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Juan José Mendizábal Ávalos: el fiscal de la impunidad

Kidon

La FCT el día de hoy, presentará las acciones jurídicas pertinentes con miras a deducir sus responsabilidades legales, así como, para que sea despedido del cargo que ostenta, por ser indigno de servir al Estado.

El agente fiscal Juan José Mendizábal Ávalos, está asignado a la fiscalía de asuntos internos del Ministerio Público, a donde fue trasladado luego de un obscuro pasado en la fiscalía de delitos económicos, pues, fue descubierto haciendo arreglos amañados que beneficiaron a cientos de evasores fiscales, en detrimento del Estado.

Su paso por el Ministerio Público ha estado marcado por una serie de ilegalidades que van, desde sindicaciones de asesinato, cohecho, tráfico de influencias, delitos sexuales, hasta procurar la liberación de peligrosos narcotraficantes, uno de ellos incluso, requerido por la justicia de los Estados Unidos de América.

Esos atributos, han sido perfectamente aprovechados por diferentes sindicados, quienes, sabiendo el perfil del fiscal Mendizábal, han llegado a ofrecerle diversos tratos para procurar impunidad, otros, han optado por exigir los beneficios de quedar exentos de cualquier investigación, debido a que cuentan con información de primera línea sobre las actividades ilegales de este mal fiscal, las que, en su caso, podrían facilitar a los medios de comunicación de verse afectados.

Por ello, sorprende su designación a una de las fiscalías más importantes del Ministerio Público, pero más, el hecho de que casualmente le hayan sido asignadas la gran mayoría de las denuncias relacionadas con verdaderas estructuras criminales integradas por agentes fiscales que operan con total impunidad, tales como, la banda integrada por el jefe de la fiscalía de derechos humanos, Orlando Salvador López, un ebrio consuetudinario que asesinó a una persona en el departamento de Zacapa.

O, la integrada por los agentes fiscales de la FECI, quienes, liderados por Juan Francisco Sandoval Alfaro, han utilizado esa fiscalía especial como herramienta de persecución político-ideológica, así como para atacar la institucionalidad del Estado, con miras a someterlo a los intereses de los enemigos de la libertad, y que, gracias a los buenos oficios del fiscal Mendizábal, los casos promovidos en contra de esta banda criminal, siguen en total impunidad.

Me refiero a los siguientes procesos de investigación: Odebrecht, la mayor estafa consumada en contra del erario y de los guatemaltecos, por más de 384 millones de dólares de los Estados Unidos de América, y que el agente fiscal Juan José Mendizábal Avalos, por algún motivo seguramente económico, se ha negado a investigar, a pesar de las claras evidencias presentadas.

Filtraciones FECI, una trama relacionada con la revelación de información confidencial de procesos de investigación a terceras personas, donde además se encuentra sindicado Ronald Armando, hermano del jefe de dicha fiscalía, y quienes hace unos días, fueron sindicados también, de la ejecución extrajudicial del testigo Oscar JeanPierre Mota Ubico, quien estaría próximo a declarar en su contra.

La investigación de fuga de información reservada a diferentes medios de comunicación, quienes, sin ser parte de los procesos de investigación que se tramitan en esa fiscalía, dan la primicia noticiosa con suficiente antelación incluso, a los canales oficiales de la institución, tergiversando así las disposiciones emitidas por la Fiscal General en ese sentido.

La ejecución extrajudicial cometida en contra del licenciado Pável Centeno, a manos de Juan Francisco Sandoval, cuando erróneamente fue allanada su residencia en jurisdicción del municipio de Mixco, hecho que a la fecha continúa impune, gracias al fiscal Juan José Mendizábal.

La flagrante sedición que se consumó, cuando Juan Francisco Sandoval, y otros agentes de la FECI, en total abuso de autoridad, apoyaron una manifestación violenta, convocada específicamente para exigir la defenestración del presidente de la República Jimmy Morales, a quien Sandoval, tenía sujeto a una investigación ilegal.

El allanamiento ilegal realizado por agentes fiscales del Ministerio Público, al área internacional del aeropuerto La Autora, para lograr por medio de la fuerza, que un extrabajador colombiano de la CICIG, ingresara al país, a pesar la prohibición legal que existía en ese sentido.

El asenso ilegal a la jefatura de la FECI, del agente fiscal Juan Francisco Sandoval, llevado a cabo durante la gestión de la exfiscal general Thelma Aldana, por carecer de las calidades de idoneidad, honradez y edad para optar a dicho cargo.

Hasta el colmo, de negarse a investigar al ex trabajador de la Fiscalía Especial Contra la Impunidad, Andreí González Arteaga, quien, maliciosamente gravó una conversación de trabajo con la Fiscal General Consuelo Porras, y qué con posterioridad, la hizo circular en las redes sociales, consumándose así el delito de revelación de información confidencial o reservada.

No obstante, la gravedad de los casos asignados a este fiscal, el viernes recién pasado, incumpliendo su responsabilidad y en total denegación de justicia, decidió por sus pistolas, apartarse de las denuncias presentadas en contra de Juan Francisco Sandoval, argumentado presión por parte de la FCT para realizar su trabajo. Vaya delicadeza de funcionario público.

Ante ello, el fiscal Mendizábal debe saber, que su conducta además de encuadrar en diferentes hechos delictivos, lo hacen solidariamente responsable ante el pueblo de Guatemala, del grave daño al patrimonio del Estado, por lo cual, la FCT el día de hoy, presentará las acciones jurídicas pertinentes con miras a deducir sus responsabilidades legales, así como, para que sea despedido del cargo que ostenta, por ser indigno de servir al Estado.

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Raúl Falla

Abogado y notario

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