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El hambre

Nuestro Mundo Posible

El hambre es identificada como la carencia de las sustancias necesarias en el organismo para la existencia del mismo que normalmente ingresan por el aparato digestivo.

Hay quienes en circunstancias especiales reciben las sustancias alimenticias mediante vía venosa o mediante pastillas.

Las dos vías son caminos para lograr que al organismo lleguen las sustancias que permitan las funciones de los millones de células que tenemos y que hacen que podamos decir que vivimos.

El hambre entonces es no tener en nuestro organismo, por la vía que sea, las sustancia que permitan la reproducción de las células que constituyen cada uno de nuestros órganos.

Estar vivos significa que todas nuestras células funcionan, en algunos casos unas mejor que otras, dependiendo de si estamos con baja de funciones de algunas por lo que decimos que estamos enfermos de esto o de aquello.

Estar muerto es no tener función alguna de nuestro sistema, de nuestras células.

¿Qué pasa con el hambre?

Las células de nuestro organismo son muy especiales: funcionan mejor con estos compuestos que con aquellos.

Sucede que una cosa es tener sustancias en el aparato digestivo y otra es tener las que son necesarias. De ahí es que veamos que algunos comen pero su alimentación no es lo que su organismo necesita y entonces vienen los problemas de salud.

Por lo anterior conocemos que existe la alimentación balanceada, balanceada en los elementos que necesitamos; por eso hablamos de proteínas y carbohidratos.

Siempre que pensamos en hambre la asociamos con los países menos favorecidos con la riqueza; pensamos en los países en vías de desarrollo.

Según Edgar Morin, filósofo y sociólogo francés los países ricos están en el hemisferio norte y los pobres en el hemisferio sur.

También nos dice que en cada Norte hay un Sur queriendo significar con ello que dentro de los países ricos hay pobres y por consiguiente personas que carecen de lo necesario para una vida digna.

También nos dice que en los países del sur; en cada Sur hay un Norte queriendo significar que en los países del hemisferio sur hay grupos ricos.

Los seres humanos ricos sean habitantes del Norte o del Sur no padecen de hambre, ya sea de sustancias en su aparato digestivo o no. Cuando tienen problemas en su organismo y el mismo comienza a manifestar que lo que recibe no es lo adecuado ese grupo de personas inmediatamente buscan asistencia médica y lo resuelven.

Los seres humanos que sólo alcanzan a llevar lo que sea a su aparato digestivo van sobrellevando la situación porque si el dinero no alcanza para alimentos menos va a alcanzar para asistencia médica.

Analizando el hambre que vemos en el mundo cualquiera pensaría que lo que sucede es que no hay alimentos.

La sorpresa es que hay países que los alimentos los tiran porque no hay personas que los puedan recolectar. Son países en los cuales sus habitantes están dedicados a actividades diferentes que a ser agricultores y más aún recolectores de productos agrícolas.

Todo lo hermoso que llevan a sus mesas es recolectado por personas que traen de los países llamados pobres. Siempre lo han hecho así y más drástico todavía; a esas personas les pagan salarios muy bajos.

Es triste con la situación mundial generada por el Covid – 19: tenemos incluso en los países ricos, personas que no tienen forma de poder comprar alimentos y vemos la manera en que otros tiran a la basura grandes extensiones sembradas de productos alimenticios.

Hoy estamos observando una situación muy especial y al mismo tiempo triste:

a) Personas que no tienen nada para alimentarse y dependiendo del país ponen en sus ventanas un trapo rojo o blanco como señal para que alguien les regale algo para comer.

b) En algunos países vemos que a los que les sobra un poco de alimentos ponen en las calles canastas o refrigeradores con los mismos para que los que no tienen nada vayan a recoger lo que necesiten.

Es muy triste ver a unos en una abundancia tal que les sobra de todo y a otros que apenas alcanzan a pasar el día.

El hambre, la falta de alimentos, no es nada más de alimentos. El hambre viene del hambre de conocimientos que tienen los menos afortunados de la sociedad actual.

Lo primero que les ocurre a las personas que no tienen alimentos es la carencia de habilidades para vender en el mercado de trabajo.

Sucede que por generaciones no tienen el espacio, el tiempo disponible para ir a una escuela; tienen que trabajar para mantener las necesidades básicas.

Otras veces los hijos mayores, en muchas familias, comienzan a trabajar desde niños para ayudar con las necesidades de los hermanos menores y el tiempo para la escuela no existe. Son seres humanos que van pasando la vida con lo poco que pueden alcanzar.

Esa también es hambre pero es hambre de conocimientos; quisieran saber, quisieran tener una vida digna pero la organización de la sociedad no les ha dado espacio para adquirir habilidades que les permitan venderlas y tener otro tipo de vida.

Estamos viviendo tiempos muy especiales en una sociedad con un gran desarrollo de la ciencia y de la tecnología pero ese bienestar no alcanza para todos.

Hoy vemos la desesperanza de muchos seres humanos; antes eran invisibles.

Hoy vemos lo que la riqueza de muchos produce: riqueza para unos pocos y carencia para muchos.

Con la situación de sanidad mundial lo único que preocupa y ocupa a muchos es seguir manteniendo el status quo que les beneficia.

Lo triste de todo es que la pobreza aumentará porque los que tienen poco y sólo viven de lo que pueden hacer cada día al no estar las ciudades en el movimiento normal no consiguen algo para su diario vivir.

¿Qué piensan hacer muchos gobiernos para que sus gobernados puedan alimentarse?

Se oye hablar de que hay que abrir el comercio, las actividades que se tenían.

¿Será a cambio de muchos muertos?

Los que tienen hambre de alimentos y hambre de conocimientos tendrán que salir a las calles a ver cómo sobreviven y cómo mueren.

¿ Tendremos la fortuna de que haya soluciones?

Esperemos que haya solidaridad mundial con todos los que la forma en que tenemos organizada la producción ha hecho pobres de alimentos y pobres de conocimientos.

Nuestra amada Tierra puede producir el bienestar para todos.

HAGAMOS UN MUNDO DIGNO PARA TODOS.

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Lea más de la autora:

Rosa Hilda Lora Muñoz

Doctora en Sistemas Filosóficos Contemporáneos - Cum Laude. por la Atlantic International University - Estados Unidos. Especialista en docencia y humanidades.