanitaria, este Ministerio plantea que para autorizar la suspensión del contrato de trabajo que es necesaria para que se obtenga el beneficio para los trabajadores hace que este exceso de formalismo retrase los trámites. Además de ello, no entiendo por qué si el Ministerio de Trabajo es también de Previsión Social debe intervenir el Ministerio de Economía, para que los fondos sean desembolsados, cuando en realidad lo pudo haber realizado un solo Ministerio. Ya que al tener aprobada la suspensión del contrato de trabajo habrá que realizar otro trámite ante el Ministerio de Economía quien es el que al final autoriza el pago. Dos Ministerios para un solo trámite y si a ello le sumamos que cada trámite puede tardar entre dos a tres semanas estamos hablando de un mes y medio en el mejor de los casos y esto a sabiendas que estamos en crisis y los fondos para los trabajadores no llegan.
De igual manera resulta sumamente preocupante que desde el inicio de la crisis el Ministerio de Estado encargado de autorizar a las empresas a poder trabajar durante la prohibición fue el Ministerio de Economía, que nada tiene que ver con la prestación del trabajo y las condiciones de esta; porque esto corresponde al Ministerio de Trabajo y ¡¡¡Previsión Social!!! Sin embargo este poder dado al Ministerio de Economía lo único que nos señala es que este gobierno les está dando prioridad a los empresarios sobre los trabajadores.
Otra institución que deja mucho que desear es el Crédito Hipotecario Nacional; en efecto, existiendo en Guatemala muchos otros bancos que puede coadyuvar a la tarea se le dejó al CHN la tarea de manejar fondos destinados para créditos y que presenta muchas dificultades. Por un lado, el programa que ya está funcionando y que está destinado para reactivación económica de las pequeñas y medianas empresas, sin embargo los créditos se están concediendo con tanta lentitud, muchísimos más requisitos y con un análisis de crédito que pareciera que pasará la crisis antes de que muchos reciban sus créditos. Los otros dos fondos, ni siquiera se han implementado, porque “aún no están listos los reglamentos para el otorgamiento de estos créditos”; así las cosas es casi seguro que cuando los afectados puedan recibir los créditos (si es que se los autorizan) ya habrá llegado junio o julio y posiblemente las empresas, personas individuales y profesionales ya habrán quebrado. Además de ello, son muchos los pequeños empresarios, comerciantes individuales e incluso profesionales que han tenido muchos problemas con créditos, no calificarán puesto que han sido víctimas de aquellos ladrones de datos que lucran con la información personal de muchos sin consentimiento alguno de ellos; SI, me refiero a aquellos comerciantes de datos que dan muerte civil a muchos guatemaltecos robándoles literalmente sus datos y comercializándolos al mejor postor sin que tenga la mínima autorización de los dueños de esos datos. Esos burós de crédito (nombre elegante para llamar a una sarta de ladrones) como Infornet, Transunion, la Asociación Bancaria de Guatemala y otros. Por lo que la crisis seguirá seguramente para estos.
Además, resulta claro que las Municipalidades nunca van a poder enlistar a quienes en realidad son parte de la economía informal. Todo hubiese sido una ganga para los Alcaldes y Concejos Municipales si no fuera porque el Gobierno les exige una declaración jurada y entonces no pueden incluir en los listados a sus amigos y correligionarios. Pero lo triste de este caso es que, cada día es más evidente, que las población solo les sirve a los políticos para cuando deben votar pero luego de ello no se acuerdan de quienes son, ya que es patético durante las campañas electorales. El hecho de que las Municipalidades no se preocupen por tener una mayor información de la población de sus municipios ya que no dispone de información sobre quienes se dedican a la economía informal ni han hecho esfuerzos serios para manejar mayores datos sobre sus propios municipios, lo cual indica que el ejercicio de sus funciones solamente son casuísticos sin planes reales de desarrollo municipal.
Debemos entender que hay una crisis sanitaria pero que atrás de ella, cuál jinete apocalíptico viene una crisis mayor que es la crisis económica que está aquejando a algunos que ya están vislumbrando un horizonte sin mejora. El Gobierno de Guatemala deberá entender que muchos que están solicitando las ayudas, no son personas que las necesitaban hasta el momento en que se paralizó la economía y que si la solicitan va a ser porque quieren desde su particular actividad económica reactivarse. Pero si hay tantos requisitos, tanta burocracia, seguramente la ayuda les llegará, pero quizá en el año 2021 cuando ya muchos hayan sufrido más por la negligencia del Estado que por la crisis sanitaria.
Todos los programas y planes que el Gobierno está disponiendo si no llega la ayuda a los necesitados de nada servirá haber dispuesto de miles de millones de quetzales para este fin, será como el hundimiento del Titanic en donde disponiendo de varios botes para salvar a la mayoría de los pasajeros muchos partieron con menos de la mitad de su capacidad dejando a su suerte a la mayoría.

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