La tragicomedia guatemalteca
Barataria
Resulta una verdadera tragicomedia que ahora el señor Giammattei haya hecho otra actuación haciendo creer al pueblo que está enfermo de COVID-19.
Recuerdo un hecho que me sucedió en el ejercicio de la profesión de abogado cuando me toco auxiliar a un trabajador que había sido despedido después de haber laborado para un empresario por diecinueve años. Habiendo planteado la demanda y señalándose el día y hora para que las partes comparecieran a juicio oral como lo establece el Código de Trabajo, el patrono se excusó de asistir a la audiencia presentando un certificado médico firmado y sellado por un facultativo en el cual con palabras propias de la medicina explicaba que el patrono no podía asistir a la audiencia porque necesitaba reposo en su casa de habitación. Al final y como corresponde el Juez del caso suspendió la audiencia argumentando que de conformidad con la ley de la materia permite la excusa por enfermedad. Al final, esa misma tarde mi cliente recibió una llamada del patrono indicándole que estaba “dispuesto a negociar” y que si no el buscaría la forma de atrasar la iniciación del juicio, demás está indicar que acudimos a la empresa del patrono “enfermo” que se encontraba muy bien de salud y concluimos negociando el caso.
Lo anterior sirve para ilustrar que muchos son los que recurren a las enfermedades para excusarse, desviar la atención y “quitar presión” o simplemente evadir alguna responsabilidad. En Guatemala, lamentablemente tenemos un presidente que le gusta la tragicomedia, le encanta la actuación y que los acontecimientos que parecen casuales o circunstanciales no son más que un burdo montaje que hace al pueblo perder la atención en aquellos asuntos urgentes y necesarios. Lo hace de una manera descarada y perversa, exactamente el 13 de marzo de este año el señor Giammattei interrumpió su discurso al recibir una llamada que le comunicaron el primer caso de Covid-19 en el país, por lo visto empezábamos a ver cómo le gustaba la actuación al presidente porque quería atraer la atención sobre este asunto de la pandemia y casualmente le entra la llamada y suspende su discurso para contestar la actuación resultó perfecta para captar la atención de los medios y se difundió la noticia el país: el coronavirus está en el país.
Posteriormente, cada tarde, cada día salía el señor presidente cual gobernante preocupado por la “salud” de todos los guatemaltecos a dar datos respecto al número de contagios, numero de prueba y fallecidos y al anunciar a cada fallecido lo hacía tan dramático que pareciera que en realidad sentía la muerte de cada guatemalteco, incluso hablaba de preservar al máximo la vida de los enfermos, lamentando una por una la muerte de cada guatemalteco o guatemalteca por Covid-19 (ahora se reportan muchos más y ya parece que no le interesa). Esta actuación le salió a la perfección al señor Giammattei puesto que convenció a muchos, incluyendo a todo el Congreso de la República de endeudar al país con una serie de recursos distribuidos en fondos para paliar la crisis y muchos estuvieron de acuerdo, los recursos llegaron a manos llenas al Ejecutivo con los resultado que conocemos hoy en día: el bono familia a duras penas les llega a guatemaltecos cada dos meses si bien les va, el bono de recuperación del empleo para quienes tienen suspendidos contratos a duras penas llega, los créditos para micro y mediana empresa no se sabe cómo se concedieron pero parece que ya se agotó el dinero, ni qué decir de créditos para profesionales que la están pasando mal no hubo y si para inversión con una serie de requisitos que sale casi igual o peor que ir con el más estricto de los bancos, al final dineros aquí, dineros allá pero sin que en realidad se sepa dónde está todo el dinero, porque los hospitales siguen sin insumos, sin dineros y sin lo necesario. Al final, con la actuación tragicómica del gobernante logró un Premio Oscar a la mejor actuación en medio de la pandemia para imitar ser un gobernante que le importaba la salud del pueblo y que no quería que hubieran muchos contagios, con un día que hubo más de quinientos contagios el gobernante salió frente a las cámaras para decir que se vería obligado a cerrar el país.
Luego, como quien dice agua va, agua viene el presidente decidió que “era tiempo de gobernar y trasladó la responsabilidad al pueblo”, dicho esto ahora ya ni le interesan cuantos contagios hay diariamente sean los que sean ni los fallecidos por coronavirus simplemente es una pandemia y hay que ver como cada guatemalteco se cuida a sí mismo. Para ello no era necesario haber hecho todo el drama que hizo, ni cerrar el país a medias como lo hizo ni los toques de queda, porque al final la pandemia sigue y la gente se cuida con o sin ayuda gubernamental.
Pero resulta una verdadera tragicomedia guatemalteca que ahora el señor Giammattei haya hecho otra actuación más haciendo creer al pueblo que está enfermo de COVID-19, una actuación que tiene la finalidad de levantar su alicaída popularidad, de buscar la compasión pública y la confianza popular y con esto que vuelvan las simpatías del pueblo desviando la atención de este a los graves problemas del país: No hay cuentas claras del dinero de los fondos utilizados en la pandemia, tenemos un país sin Organismo Judicial legítimo y al día de hoy no se eligen cortes, se plantea un presupuesto para el próximo año que casi cien mil millones de quetzales en donde la inversión es mínima pero el gasto de funcionamiento es grande y aparte de ello busca seguir endeudando al país pese a no rendir cuentas claras, además de ello está en el ojo del huracán su Superministro, las atenciones primarias de la población no han sido atendidas, las promesas de campaña han sido incumplidas para muestra un botón se indicó que se cerraría la SAAS y no se ha hecho ni se hará.
El presidente Giammattei se ha consagrado a la actuación en tragicomedias y ya ha hecho creer a la población que está enfermo de COVID-19, pese a los factores de riesgo para una persona de su edad, sus antecedentes clínicos y otros factores de riesgo, el señor Giammattei es un verdadero “Superman” puesto que no lleva ni nueve días de enfermedad y se siente mejor que nadie, pese a no ser asintomático, porque así lo ha declarado sale cada día a informar a la población de la evolución de una enfermedad fingida, la cual hasta corroboró con una certificación de la prueba realizada por el Hospital San Juan de Dios (explicación no pedida culpabilidad manifiesta). En fin, el presidente de Acero que tenemos en Guatemala ha vencido la enfermedad en menos de lo que canta un gallo, ya está casi sano, la enfermedad según dice va pasando y todo sigue sin que haya abandonado ni una hora el cargo porque él puede con la enfermedad y con la Presidencia. La Tragicomedia guatemalteca, sigue con la idea de que hay dos tipos de enfermedad de COVID-19 la que afecta a todos los seres humanos del mundo y que es muy fuerte de manera que hay que guardar cama y la que le afecta al señor Giammattei que resulta ser “una enfermedad de Covid-19 con síntomas leves”, raro que es el país en donde al único que la enfermedad no medra es a quien ejerce la Presidencia de la República porque tenemos un presidente bocón, buen actor y que le fascina la tragicomedia y que no escatima esfuerzos para hacer creer al más incauto que se enfermó pero que la presidencia le ha sentado un escudo en donde las enfermedades no lo afectan, aún aquellas enfermedades que como el Covid-19 que muchos temen contagiarse y que ha llevado a guardar reposo, apartarse de la vida pública a muchos más jóvenes y fuertes que el señor Giammattei; pero este italo-guatemalteco parece estar inmune a ello y la enfermedad no parece tener el efecto normal y contrario a ello el mismo no afloja las riendas del gobierno y luego de nueve días ya parece que se fue la enfermedad, ve pues que interesante resulto nuestro gobernante contagiándose y logrando salir de la enfermedad en tiempo record.
¿Será posible que la Presidencia de Guatemala ya tenga la cura para el Covid-19 a lo mejor la SAAS consiguió un antídoto secreto? ¿Será posible que nuestro señor presidente Giammattei sea en realidad Clark Kent es decir, Superman y no nos hallamos dado cuenta que solo la kriptonita lo vence?
Lo cierto es que tenemos un presidente que le gusta apantallar, le gusta la actuación más que su antecesor, le encantan los guiones concertados, las entrevistas arregladas de antemano en donde los entrevistadores ya casi se le hincan con reverencia no haciéndole molestar con preguntas impertinentes, la actuación a la perfección, le gusta Hollywood a la chapina en donde los seres humanos siempre vencen todo y el protagonista siempre le va bien, y le encanta la tragicomedia aquella mezcla de elementos trágicos, cómicos y sarcásticos en donde las necesidades del pueblo, su lucha por sobrevivir en medio de la pandemia y las familias que han sido golpeadas en realidad por esta enfermedad el Covid-19, son una especie de burla para un presidente que no escatima esfuerzos de hasta fingirse enfermo con tal de lograr que el pueblo vuelva a creer en su mediocridad y estupidez.

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