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Trifulca a la vista en la Biosfera Maya

Poptun

El Petén conserva ecosistemas, fenómenos naturales y especies de flora y fauna de especial importancia a nivel nacional, así mismo sitios y zonas arqueológicos de la Cultura Maya, que le confieren un gran valor desde el punto de vista histórico-cultural a nivel mundial.

El Decreto Número 5-90 del Congreso de la República, declaró Área Protegida a la Reserva de la Biosfera Maya (RBM).  Estas áreas son territorios destinados a la conservación, manejo racional y restauración de flora y fauna silvestre, sus recursos conexos e interacciones naturales y culturales, y con el fin de preservarlos en su estado natural y mantener opciones de desarrollo sostenible.

El espacio que protege la Ley, comprende los municipios de Melchor de Mencos, Flores, San José, San Andrés y La Libertad. En esos municipios se asientan el Parque Nacional Tikal, el Parque Nacional Mirador-Río Azul, Parque Nacional Laguna del Tigre, entre otros lugares de relevancia.

En el Parque Nacional Mirador, se encuentra la Pirámide La Danta, que es la más alta que los mayas construyeron. En ese sitio ha trabajado por 4 décadas el arqueólogo estadounidense Richard D. Hansen, investigador del Departamento de Antropología de la Universidad de Idaho, y fundador y presidente de la Fundación para la Investigación Antropológica y Estudios Ambientales (Fares).

Sin embargo, desde hace más 20 años, el arqueólogo ha buscado apoyo político y económico para hacer realidad la creación de un parque temático que conlleva la construcción de un complejo de hoteles, restaurantes y un tren turístico, con el fin de atraer mayor turismo en dicha región y reducir la pobreza al aumentar la oferta laboral para que los pobladores trabajen en esos negocios.

Esa propuesta es atrayente, pero ha despertado una serie de críticas y oposiciones por parte de ambientalistas y pobladores, especialmente de la comunidad de Carmelita que es una localidad que subsiste de la utilización de recursos forestales de la región, y se ha dedicado a la explotación del turismo en la Cuenca del Mirador, así como al cultivo del xate, chicle, y la semilla de ramón, entre otras cosas.

Los líderes comunitarios denuncian que no quieren la privatización de la selva, y los ambientalistas manifiestan que si el arqueólogo alcanza el apoyo financiero y político, “abrirá el corazón de la selva no solo a problemas ambientales, sino también a conflictos sociales y a la inestabilidad económica”.

No obstante, el proyecto ha ganado relevancia. Hansen ha sostenido conversaciones con el presidente de la República, quien ha expresado públicamente interés en el proyecto.  En Estados Unidos, los senadores Jim Inhofe, Tom Udall, y Jim Risch, presentaron la legislación bipartidista S. 3131, denominada “The Mirador-Calakmul Basin Maya Security & Conservation Partnership Act” (Ley de Asociación de Seguridad y Conservación Maya de la Cuenca Mirador Calakmul).

La Ley que se impulsa en EE.UU, proporcionará un préstamo por $ 60 millones en fondos de ese gobierno a Guatemala y México por 5 años para continuar los proyectos de restauración y conservación de la Cuenca.  Además tiene contemplado reunir con financistas otros $ 60 millones para la construcción del Resort.  El arqueólogo Hansen cree que hay que cambiar las concesiones para autorizar las privatizaciones, por lo que además se requiere reformar la Ley de Áreas Protegidas, para que el Parque Nacional del Mirador pase a ser un área común, que permita la privatización y construcción del complejo de hoteles y restaurantes.

Ese apoyo político de EE.UU. va a someter a Guatemala a una presión tremenda, por lo que se avizora una verdadera trifulca por el destino de la selva petenera.  Guatemala posee vasta experiencia de la extracción y el aprovechamiento de los recursos naturales por parte de compañías extranjeras.  Las concesiones autorizadas únicamente han empañado los esfuerzos para avanzar hacia un desarrollo sustentable, y tampoco han promovido el éxito y prosperidad financiera de los pobladores ubicados de las regiones donde se han permitido, al contrario la mayoría viven en pobreza, mientras las personas extranjeras extraen gran parte de su riqueza.

Definitivamente que es necesario cambiar la gestión del turismo en El Petén, no obstante, no debe conceder exclusivamente la oportunidad a inversionistas extranjeros, sino que debe crearse un modelo turístico propio y de acuerdo a nuestra realidad. En ese sentido, es imprescindible que los guatemaltecos estemos atentos para que no se manipulen de forma deliberada las leyes para favorecer nuevamente intereses extranjeros y/o prácticas ilegales de explotación. Las riquezas de la región deben ser aprovechadas por la población guatemalteca, y ser útiles para erradicar las injusticias, la pobreza y garantizar una vida digna.

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Mireya Batún Betancourt

Abogada, Notaria y Licenciada en Ciencias Jurídicas y Sociales, postgrado en Criminología, especialista en ejecución penal con estudios en Doctorados de Ciencias Penales y Derecho Constitucional Internacional.

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