Trabajo y capital
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Originalmente el capital era la cantidad de dinero excedente que no se ahorraba o no se consumía, sino que se invertía, es decir, se utilizaba para ser multiplicado. El producto de la multiplicación era la ganancia. El dinero invertido en acumular mercancías era capital mercantil. El dinero invertido en devengar una tasa de interés era capital financiero. El dinero invertido en producción de mercancías era capital industrial.
Actualmente suele denominarse capital a los medios destinados a producir bienes económicamente valiosos. Esos medios, llamados medios de producción, pueden ser simples como un azadón o un martillo, o complejos como un tractor agrícola o un robot electrónico.
El capital es una condición necesaria del progreso material del género humano. Ese progreso es creciente cuando el capital menos productivo es sustituido cada vez más por el más productivo. Quiero decir, por ejemplo, que, en la agricultura, hay creciente progreso cuando un azadón es sustituido por un arado tirado por caballos, y ese arado es sustituido por un tractor agrícola.
Evidentemente, el tractor es más productivo que el arado, y el arado es más productivo que el azadón. Y porque el capital es cada vez más productivo, incrementa cada vez más el valor del trabajo. Quiero decir, por ejemplo, que, para cultivar la tierra, el trabajo de quien utiliza un arado es más valioso que el trabajo de quien utiliza un azadón, y que el trabajo de quien utiliza un tractor es más valioso que el trabajo de quien utiliza un arado tirado por caballos.
El trabajo contribuye al progreso material del género humano con el concurso del capital. Evidentemente, tampoco el capital puede contribuir a ese progreso, sin el concurso del trabajo. Y trabajo sin capital es improductivo (como cavar una zanja con las manos); y capital sin trabajo es inútil (como un tractor agrícola para cuya operación no hay un trabajador).
Capital y trabajo son igualmente necesarios; pero ambos son medios, y no fines. Son medios para la producción económica de bienes y servicios destinados a consumo final. El horno panificador es un medio para producir pan, y por eso es valioso. El trabajador que utiliza ese horno es un medio para producir pan, y por eso es valioso. Y porque ambos son medios, valorar el trabajo solo por ser trabajo es tan absurdo como valorar el capital solo por ser capital. El trabajo vale porque es valioso lo que produce. El capital también vale porque es valioso lo que produce.
En una economía socialista solo el Estado, por medio del gobierno, puede ser propietario del capital, es decir, de los medios de producción, los cuales, entonces, son propiedad pública. En la economía capitalista cualquier ciudadano puede ser propietario de los medios de producción, los cuales, entonces, pueden ser propiedad privada.
La historia de la humanidad demuestra que las naciones más prósperas han tenido una economía más próxima al capitalismo que al socialismo. Esa misma historia demuestra que las naciones que han tenido una economía más próxima al socialismo que al capitalismo, han sufrido un cataclísmico colapso (como lo sufrió Rusia), o han tenido que transformarse para aproximarse más al capitalismo (como se transforma China), o subsisten penosamente mediante la despótica represión de la propiedad privada de los medios de producción (como subsiste Cuba y Venezuela).
Yo celebro el Día del Trabajo y también celebro el Día del Capital; pero del capital privado en una economía más próxima al capitalismo que al socialismo. En una economía tal, el capital privado puede, en general, contribuir más al progreso material del género humano; y en particular, contribuir más al mejoramiento del estado de vida de los trabajadores.
Post scriptum. Karl Marx, en Glosas Marginales al Programa del Partido Obrero Alemán, o Crítica del Programa de Gotha, comienza con esta advertencia: “El trabajo no es la fuente de toda riqueza. La naturaleza es la fuente de los valores de uso (¡que son los que verdaderamente integran la riqueza material!), ni más ni menos que el trabajo, que no es más que la manifestación de una fuerza natural, de la fuerza de trabajo del hombre.”

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