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De nómadas a la pandemia

Petardo

Los nómadas significan: «el que deja los rebaños en los pastos», adaptada al griego con ese sentido, pero con origen en el pueblo norteafricano del mismo nombre, son comunidades que se trasladan de un lugar a otro, en vez de establecerse permanentemente en un solo lugar. Así empezaron a vivir los humanos.

En la actualidad se estima que, en el planeta, alrededor de 30 millones de personas pertenecen a pueblos nómadas.  Muchas culturas han sido tradicionalmente nómadas, pero el comportamiento nómada tradicional es cada vez menor en los países industrializados. Aún es importante en muchas de las sociedades de fuerte presencia indígena como el Tíbet o Mongolia. Algunas autoridades prefieren los términos no sedentarios o migratorio, en lugar de nómada, para describir a grupos móviles de cazadores-recolectores.

Existen pueblos seminómadas, que se mueven estacionalmente pero que tienen un hogar permanente. Trazar la historia de un pueblo nómada no es fácil. La escritura, las inscripciones y otros elementos son atributos de las sociedades sedentarias. Aquello que se conoce de los pueblos nómadas en el pasado y en el presente viene de fuentes sedentarias. Uno de los testimonios más antiguos de tribus nómadas lo presenta la Biblia, especialmente en los relatos del Génesis y del Éxodo. A partir de Génesis 12, comienza el relato de Abraham, un personaje que para algunos estudiosos denota más bien el nombre de una tribu nómada del Medio Oriente.

Dice el relato bíblico que Abraham partió de Ur de los Caldeos hacia la tierra de Canaán. El relato describe cómo debió ser la vida de las tribus nómadas en la región entre el 2000 a. C. y el 1000 a. C., tiempo en el que se registra una gran actividad humana y un desplazamiento de pueblos entre Mesopotamia y Egipto. El Éxodo narra cómo esta tribu nómada, obligada por los egipcios a la sedentarización, regresó al desierto y vivió por 40 años de nuevo como tribu nómada hasta las conquistas de Canaán. La arqueología es otra fuente del paso de los pueblos nómadas por la tierra y su actividad, siempre asociada a la caza. Por último, el testimonio viviente son los pueblos nómadas contemporáneos, descendientes de aquellos antiguos y que son hoy una fuente vital de estudio y comprensión del nomadismo.  La agricultura, la pesca y la ganadería pueden marcar la separación no siempre clara entre gente sedentaria y el nomadismo. Ese paso entre el nomadismo y el sedentarismo no es inmediato ni sencillo, es decir, no se puede decir que un pueblo nómada dejó de serlo en el transcurso de una cosecha, tampoco hay una sola vía de volverse sedentario. De hecho hay casos de pueblos que han abandonado la agricultura y se han convertido en nómadas, por ejemplo, los nativos americanos de las Grandes Llanuras, que abandonaron sus granjas para cazar bisontes, después de descubrir el caballo.

Ello implica diversos cambios tecnológicos, económicos y culturales que pueden ocurrir en el curso de décadas, siglos o milenios. Otra causa de sedentarización, de la cual es testigo la época moderna, es la sedentarización forzada. Las sociedades sedentarias ven con frecuencia con sospecha a las sociedades nómadas y en tal caso las obligan a establecerse en un territorio determinado por la fuerza o con promesas, comportamiento que es de cualquier manera arbitrario. Por otra parte, se presentan conflictos entre las nuevas sociedades sedentarias y los antiguos nómadas que llevan a disputas de control y manejo territoriales.

El hecho que se diga que el pueblo nómada va de un lugar a otro, no significa que no considere como suya una determinada región. Como las aves migratorias que van de un punto a otro, muchos pueblos nómadas regresan a los mismos sitios. Algunos gobiernos pretenden asentar a sus tribus nómadas como un primer paso para el desarrollo. En ocasiones ello se lleva a cabo de manera violenta, en otros casos esto se da de manera coercitiva o prometiendo prebendas. Es objeto de estudio de la historia, la antropología, la arqueología, la sociología y, especialmente, la etnografía. Desde un punto de vista de eficiencia y como desarrollo sostenible, es un estilo de vida congruente con el medio ambiente, pues consiste en mover la población hacia los recursos y no a la inversa. La actual civilización ya se organiza algunos para vivir en Marte, la luna etc. Y mas se asustan con la pandemia del Covid-19 del cual rehuyen, sin analizar que desde el inicio de la humanidad los nómadas también sufrieron quebrantos de salud, pero con fe y disciplina salieron adelante.

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Leonel Guerra Saravia

Médico y cirujano con maestrías de ciencias sociales, política, relaciones internacionales y filosofía.