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Inminente caída de Juan Francisco Sandoval Alfaro

Kidon

No hay enfermedad que dure cien años, ni cuerpo que lo aguante, dice un conocido refrán que aplica perfectamente al caso del fiscal Juan F. Sandoval, quien, a pesar de las ilegalidades cometidas, ha sido difícil obtener su procesamiento penal.

Es que la impunidad con la que actúa este mal fiscal y su forma de operar radica en que es uno de los protegidos del ex embajador de los Estados Unidos de América, Luis Arreaga, quien por fortuna ya fue sustituido por el republicano William W. Popp, un diplomático que por ser de la línea del presidente Trump, no comulgará ni por asomo con los grupúsculos de activistas de costumbres demócratas y sus pares ideológicos, lo cual implicará el final de una serie de actos de cooptación en el sistema de administración de justicia penal.

Además, implicará que fiscales y jueces que han sido ilegalmente presionados por fuerzas foráneas y nacionales, puedan empezar a resolver con objetividad y de esa cuenta, procedan a girar las órdenes de aprehensión no solo en contra del fiscal Sandoval, su hermano Ronald y otros agentes fiscales de la FECI, como por ejemplo Virginia Laparra, sino que también, en contra de los esbirros de la Corte de Constitucionalidad y los jueces y magistrados que abusando de su cargo, retorcieron la ley en perjuicio de los guatemaltecos y el orden institucional.

Ya verá usted apreciable lector, cómo está misma semana empezarán a victimizarse los protectores de Sandoval, a quienes se les presentaron acciones de antejuicio, y me refiero específicamente a Gloria Patricia Porras de Pacheco, Neftaly Aldana Herrera, José Francisco de Mata Vela, Bonerge Amilcar Mejía Orellana y María Cristina Fernández García de Pinto, quienes de seguro, ya tendrán listas las acciones de “auto amparo”, los comunicados y el apoyo de los sediciosos que conforman la supuesta sociedad civil, así como de las entidades internacionales sin legitimación alguna para interferir en asuntos internos.

Con posterioridad a la victimización, vendrá la preparación para la fuga de Sandoval, pues, ante la consumación de graves hechos delictivos, seguramente el asustadizo fiscal optará por seguir el mal ejemplo de su exjefa Thelma Aldana y otros cobardes fiscales quienes, en vez de enfrentar a la justicia, salieron huyendo del país en busca de un asilo que alivie las maldades cometidas y les evite una reclusión por muchos años.

Ese evento, no solo marcará el final de uno de los peores capítulos en la historia del país, sino que también, el inicio del sometimiento a la ley, por parte de todos los funcionarios públicos y en especial de los jueces y fiscales y demás operadores de justicia, quienes entenderán que el poder es efímero, y que el mal uso de este, más temprano que tarde pasa factura y con creces.

Luego, tocará reconstruir el país por ese camino de la legalidad, respetando las garantías individuales, así como la independencia judicial, para alcanzar certeza jurídica y con ello, trabajo, inversión, paz y seguridad en beneficio de este gran país y sus habitantes.
“El poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente”. Lord Acton.

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Raúl Falla

Abogado y notario

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