Suscribo, Pascal
Relaciones Internacionales
Expreso mi adhesión, las protestas tuvieron el amargo retrato de vandalismo.
Luego de leer el artículo del politólogo Pascal Drouhaud, de nacionalidad francesa quien escribió en su columna de opinión del día 21 de Junio relacionado a lo que ha sucedido en Europa en el contexto de la muerte de George Floyd en Estados Unidos, en donde estatuas de personajes importantes han sido atacadas y vandalizadas. Cito textualmente: “Las del General de Gaulle han sido blanco de ataques en la región parisina, mientras se celebra el 80 aniversario del llamado que hizo desde Londres para resistir, con los británicos y líderes como Churchill, con protección del Rey Jorge VI contra el monstruo nazi”.
Sorprende mucho que en Europa se han suscitado eventos de vandalismo en estatuas de personajes importantes para la historia del viejo continente. La historia nunca debe verse con anacronismos ¿porqué? ¿quiénes somos nosotros para tratar de minimizar a la historia o manejarla a conveniencia propia?. Desde luego, yo no estoy en contra de la libre expresión pues siento gran respeto por este importante periódico de nuestro país, desde ese momento soy parte de la libertad de expresarme; el vandalismo y la protesta son dos distintas concepciones y formas de actuar: yo puedo expresarme sin dañar propiedad que no me pertenece, yo puedo expresar ideas sin destruir lo que puede ser patrimonio cultural por muchas décadas.
Previo a todo lo que ha acontecido con el COVID-19 pude disfrutar un paseo en las plazas Gerardo Barrios, Morazán y la plaza Libertad- que cabe mencionar siento más preferencia por esta última mencionada- me tomé el tiempo de caminar muy relajado y disfrutando del ambiente que se vivía en ese momento y preguntarle a los músicos que estaban ahí amenizando la tarde con un café si conocían la relevancia que los próceres de la independencia estuviesen ahí en la plaza Libertad, ellos no supieron darme una respuesta concreta y no juzgo pues carecemos de una cultura profunda en recordar a los que promovieron la libertad de esta república en la que habitamos.
El Salvador es un país que no tiene memoria, no tenemos la constancia de rendir homenaje a aquellos que arriesgaron su vida para que esta república existiera, además de reconocer al enorme talento de música, arte, literatura y deportes que nuestro país tiene. Es un desafío dar valor a la cultura.
Cada personaje adquiere su relevancia e influencia en su debido momento. Los grandes personajes del país como Barrios, Morazán y los próceres de la independencia pueden ser parte fundamental de nuestra diplomacia cultural, muchos académicos internacionales saben quiénes son. Puede haber libre protesta siendo un derecho sin embargo no debe dañarse lo que no es de mi propiedad, no se debe traspasar la muy delgada línea de la libre expresión y el desorden, deforma la intención verdadera de cualquier manifestación.
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