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¿Por qué eliminar la vida por el derecho a ser uno mismo?

Tanmi Tnam

Guatemala está llena de discriminación, racismo y violencia.

Este breve artículo en memoria de Domingo Choc, muerto de manera violenta y aterradora el pasado fin de semana. Guatemala está llena de discriminación, racismo y violencia. Los pueblos originarios de Guatemala llevan más de 500 años viviendo el racismo y discriminación tan solo por mantener suficientes elementos de la forma de vida heredada de los ancestros.

Hay momentos que se viven como si fueran, según la historia, los vividos durante la Santa Inquisición.

Muchos se arrogan el rol de prohibir la práctica pública de momentos de agradecimiento por la vida de las personas, de la humanidad, de la vida de la tierra y de la paz entre todos los pueblos. En pleno siglo 21, todavía hay instituciones que practican credos traídos del viejo mundo que califican la visión, el pensamiento y prácticas de culturas originarias como obras del demonio, medios que difunden el mal, que merecen el infierno eterno y presionan por dejar a ser uno mismo ofreciendo a cambio seguir empobrecidos y aun así luchar por la vida eterna. Es manipulación imponer el credo en momentos críticos de la existencia humana, cuando se sufre una enfermedad, cuando hay problemas en el ambiente familiar, cuando ahoga la pobreza y la miseria. El único requisito que exigen es abandonar la práctica de la visión de vida propia desde la cultura.

Es urgente excluir las posturas y prácticas de la colonia que aún persisten en estos tiempos, especialmente la falta de reconocimiento pleno de los derechos colectivos de los pueblos originarios. Existe el derecho a ser uno mismo y pensar diferente. Es tiempo de asumir pensamiento y práctica que propician el respeto, reconocimiento y aceptación de la presencia de otros pueblos que integran actualmente Guatemala. No hay que ir lejos para darnos cuenta por qué se impone una sola cultura. La historia registra actos ejecutados durante la época colonial para rechazar y negar la cultura de los pueblos originarios que habitaban y todavía habitan este territorio, luego a partir del momento de la independencia criolla, conjuntamente Estado e institución religiosa continuaron en distintos momentos con el esfuerzo para contrarrestar o eliminar elementos de la cultura maya. He aquí algunos ejemplos, el Decreto Legislativo No. 14 de fecha 28 de octubre de 1824 que señaló “que los párrocos de acuerdo con las municipalidades, procuren extinguir el idioma de los primeros indígenas”, el Decreto Legislativo de fecha 29 de marzo de 1836 que dispone “dar protección a los indígenas no civilizados”, el Decreto Legislativo del 8 de noviembre de 1851 que en su numeral 5º señala “Que se establezcan escuelas donde no las haya, ó se mejoren las que existen; y que en ellas se enseñe de preferencia á los indios el idioma castellano y la doctrina cristiana”, la Constitución de 1965 en su artículo 110 dice “el estado fomentará una política que tienda al mejoramiento socio-económico de los grupos indígenas para su integración a la cultura nacional”.

Hoy día, en cualquier aldea, hay más iglesias que hospitales, escuelas y universidades juntas. Ofrecen de todo, invitan a rechazar a quien piensa y actúa distinto. Por esto y más hechos, es urgente la democratización y pertinencia cultural de los servicios públicos de educación, salud y justicia. Hoy más que nunca, los pueblos de Guatemala deben construir el Estado Multinacional. Las instituciones especializadas y los tribunales de justicia deben investigar de manera pronta los motivos y quiénes mataron de manera salvaje a Domingo Choc para que no quede en la impunidad.

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