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¡Un poco de coherencia!

Catarsis

Con frecuencia suelo hablar de la congruencia, de lo importante y sano que es llevar una vida congruente. Si bien las palabras coherencia y congruencia son hasta cierto punto sinónimos, considero que la congruencia la tomamos más a nivel filosófico, casi esotérico. Mientras que a la coherencia le damos una connotación más fuerte, más real. Una persona con padecimientos mentales la llamamos incoherente, no incongruente.

Hablemos entonces de la coherencia y concentrémonos en una de las acepciones que le da la Real Academia Española. «Coherencia: Actitud lógica y consecuente con los principios que se profesan». Imagino que cuando leyeron este significado se les vinieron a la mente muchas personas, unas pocas coherentes y otras tantas incoherentes. No es de extrañar que cada día percibamos más incoherencias a nuestro alrededor.

Uno de los principales factores que hacen a una persona respetable y confiable es la coherencia. Si carece de ella, no sabemos qué podemos esperar y por ende desconfiamos. Somos más propensos a creer las noticias falsas y las mentiras que se puedan decir de esta persona. ¿Y cómo no? Sí se contradice así mismo con sus acciones y palabras. Mientras que, si es una persona coherente, la mayoría dudará de estas acusaciones y cuestionamientos, otorgándole el beneficio de la duda.

Sin embargo, no es que la naturaleza humana haya cambiado, la gran mayoría hemos escuchado más de alguna vez el antiguo y famoso refrán anónimo: «Haz lo que digo, y no lo que hago». Y no dejemos por un lado la célebre frase de un reconocido estoico, Séneca: «Haz pues, mi querido Lucilio, lo que dices que tú mismo me dices que haces.»

Nada nuevo es este comportamiento humano, tan solo ahora por medio del Internet y las redes sociales, sentimos que el mundo es cada vez menos coherente.

Esta semana salieron a la luz sendas incoherencias por parte de muchas personas y otros cuantos que se tuvieron que tragar sus propias palabras. ¿Cuántas veces no dijimos que se debía respetar el principio de presunción de inocencia y que toda persona tiene derecho al debido proceso antes de ser condenado mediáticamente? ¿Qué nos decían? Para comenzar corruptos, acompañado de un abanico de insultos. Y con esto se demuestra quién es coherente, pues, aunque se le haya acusado de abuso sexual a una persona que condenó y se burló abiertamente de muchos otros que han sido acusados por delitos que aún no han sido probados y aún no tienen una sentencia firme, a él se le deben de respetar sus derechos como a todos los demás.

Pero ahí vemos a los incoherentes que, habiendo condenado la falta de presunción de inocencia, hoy salen a condenar a este periodista sin que medie una sentencia firme.

Tampoco puedo dejar de mencionar a la diputada electa para la próxima legislatura que, al día de hoy, no tiene su Constancia Transitoria de Inexistencia de Reclamación de Cargos y está haciendo de esto un circo político de victimización. Ella sabe bien que es un requisito indispensable para tomar posesión del cargo al que fue electa y que en la misma posición se encuentran muchísimas personas. Es la ley y se debe acatar, ella debe respetar las reglas y no pedir un trato especial, eso demostraría que tiene coherencia.

Mencioné un par de ejemplos políticos, pero la coherencia se debería de dar a todo nivel, desde el esposo que se ufana de su familia pero no respeta su matrimonio y tiene una o más amantes o el religioso que santigua a cada rato pero hace daño a otros por medio de sus acciones. En ambos casos hay incoherencia.

Busquemos la coherencia en nuestras vidas y cuidémonos de quien no lo es, la coherencia se demuestra cuando nuestras palabras y nuestras acciones son las mismas.

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Carmina Valdizán

Abogada y analista guatemalteca, presentadora de televisión y escritora.

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