Nadie descubrió América
Logos
(Tesis para discusión)
Descubrir implica que hay algo cubierto, y algo que cubre, y alguien que descubre. Cuando, por ejemplo, se descubre un planeta, el algo cubierto es el planeta mismo. El algo que cubre puede ser la distancia, o el exiguo tamaño del planeta, o la presencia de otros cuerpos celestes. El alguien que descubre puede ser un astrónomo.
Descubrir implica también que quien descubre sabe cuál es la naturaleza del algo descubierto. Por ejemplo, el astrónomo que descubre un nuevo planeta sabe que descubre precisamente un planeta, y no un asteroide o un satélite. El astrónomo que observa un nuevo cuerpo celeste, que él cree que es un asteroide o un satélite, pero realmente es un planeta, no descubre un nuevo planeta.
Si América fue un continente descubierto, entonces hubo algo que estaba cubierto, y algo que lo cubría, y alguien que lo descubrió. El algo que estaba cubierto era el continente mismo. El algo que lo cubría era, por ejemplo, la distancia que lo separaba de otros continentes. El alguien que lo descubrió pudo haber sido, por ejemplo, un grupo de irlandeses en el siglo sexto, o un grupo de vikingos en el año 985, o un grupo de españoles en el año 1492. Estos descubridores tenían que saber que descubrían un nuevo continente.
Empero (mil veces empero), ni irlandeses, ni vikingos ni españoles descubrieron el continente. No lo descubrieron, por dos razones. La primera consiste en que el continente ya estaba habitado por otros seres humanos, que sabían que existía la tierra misma que habitaban. Tampoco grupos de intrépidos y fantásticos navegantes aztecas, toltecas o mayas hubieran podido descubrir, por ejemplo, Europa, porque este continente ya estaba habitado por seres humanos que también sabían que existía la tierra misma que habitaban.
La segunda razón consiste en que ni los irlandeses, ni los vikingos ni los españoles sabían que arribaban a tierras que eran parte de un nuevo continente. No podían, entonces, aunque hubiesen sido los primeros en llegar a tierras de América, ser descubridores de América. El mismo Cristóbal Colón creyó que, el 12 de octubre de 1492, cuando llegó a la isla Guanahani, había llegado a alguna tierra de Asia, y hasta pretendió que los indígenas que transportó a España eran legítimos asiáticos.
Los cazadores que, desde Siberia, emigraron a tierras de América hace por lo menos doce mil, o dieciocho mil, o veinte mil años, o más, fueron quizá los primeros que llegaron a ellas, e inclusive las habitaron; pero tampoco fueron descubridores de América porque, como los irlandeses, los vikingos o los españoles, ignoraban que esas mismas tierras eran parte de América. Quizá ni sabían que había continentes, y tampoco sabían, entonces, que habían emigrado desde un continente a otro. Sólo sabían que habían pasado de viejas tierras a nuevas tierras (algunos sobre la antigua región de Beringia, que aún no estaba cubierta por aguas marinas).
Las nuevas tierras que encontró y superficialmente exploró Cristóbal Colón luego de su proeza náutica hacia el Occidente sobre el mar Atlántico, iniciaron una grandiosa época europea de exploración. Notables y crecientes hallazgos geográficos comenzaron a sugerirle a los europeos la hipótesis de que había un nuevo continente entre Europa y Asia.
Por supuesto, había que demostrar que la hipótesis era válida. Precisamente Américo Vespucio demostró, en el año 1497, que América del Sur no era parte de Asia, y le denominó nuevo mundo; y Vasco Núñez de Balboa demostró, en el año 1513, que las nuevas tierras yacían entre dos mares, y que, entonces, había una masa terrestre que se interponía entre Europa y Asia. No hubo propiamente descubrimiento de un nuevo continente, sino estrictamente demostración, o quizá intrépida deducción, de que había un nuevo continente.
Post scriptum. En el año 1507, el cartógrafo alemán Martin Waldseemuller le llamó América solo a América del Sur porque creyó que únicamente esta parte constituía el nuevo continente. Posteriormente, se comprobó que el nuevo continente incluía a América del Norte.

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