El Apocalipsis, es un antídoto para el humano
Sueños…
El ser humano, el único ser, por lo menos en nuestras culturas, que es capaz de darse cuenta de sus fracasos, de la necesidad ineludible de su muerte y de su capacidad de comprender las leyes y las tendencias de los fenómenos naturales, pero que es incapaz de comprender las leyes de la sociedad y es incapaz de organizar un mundo en que los humanos puedan interactuar en forma pacífica, solidaria y equitativa.
Ante la amenaza de vivir con temor de los otros, de ser desconfiado, de esperar la traición en cada vuelta de los bosques, no le queda más que esperar el apocalipsis y que la destrucción de todo lo creado por el humano, le permita empezar de nuevo.
“La certeza de que la vida puede ser el peor infierno, y de que con aquel descenso se esfumaban para siempre todos los lastres del miedo y el dolor, me invadió como un alivio mezquino y pensé si de algún modo no estaba envidiando el tránsito final de mi mujer hacia el silencio, pues hallarse muerto, total y verdaderamente muerto, puede ser para algunos lo más parecido a la bendición de ese Dios con el que Ana, sin demasiado éxito, había tratado de involucrarme en los últimos años de su penosa vida.” Así empieza su esclarecedora revelación del fin de la historia el cubano Leonardo Padura.
Por qué será que esperamos, un borrón y cuenta nueva, un apocalipsis. Será que los humanos hemos llegado a la conclusión de que somos incapaces de respetar las bellezas y complejidad de la creación, y estamos preparados para destruir las condiciones de vida donde las encontremos. Será, que no podemos construir una sociedad solidaria y equitativa. Que siempre tenemos que buscar el poder de unos pocos para oprimir a los demás.
En el apocalipsis bíblico se dice: “Después vi que otro Angel descendía del cielo con gran poder, mientras la tierra se iluminaba con su resplandor.” Parodiando nuestro días gritaría con voz potente: han caído el liberalismo democrático, ha caído la integración universal de las naciones, han caído los dioses, toda la Tierra “Se ha convertido en refugio de demonios, en guarida de toda clase de espíritus impuros y en nido de aves impuras y repugnantes.” Y, claro, “…porque todos los pueblos han bebido el vino embriagante de su prostitución, los reyes de la tierra han fornicado con ella y los comerciantes del mundo se han enriquecido con su lujo desenfrenado».
Todos los días las noticias giran en torno a un solo tema, el covid-19. Nuestros centros de trabajo están cerrados, no hay esperanzas de que los centros de enseñanza reabran sus inocentes puertas. Los ingresos económicos de las mayorías desaparecen… el resultado final: el hambre, el miedo, la incertidumbre, la pobreza, el conflicto social, la represión y la muerte.
“Las condiciones económicas en América Latina y el Caribe han empeorado drásticamente a medida que toda la región se ha visto afectada por la pandemia de COVID-19 (coronavirus). Los recientes brotes en la región se han propagado con rapidez, y el impacto económico provocado por el cierre de los negocios y las restricciones para circular a nivel nacional ha sido abrupto y grave.”
Solo algunos tienen un resabio de optimismo. Dentro de los atrevidos, el legendario The Economist anticipa, en un alarde de optimismo, que siete países “latinoamericanos” recuperarán su crecimiento estable en el año 2022: Costa Rica, Panamá, Uruguay, Colombia, Dominicana, Chile, Perú & Paraguay. Que al fin y al cabo son demasiado pocos.
“Todo es horrible. El mundo como lo recordamos ya no existe. De pronto ya son las nueve de la mañana. No has salido de tu hoyo de desolación ni siquiera para bañarte. Repites ese ejercicio de masoquismo durante el almuerzo y una vez más mientras te preparas para dormir.” Nos dice otro autor, Brian X. Chen[i].
Algunos se preocupan y nos aconsejan que dejemos de ser depresivos y amantes del apocalipsis y las teorías conspirativas. Pero, sí no tenemos a quién echarle la culpa tendríamos que reconocer que somos nosotros mismos los causantes de la tragedia y que tendríamos que cambiar en sí mismos. Y ese es el eslabón perdido, una de nuestras cualidades es echarle la culpa a otros, a los que tratamos de ignorantes, inhumanos, explotadores, agresores.
El consejo de los expertos es anodino. Controla el tiempo, no te dediques a escuchar y seguir las noticias negativas; concéntrate en lo positivo del mundo; vete de paseo por el barrio, a pie o en bicicleta; habla con las personas que te importan; Inhala y exhala algunas veces, y piensa en las personas que te han ayudado en el pasado. Podrían ser tus amigos, colegas e incluso los empleados del restaurante que empacan tu comida para llevar.
Siempre existirán los vendedores de quimeras. Creen que al cambiar las palabras cambias la realidad. Con decir “tercera edad” y no viejos, “no videntes” y no ciegos, etc. dejaras de tener la edad de la atrofia y la imposibilidad de ver, etc. Lo que hay que hacer es reconocer nuestros errores individuales y colectivos, y realizar un plan de reforma, de cambio. En el momento actual eso significa transformar el sistema de producción intensivo y de consumo masivo, por uno de supervivencia y respeto a todas las formas de vida en el planeta. Eso o esperar que el arcángel descienda sobre la tierra y nos pulverice.
[i] Brian X. Chen. Publicado 22 de julio de 2020, https://www.nytimes.com/es/2020/07/22/espanol/negocios/doomscrolling-que-es.html?campaign_id=42&emc=edit_bn_20200724&instance_id=20578&nl=el-times®i_id=75233423&segment_id=34237&te=1&user_id=fe27e37f585db528c9a3041cca10e8e5

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