En busca de una democracia participativa

Guatemala Al Rescate

Nos quejamos más de la cuenta, le echamos la culpa de todos nuestros males a la conquista y a los españoles, pero no reparamos que tenemos 200 años de estarnos gobernando.

Voy a parafrasear un artículo muy interesante escrito de un columnista en un medio de comunicación, al que llamó Estado Fallido o Sociedad Fracasada, en este manifiesta que no somos un Estado fallido, a lo sumo un Estado frágil, argumento en el que estamos totalmente de acuerdo, pero efectivamente si somos una sociedad fracasada, con el agravante que nos quejamos más de la cuenta, le echamos la culpa de todos nuestros males a la conquista y a los españoles, pero no reparamos que tenemos 200 años de estarnos gobernando y que durante esos años no se ha hecho mucho por mejorar nuestro país, se buscan culpables en la clase política por el mal manejo político del país, y por el grado de corrupción al que estos nos han llevado, sin embargo, cuando se recibe algún beneficio particular por los políticos se aplaude su participación, los partidos políticos ganan las elecciones con millón y medio de votos, y al momento de iniciar una nueva administración, empiezan las criticas promovidas por cualquier persona que utiliza las redes en internet, y de igual forma, nadie es responsable de haber llevado al poder a los nuevos funcionarios, porque al poco tiempo nadie voto por ellos.

La idiosincrasia de los guatemaltecos y la conducta que se sigue es la siguiente, no se cumplen las leyes porque nadie las cumple, la política la hacen los demás, no yo; las decisiones las toman otros, pero no cuentan conmigo; las leyes las hacen ellos, y a mí me marginan, así que, se señala por acción a los demás y se silencia para disimular la cobarde omisión propia. ¡Qué chispudos somos, y qué irresponsables!

Evocamos a Pilatos y nos lavamos las manos a la primera oportunidad. “Si no me acuerdo no pasó”, tarareamos inconscientemente en nuestra cabeza, y pretendemos escapar de esos demonios que nos aturden y confrontan con nosotros mismos al ver la organización social que hemos construido; así es realmente como hemos construido la responsabilidad social y que considero desgraciadamente como una realidad innegable que nos golpea la que el autor del artículo parafraseado plantea y la cual debemos revertir.

De allí la importancia de fortalecer La democracia como sistema político, ya que ésta encuentra su asidero en la ciudadanía responsable, aquella que conoce sus derechos y cumple con sus obligaciones; la responsabilidad como ciudadano se observa en todos los actos de nuestro diario vivir, el respeto a la ley, a la autoridad, al derecho ajeno, a las normas de convivencia, pero de igual manera, la democracia se sustenta en la transparencia de los actos de administración de los poderes públicos, quienes deben dar el ejemplo con sus actos, pero para lograr estos objetivos es necesario que los ciudadanos nos organicemos de manera responsable, que se promueva la educación a todo nivel, que es vital para que los ciudadanos no solo conozcan sus derechos y obligaciones, si no entiendan que la responsabilidad en su actuar conlleva consecuencias buenas o malas.

Al final sólo un trabajo consistente de fortalecimiento institucional, de reconstrucción del Estado, con la participación de diversos sectores de la sociedad, puede aumentar la percepción de que la democracia tiene un sentido real para una gran mayoría de la población que no se siente satisfecha ni beneficiada con la democracia como un sistema político; está más que demostrado en el mundo que es el pueblo quien con su voto construye o destruye su presente y el futuro de todos, a los corruptos les podemos decir basta, solo con que el pueblo salga a votar de manera inteligente, a los políticos ineficaces podemos mostrarles la salida con el voto.

El pueblo se ha equivocado con su voto, pero no se puede equivocar para siempre, de allí la importancia de educar, es el momento de rectificar y pensar que tipo de país queremos para el futuro y como lo vamos a lograr, para eso resulta importante trabajar para fortalecer la democracia y que ésta sea participativa y que genere bienestar para todos, porque de no trazar o diseñar una meta sostenible en el tiempo de reconstrucción del Estado, de fortalecimiento institucional y de replanteamiento político, las posibilidades de una regresión política está a la vuelta de la esquina.

UNA GUATEMALA DIFERENTE ES POSIBLE.

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