Estados Unidos: un ejemplo a no seguir

Ordo

Se ve con bastante preocupación los niveles de violencia política que ocurren en Estados Unidos.

En las ciudades grandes de ese país se ven a diario disturbios y saqueos que atentan contra la ley y el orden. En muchos casos, la violencia es instigada por grupos marxistas como Antifa y Black Lives Matter. La violencia, empero, no solo es política. Las autoridades locales, por afinidad a esos grupos radicales, han tomado la decisión de refrenar la aplicación de la ley contra actores antisociales. Como era de esperar, los niveles de criminalidad y delincuencia común también se han disparado, en ciudades como Portland, Seattle, Nueva York, Chicago y Los Ángeles.  Los medios masivos, por lo general, han callado sobre los niveles de violencia que se dan en las calles de las ciudades de Estados Unidos, optando por mover la falsa narrativa que se trata de manifestaciones pacíficas.

Es alarmante que esto esté pasando en un país próspero cómo lo es Estados Unidos, un país que suele dar consejos y presiones para que Guatemala siga sus ejemplos en materia de justicia y cuestiones legales. El temor es que los fenómenos de la violencia política junto con la inacción de las autoridades lleguen a Guatemala. Ya tenemos altos índices de criminalidad, y más que algunos de violencia política, que la comunidad internacional suele pintar como manifestaciones legítimas de reclamos sociales. Aunque han venido mejorando los índices de criminalidad, no hemos alcanzado los niveles necesarios como para vivir tranquilos y sentar las bases de una sociedad pacífica y próspera. Guatemala no se puede dar el lujo de seguir el ejemplo que hoy presenta Estados Unidos, un país donde las autoridades han decidido no proteger a sus ciudadanos y la propiedad privada.

Este tema no podría ser más importante. La cooperación pacífica entre las personas es condición necesaria para la civilización y el progreso social. El pensador social Ludwig Von Mises observó que el hombre conscientemente sustituye la cooperación social por lo que Hobbes se refería a la guerra eterna de todos contra todos. Según Mises, la manera que el hombre acostumbra para lograr la paz social es la fundación de un Estado (gobierno). Para Mises, el Estado, como mecanismo de coerción y compulsión es imprescindible para lograr la cooperación humana. (Mises,1962, p.97)[1] La primera tarea del gobierno es proteger la vida y la propiedad de las personas. Esto abre la puerta a la prosperidad, lo cual depende del establecimiento de una economía de libre mercado.

Es importante recalcar que a Mises no le interesaba instituir cualquier sociedad, sino una sociedad libre. Esta es una meta loable que es de suponer todos compartimos. Mises estableció que la sociedad libre es imposible sin una economía de libre mercado. El buen funcionamiento de una economía de libre mercado decía Mises, a su vez requiere de la existencia de un poder policial que aseguraría la legítima aplicación de la fuerza contra aquellos individuos que rompen la paz social. (Mises, 1988, p. 283, p. 321)[2]

En este sentido, la renuencia del Estado de aplicar la fuerza legítima en contra de actores antisociales violentos atenta contra la libertad política y económica, y la paz social. Que el Estado abandone su tarea primordial en un país como Estados Unidos, que por mucho tiempo era un gran referente mundial en temas de libertad política y económica, da no sólo tristeza, sino lecciones importantes de como no gobernar. Hasta que Estados Unidos no ponga orden en su propia casa, aplicando la ley y el orden, no tendrá la autoridad moral ni la credibilidad como para aconsejarle a Guatemala como manejar sus asuntos internos.


[1] Mises, Ludwig von. 1962.  The Ultimate Foundation of Economic Science. D. Van Nostrand Company, Inc. New York.

[2] Mises, Ludwig von. 1988. Human Action: A Treatise on Economics, The Scholar´s Edition. Ludwig Von Mises Institute. Auburn, Alabama.

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