Aigues Mortes
Editado Para La Historia
El idioma occitano agrupa toda una serie de idiomas del sur de España, del sur de Francia y de Italia. Occitania es un territorio así llamado por los romanos y que, como su nombre lo indica, se encontraba en los confines occidentales del Imperio.
Fue en idioma occitano que se le dio nombre al lugar que nos ocupa el día de hoy: la ciudad de Aigues Mortes, que en español significa Aguas Muertas, Aguas Estancadas. Estamos en Camarga, zona natural del sur de Francia: región de caballos salvajes, flamencos, arroz, vino y sal.
Nos remontamos a la época del reinado de Luis IX, San Luis Rey de Francia, que nació en Pontoise, cerca de París, en 1234 y murió en Túnez el 25 de agosto de 1270. Es precisamente el 25 de agosto que se celebra su santoral después de su canonización en 1297. Luis IX fue un hermoso rey, muy devoto y temeroso de Dios, hijo de Blanca de Castilla, también extremadamente religiosa y que lo ayudó en la construcción de la Santa Capilla de París contigua a su palacio para albergar, entre otras, reliquias como la corona de Cristo y que se exponía en la catedral Notre Dame de París.
Los territorios de Francia en aquel momento no tenían ningún puerto al Mediterráneo ya que Marsella y Adge pertenecían a otros señores y fue el deseo de Luis IX crear una ciudad que permitiera tener una salida directa al Mediterráneo y desde allí poder llegar a las tierras ocupadas por los infieles.
Luis IX tenía el deseo de recuperar Jerusalén para los cristianos, tierra en la que fuera crucificado nuestro Señor Jesús y para ello organizó la séptima cruzada donde fue hecho prisionero por los moros y liberado 7 años más tarde contra el pago de una enorme recompensa.
Debido a que los otomanos ocuparon Tierra Santa impidiendo la visita de Jerusalén por los peregrinos y por los maltratos a los que eran sometidos, Luis IX decidido lanzar una nueva cruzada, la octava. Ya en tierras del norte de África, Luis IX fallece de disentería, lo que hizo que se detuviera el avance de esta octava cruzada. Esta fue la última de las cruzadas cristianas para tratar de recuperar las tierras que vieron nacer y vivir a nuestro Señor.
La construcción de Aigues Mortes duró más de 30 años y solo fue terminada después de la muerte de Luis IX y bajo el reinado de su hijo Felipe III El Astuto.
Aún permanece en pie la hermosa ciudad de Aigues Mortes que, por su excelente estado de conservación, se considera una de las principales ciudades del medioevo aún en pie. La Aigues Mortes de nuestros días se dedica al turismo y, como antaño, al cultivo de la vid y a la producción de sal. Vista desde los aires tiene una forma rectangular y está unida al mar Mediterráneo por un largo canal, como en la época de Luis.
Con el paso del tiempo y debido al enarenamiento del canal que unía la pequeña ciudad con el mar la ciudad perdió su vocación portuaria a favor de otros puertos mediterráneos que Francia logró obtener por diferentes conquistas.
Cuando en 1685 se revocó el Edicto de Nantes, que permitía la libertad de cultos en Francia, allí fueron encerrados los protestantes, hugonotes como le decían en Francia en aquella época, pasando a ser una gran cárcel la hermosa ciudad que soñara San Luis Rey de Francia para poder traer a manos cristiana la tierra Santa.

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