Externalidades y ciencia
Evolución
En economía una externalidad se define como el efecto, negativo o positivo, que se produce sobre una persona como resultado de las acciones de otras cuyo costo no es absorbido (internalizado) por quien produce dicho efecto.
El análisis económico generalmente se preocupa por las externalidades negativas. El derecho es el instrumento social mediante el cual se procura eliminar las externalidades negativas, de manera que es mediante las normas jurídicas que se establece la viabilidad de que se puedan deducir responsabilidades a las personas cuyas acciones lesionen derechos de otros. Por lo tanto, una externalidad deja de serlo cuando el sistema jurídico la contempla como una lesión al derecho, y continúa siéndolo en la medida que el derecho no encuentre un mecanismo para obligar al responsable de “internalizar” el costo del daño provocado. En general, el derecho es un conjunto de normas de recto comportamiento social que garantizan la libertad de actuación de todos hasta el límite en que dichas acciones infringen los igualmente legítimos derechos de los demás.
Mucho se ha debatido sobre cuáles son las medidas y restricciones justificables, o si las hay, en la actual crisis por la pandemia. En los polos opuestos se defiende, por un lado, una libertad de acción total y, por otro, restricciones estrictas y severas a la libertad de acción bajo el pretexto de contener la epidemia. En mi caso, he escrito ampliamente sobre lo que considero debe ser la justa medida, sobre la idea que es una falsa dicotomía tener que plantearse la escogencia entre “economía” o “salud”. Considero, como ya lo he expuesto, que se puede continuar con la mayoría de actividades siempre y cuando se tomen medidas de precaución prudentes y efectivas.
Algunos han insistido en que la mejor estrategia es desarrollar la “inmunidad de manada”, a manera que la generalidad de la población desarrolle los anticuerpos al virus. Los expertos sostienen que para ello se requiere que arriba del 60% de la población los desarrollen. Las implicaciones prácticas de esto significan que la inmensa mayoría de la población tendría que contagiarse y eso a su vez implica muchos mayores riesgos para las personas vulnerables o propensas a complicaciones graves. Desde el punto de vista práctico, una inmunidad de manada precipitada conllevaría a un colapso total del sistema de salud del país, tanto público, que de por sí ya ha sobrepasado su capacidad, como privado. En ese sentido, esa estrategia parece poco sensata.
Tampoco se trata de que quien se quiera enfermar que se enferme y que afronte sus consecuencias. La facilidad con la cual el virus se contagia y propaga implica que este es más bien un problema serio de externalidades. Ello, principalmente debido a que no existe manera de deducirle responsabilidades a quienes contagien a otros por sus acciones imprudentes, irresponsables y desconsideradas, como de muchachitos consentidos y berrinchudos en fiesta. Más que por normativas impuestas, por pura decencia se debería tener las consideraciones hacia otros a modo de no ponerlos en riesgo de contagiarse o de contagiar a sus seres queridos más vulnerables, sobre todo cuando las consecuencias pueden ser graves o mortales. Con algo tan sencillo como la higiene, el distanciamiento y el uso de mascarillas podemos reducir el riesgo de provocar daños severos a otras personas, daños que se estarían ocasionando por la mera falta de previsión, sin darnos cuenta.
La batalla no debe ser entre nosotros mismos; suficiente daño nos hacemos con tolerar que nuestra justicia persiga de forma draconiana a los más indefensos pero sea literalmente ciega ante el abuso y total desprecio de parte de quienes tienen suficiente influencia para garantizar su impunidad. La verdadera batalla es contra el tiempo. Debemos ganar tiempo para que la ciencia descubra los tratamientos más efectivos o desarrolle algún medicamento o una vacuna. En ese sentido, la mejor y más sensata estrategia es tomar las mejores precauciones y medidas de prevención mientras la ciencia avanza y logre vencer a este nuevo desafío a la humanidad.

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