Crónica de un divorcio anunciado
Barataria
“Cuando el rio truena, es porque piedras lleva…”
El sistema de gobierno presidencialista establece la figura de un Gobernante que ejerce el poder ejecutivo como Jerarca de mayor grado en la administración pública y también funciones de Jefe de Estado, es decir que en la figura del Presidente de la República se reúnen funciones administrativas y políticas que son trascendentales en la vida nacional.
Hasta antes de 1965 en Guatemala no existía la figura del Vicepresidente y siendo necesario el principio de independencia de los poderes de la república que existiera una sustitución temporal o definitiva del gobernante y luego se estableció la figura vicepresidencial con funciones muy básicas entre las que destacaron presidir el Consejo de Estado y participar en el Consejo de Ministros. Sus funciones así limitadas daban pie a que el vicepresidente no tuviese mucha trascendencia en los asuntos administrativos y políticos del país.
Con la promulgación de la actual Constitución en 1985 la figura del Vicepresidente adquirió mucha más preeminencia y fueron ampliadas sus funciones políticas y administrativas lo cual se ha manifestado en que los gobernantes y sus vicepresidentes en los periodos subsiguientes al de 1986 tengan sus luces y sus sombras. Hemos tenido vicepresidentes muy proactivos y timoratos, así tenemos vicepresidentes que han tenido algún protagonismo, algunos han dado un poco de “lustre” a la Presidencia, alguno por allí como el señor Espada que dejo que la esposa del presidente Colom tomara control de la figura vicepresidencial y permitió el desplazamiento de su cargo permitiendo el encumbramiento político de la eterna candidata perdedora y hasta llegar a una señora vicepresidenta que no termino el periodo.
Lo cierto es que la figura vicepresidencial bien desempeñada ha sido de gran ayuda para el presidente puesto que además de ser un equilibrio importante entre gobernante y gobernados, también es un enlace muy claro en la coordinación con la función de los Ministros de Estado. Incluso habrá más de algún presidente que su falta de tino político ha sido suplido por la figura vicepresidencial como en el caso de Oscar Berger y su vicepresidente Stein.
Recientemente toda la opinión publica fuimos testigos de las desavenencias que han tenido tanto el presidente Giammattei como el vicepresidente Castillo, estas eran un secreto a voces casi inmediatamente de haber tomado posesión el 14 de Enero de este año, sin embargo el tiempo de pandemia las disipo aparentemente, pero se hicieron evidentes cuando el Gobernante supuestamente enfermo de Covid 19 no se apartó del cargo ni una hora para que el vicepresidente tomara algún control, sino que continuo sus labores hasta el día de hoy convocando a Consejo de Ministros de un día para otro lo cual ocasiono el reclamo del señor vicepresidente de la República por medio de chat que posteriormente se hizo público.
Guatemala padece una grave crisis de institucionalidad y se hace mayor cuando vemos que entre el Gobernante y el vicegobernante hay serios conflictos muchos de estos motivados por la actitud del señor Giammattei que ha iniciado acciones claras para debilitar la figura vicepresidencial, estos ataques no son de ahora, sino que ya tienen sus antecedentes desde un antejuicio planteado contra el señor Castillo que la Corte Suprema de Justicia se apresuró a darle tramite y que se detuvo mediante una acción de amparo, hasta la creación del “Centro de Gobierno”, que dirige la persona más cercana al señor Giammattei y que usurpa verdaderamente las funciones vicepresidenciales. Así un Organismo Ejecutivo en el que se socava la institucionalidad porque las desavenencias entre los señores Giammattei y Castillo son serias y no solo son posiciones ideológicas en realidad se trata de la opinión del vicegobernante que está en contra de la forma en que se conduce el presidente Giammattei y que demuestra, en tan poco tiempo (9 meses) el presidente ha quebrantado la institucionalidad, ha defraudado a los guatemaltecos y descaradamente le miente al pueblo al no hacer lo correcto desviándose del camino planeado para gobernar.
Al analizar la frase dicha por el vicepresidente en el chat que se hizo viral la cual cito textualmente: “Sea serio Presidente y piense en los guatemaltecos. Es hora que usted actúe como un verdadero Estadista. Aún está a tiempo de corregir el rumbo pero no con este tipo de decisiones inconsistentes y de última hora. No es esta la Guatemala diferente que tanto prometimos en campaña. Ofreció no ser perfecto pero si correcto. CUMPLALO”. Esto en realidad es para ponerse a meditar sobre el futuro de Guatemala como país, puesto que quien lo dice es el vicegobernante quien no es ajeno a lo que está ocurriendo en el ejecutivo y quien ya ve, como muchos otros guatemaltecos hemos visto, que el rumbo que el país está tomando es demasiado peligroso y requiere que se corrija el mismo porque de otra manera se está alejando de las promesas de campaña y luego probablemente sea tarde.
El vicepresidente Castillo le hace una exhortación al presidente Giammattei, para que no piense solamente en sus intereses o los de sus compinches sino en pro de los intereses del país. En efecto le dice “Piense en los guatemaltecos”, en otras palabras denota que el señor Giammattei ha actuado egoístamente sin pensar en este país, no ve las necesidades del pueblo, tiene su propia agenda y ello perjudica en gran manera cualquier plan o política pública puesto que la misma no se hace en beneficio de los guatemaltecos. En ese sentido, es muy fácil entender que un presidente como el nuestro, en relación a la pandemia cerró el país con pocos contagios y muertes y lo abre con muchos contagios y muertes; podemos discutir mucho sobre la conveniencia e inconveniencia de esto, pero lo importante aquí es considerar qué tanto nos sirvió esto cuando se traslada la responsabilidad a los guatemaltecos de cuidarse de la Covid19, no debió afectarse económicamente a la clase trabajadora a muchos de los cuales se les cancelo sus contratos o a quienes viven del día a día y que se ha visto que la verdadera intención de hacer todo el melodrama de los cierres, las conferencias de prensa y los aspavientos, era naturalmente para obtener una serie de recursos que fueron “piñatizados” bajo la modalidad del Estado de Calamidad, sin dar cuenta de ello y, tal parece que cuadrado todo el saqueo, ya no vale la pena seguir con ese tipo de medidas.
El vicepresidente continua diciéndole al señor Giammattei: “Es hora que usted actúe como un verdadero Estadista”… “Aún está a tiempo de corregir el rumbo….”. Con estas frases con las que el señor Castillo busca hacer reflexionar al residente que con tan solo nueve meses en el poder se embriago de autoritarismo a conveniencia de quienes están detrás de él y ha creado un sistema en el cual la corrupción, las viejas manas y nuevos artificios continúan para seguir saqueando al Estado. El grito desesperado del vicepresidente es que aún está a tiempo de que Giammattei corrija el rumbo y si ha de corregirlo es porque a la vista del vice el rumbo esta desviado, no es ni como se lo propusieron ni como lo planearon porque una cosa era Alejandro Giammattei el cuatro veces candidato presidencial que hasta mediados del año pasado ocupaba apenas el quinto lugar en las encuestas que tampoco le daban mucha oportunidad de llegar a la segunda vuelta, y otra cosa es el Alejandro Giammattei ahora presidente y con nuevos planes no para el país, que sería magnífico, sino para él y el grupo con quienes quiere congraciarse.
“No es esta la Guatemala diferente que tanto prometimos en campaña…” A la vista del vicepresidente el señor Giammattei ya se desvinculo de las promesas de campaña, ya dejo por un lado su compromiso y simplemente está viendo una misma Guatemala que ha venido de más a menos, y se asumía que de llegar este dúo de políticos traería el cumplimiento de tantas promesas que habían hecho especialmente el señor Giammattei quien ha dicho que no quiere ocupar la presidencia y ser “Un hijueputa más” porque siempre se pintó de distinto, de honesto, de correcto y de quien sería mucho más diferente que tantos otros antecesores que prometieron mucho pero no cumplieron nada, que engañaron al pueblo. No voy a entrar en tantas promesas incumplidas por el señor Giammattei, pero bien puedo recordar que prometió cerrar la SAAS desde el momento en que tomara posesión cosa que al día hoy no ha cumplido, prometió atacar la discrecionalidad de los contratos para que el dinero del país no se pierda allí pero contrario a ello ha creado comisiones como el Centro de Gobierno en donde los contratos de este tipo están a la orden del día. En fin, las promesas se las lleva el viento y tal parece que don Alejandro tiene amnesia y no recordará lo que le prometió al pueblo todo se olvidara como lo han hecho sus antecesores.
Para concluir el Don Guillermo Castillo, Vicepresidente de la República hace una declaración que no solo es suya, sino es la exigencia de todos los guatemaltecos para el señor Giammattei cuando expresa: “Ofreció no ser perfecto pero si correcto. CUMPLALO.”. En la función pública nunca esperamos que los gobernantes y funcionarios públicos sean perfectos, nosotros no lo somos y no lo esperaríamos de nadie, pero si esperamos que sean correctos, honestos, veraces, leales y éticos. Queremos que nos gobiernen personas con un grado de responsabilidad tal que siempre antes de actuar piensen en que es lo correcto y tomar las decisiones de acuerdo a esto. Si todos los funcionarios públicos, autoridades y gobernantes fueran correctos en su actuar, estaríamos seguros de que la corrupción misma se combatiría y los niveles de esta serian reducidos. Esta no solo es una exigencia de quien ocupa el segundo lugar en el gobierno sino de todos los guatemaltecos que le exigimos al señor Giammattei que sea correcto y que ya basta de tanta marrullería, de tanto engaño y de tanta corrupción. Que inicie hoy, porque si el vicepresidente advierte que el rumbo del presidente no es el adecuado, que se ha engañado al pueblo incumpliendo promesas y alejándose de la Guatemala que tenemos hoy en día no se parece a lo planificado y además de ello, si el vicepresidente le está exigiendo al presidente que sea correcto como seguramente él se comprometió, entonces estamos ante una grave crisis institucional en donde ya está marcado dos bandos: presidente por un lado, vicepresidente por otro. Me recuerda a la polémica suscitada entre Lucas García y Villagran Kramer al final quien renuncio fue el vicepresidente, pocos meses después la historia le dio la razón. “Cuando el rio truena, es porque piedras lleva…”

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