A Oliverio en el primer siglo de la AEU
Lugar Hermenéutico
“Si quieren trascender el campus universitario primero que laven la ropa sucia de la casa”.
El próximo 22 de mayo se cumple un siglo de fundación de la Asociación de Estudiantes Universitarios de la Universidad de San Carlos de Guatemala, AEU, una fecha emblemática para la que esta llamada a ser la conciencia de la tricentenaria y del movimiento estudiantil en el país.
A cien años de su fundación, la AEU va a medio camino de un proceso de regeneración luego de un letargo de más de 20 años de una rara mezcla entre clientelismo y vandalismo estudiantil.
El camino seguro estará lleno de baches, pero todo tiempo es bueno para volver la confianza a una institución tan noble que libro heroicas faenas en pro de la sociedad guatemalteca a lo largo de su historia, faenas que permite honrar la memoria del recordado dirigente Oliverio Castañeda de León.
Oliverio es el icono de la lucha estudiantil de su tiempo y más allá, brillante estudiante de la Facultad de Ciencias Económicas y Secretario General de la AEU desde el 22 de mayo de 1978 hasta su vil y cobarde asesinato por parte de las fuerzas represivas del Estado Guatemalteco a tan solo 100 metros del Palacio Nacional el 20 de octubre del mismo año.
Ricardo Sáenz de Tejada al introducir la biografía de este icono estudiantil plantea que uno de los objetivos de escribir el documento fue no solamente hablar del joven dirigente estudiantil asesinado, sino ofrecer también una interpretación del conflictos social y político en el periodo en el que le toco vivir y que le convirtió tras su cobarde asesinato en una referencia de la lucha social y popular guatemalteca.
Tras 42 años después de Oliverio, con nuevos desafíos tanto dentro como fuera de la USAC, la AEU intenta resurgir, esta nueva generación de dirigentes estudiantiles debe continuar ese proceso de regeneración que ha iniciado
La nueva era de la AEU debe ganarse de nuevo el respeto de la comunidad académica, estudiantil y social. Un buen punto de inicio es procurar una labor muy crítica en exigir la transparencia de actuación de sus autoridades universitarias, antes de intentar cuestionar las decisiones nacionales, si quieren trascender el campus universitario primero que laven la ropa sucia de la casa.
Larga vida a la AEU, que en este nuevo andar orienten su caminar volviendo a los orígenes tan nobles de su fundación, los cuales fueron honrados por varios de sus dirigentes, pero rememorando en esta oportunidad al mítico Oliverio.

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