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En búsqueda del equilibrio entre salud y economía

Guatemala Al Rescate

El Coronavirus, ha provocado estragos en los sistemas de salud y en las economías del mundo.

Aparte de poner al descubierto la fragilidad de las instituciones, lo que denota la importancia de tener y mantener Estados fuertes, que sean capaces de poder trabajar y generar resultados satisfactorios a la población, aún durante las mayores crisis.

Los dirigentes políticos y funcionarios de gobierno de diversos países, tanto desarrollados como en desarrollo, observan aterrorizados como las economías que se construyeron a lo largo de muchas décadas se derrumban en cuestión de semanas y, por otro lado, funcionarios de salud están viviendo momentos muy difíciles para poder controlar esta pandemia, que está causando daños aterradores al sistema de salud y a la población.

En el caso de nuestro país, partiendo del hecho que un 70% de la población se dedica al trabajo informal, es en este segmento socioeconómico en donde mayoritariamente se ha incrementado el número de personas que salen a trabajar, y lo hacen por necesidad, lo que se puede sintetizar de manera muy fácil: o trabajan el día a día o no comen, por lo tanto no tienen otra opción; de igual manera la micro, pequeña y mediana empresa, agrícola, comercial e industrial, no tienen la capacidad para dejar de trabajar por meses, lo que sin lugar a dudas significaría para ellos un cierre definitivo de su principal fuente de ingresos; desde otra perspectiva, las familias que reciben remesas y que por un tiempo indeterminado no las seguirán recibiendo, corren el grave riesgo de perder lo poco que hoy tienen, y por otro lado, la clase media en la que, de acuerdo a las investigaciones realizadas, uno de sus miembros a perdido su trabajo, lo que representa una merma del ingreso familiar y por lo tanto la posibilidad de grandes penurias económicas, la que se ve mejor representada en muchísimos profesionales dedicados al ejercicio liberal de la profesión, y por último la clase alta trabajadora dependiente, gerentes, administradores, directores y otro grupo de profesionales, etc; quienes mantienen parte proporcional de sus ingresos, los que en algunos casos han tenido que negociar la reducción de sus salarios, para poder mantener sus plazas de trabajo, como lo podemos deducir, todos los guatemaltecos de todos los estratos sociales estamos siendo afectados económicamente, unos más otros menos pero al final todos sentimos el peso de la debacle económica. (Pro-Datos).

En Latinoamérica, expresiones como “si no nos mata el virus, moriremos de hambre” o “mata más la pandemia de la pobreza” se han popularizado en muchos países del hemisferio, a medida que pasan los días, más personas se suman y elevan sus voces solicitándole a los jefes de estado y funcionarios trazar una estrategia para la desescalada con hojas de ruta para reactivar la actividad productiva y paralelamente continuar la lucha en contra la expansión del Coronavirus.

Estas peticiones por parte de una gran mayoría de los ciudadanos en países en subdesarrollo, países en donde abunda la pobreza y la pobreza extrema, con altos niveles de informalidad, sin acceso a trabajo en tiempo normal, menos ahora, sin ningún tipo de beneficio social, tienen lógica porque las exigencias que la ciudadanía realiza a las autoridades es que se defina y ponga en marcha una estrategia, que permita reactivar la economía para evitar una hambruna.

Al ritmo que vamos en el país, la realidad es que el número de trabajadores informales podría alcanzar un 80%, incrementarse la pobreza y la pobreza extrema a niveles alarmantes, y la clase media convertirse en un pequeño hilo sectorial, ya que muchos de los que hoy la integran podrían caer a la pobreza, de igual manera de no apoyar decididamente con créditos blandos y de largo plazo a la micro, pequeña y mediana empresa veremos el cierre definitivo de muchas de estas con las pérdidas de plazas de trabajo correspondiente, y hay que recordar que las PYMES son fundamentales para la economía de nuestro país.

La realidad me indica que no está fácil poder salir de este desastre económico en el corto plazo, el gobierno central tiene una batalla definida en el tiempo que le queda de gobierno, si no actúa rápido para intentar aminorar el problema económico, y paralelamente trabajar la emergencia sanitaria, crecerá el descontento en la población y se generarán brotes de conflictividad muy rápidamente, por lo que la urgencia de lograr una mejora en los sectores populares y clase media en el país son una necesidad, ojalá que quienes estén a cargo de la problemática económica y de salud puedan visualizar una pequeña luz al final del túnel, que nos dé una salida.

UNA GUATEMALA DIFERENTE ES POSIBLE.

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