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Pueblos originarios ante el bicentenario de la independencia (2)

Tanmi Tnam

El tiempo sigue su curso y los acontecimientos del pasado se conmemoran con el aprecio de sus impactos en las condiciones de vida actuales.

Este es el caso del acercamiento del bicentenario de la independencia con diversidad de interpretaciones que para algunos sectores vale celebrar y en tanto para los pueblos originarios es necesario detenerse para comprender parte de los motivos de la crudeza de las realidades que hoy viven.

El contexto histórico de la preparación y ejecución de los viajes de Cristóbal Colón, fue la España en los alrededores de 1490 que vivía conflictos, invasiones y el poder en manos de los Reyes Católicos. Así resalta el poder de la Iglesia Católica y el funcionamiento de la Santa Inquisición. Fuentes históricas disponibles mencionan los requisitos para que españoles de aquella época viajaran junto a Colón y luego a ocupar las tierras invadidas. Entre los que hicieron viaje se mencionan soldados, presos y quienes dependieron de algún pago.

Mientras que en estas tierras que los pueblos originarios conocen hoy como Abya Yala y con el nombre de América para otros, ya estaban habitadas por culturas y pueblos a lo largo y ancho de este continente.  Al momento de la invasión española, ya habitaban pueblos desde la parte norte, centro y sur de América. Como ejemplos, se mencionan los pueblos Inuit, Navajo, Hopi, Azteca, Maya, Bribi, Mapuche, Guaraní, Aymara, Quichua y cientos más. Es de reconocer que cada pueblo tenía y tiene una forma de ver y vivir la vida, de apreciar su vínculo a la tierra y a la naturaleza, el uso de un idioma propio, una visión de la trascendencia, formas propias de conseguir alimento y las relaciones entre pueblos. Contaban con una forma de organización y responsables de orientar la vida colectiva. Tenían mecanismos de conservar su entorno y particularmente su territorio con la interpretación y vivencia de un tiempo particular que daba sentido a distintos acontecimientos con validez para sus habitantes.

Los pueblos originarios, vivieron los hechos extremos que realizaron los españoles al momento de la invasión, y por lo mismo, sufrieron las consecuencias de la imposición de la religión cristiana Católica, el idioma español, el trabajo forzado, la esclavitud y el dominio de otra autoridad. Estas condiciones impuestas y más las enfermedades que traían los invasores provocaron sufrimiento y muerte.

En lo que hoy conocemos con el nombre de Guatemala, vivían los pueblos Maya y Xinka. El pueblo Maya, al momento de la invasión ya llevaba el conteo de más de 4,600 años de registro de acontecimientos de su historia. Durante este tiempo anterior a la llegada de los españoles, se reconocen valores, conocimientos, tecnología, instancias y una identidad de pueblo con identificadores particulares. Entre los conocimientos de relevancia para los mayas y de admiración de los pueblos del mundo, están el alfabeto, el Calendario Lunar, el Wajxaq B’atz’, la matemática maya, la ingeniería y la arquitectura, el cultivo de la tierra, el reconocimiento de la vida de los animales, de las plantas y de todo lo que hay en el entorno. Estas prácticas se mantienen en su mayor parte. El estudio participativo, crítico, integrado, constructivo y propositivo de los acontecimientos sucedidos con la invasión y las distintas etapas que se han vivido a la fecha, propician oportunidades para mejor comprensión cuya finalidad permita la construcción de un proyecto de vida política común para los pueblos de Guatemala donde sea posible vivir plenamente en justicia, democracia y paz.

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