Los beneficios de la transparencia en la gestión pública
Barataria
“La Corrupción es un mal con muchos pretextos”.
El Ministro de Desarrollo Raúl Romero procedió esta semana a desistir de la compra de galletas escolares por un monto de Q. 14,2 millones de quetzales. Esta compra había causado revuelo desde hacía algunas semanas cuando se supo que el proceso había concluido y que se había adjudicado la compra a la empresa Alimentos y Bebidas, S.A cuya oferta fue superior a la propuesta por otra empresa, Nutrientes Alimenticios, S.A cuya oferta fue de Q9.1 millones de decir aproximadamente cinco millones menos que la empresa ganadora, pero que suele suceder en los negocios del Estado se compra a la oferta más cara aunque la calidad sea desastrosa.
Este negocio que se frustró en el Ministerio de Desarrollo no es el único, en realidad en la administración pública en general se viven haciendo este tipo de negocios los cuales avanzan y se “cocinan” es la oscuridad y opacidad que brinda el ocultamiento de información por parte de los funcionarios públicos y es hasta cuando de alguna manera sale a luz la información ya que ha concluido los eventos y ya no hay forma de retrotraer todos estos hechos. Afortunamente en este caso, existieron diversas denuncias públicas por parte de algunos actores civiles y por parte de algunos funcionarios para que el Ministro de Desarrollo se viera forzado ante tal aberrante negocio a suspenderlo y desistir de una compra a todas luces anómala ya que suponía gastar varios millones de quetzales en la compra de una galleta “escolar” precisamente en medio de una pandemia en la que los alumnos no están asistiendo a clases y ya por finalizar el ciclo escolar.
La Corrupción es un mal con muchos pretextos. Cualquiera puede argumentar cualquier situación para corromper y corromperse. Pretextos para ser corrupto y hacer corrupción hay muchos, no se descartan funcionarios que venderían hasta a sus propias madres de ser posible, por lograr agenciarse de dinero mal habido con el sueño de que un periodo en ejercicio bastará para no volver a trabajar nunca más y salir como un “rico emergente”, como hemos visto muchos ejemplos. Habrás visto que quien llega a ser funcionario público salga millonario, como si la riqueza se encuentra allí.
En realidad está probado que la transparencia en la gestión pública, es un antídoto contra la corrupción. El hecho de que no solo aparezca una información en los sitios de información pública sino que además el funcionario tenga la entereza de informar a la población lo que está haciendo con el dinero de los impuestos que pagamos todos los trabajadores debería ser una regla en la función pública. Pero no lo es, por lo general el funcionario público en Guatemala le gusta la opacidad, el ocultamiento de información, su función pese a ser “pública” no parece puesto que lo que hacen los funcionarios es ocultar todo aquello en lo que asume que negociará a espaldas del pueblo. Así podemos ver casos como el mencionado del Ministro Raul Romero, comprando galletas escolares por millones de quetzales, así vemos Concejos Municipales que anteriormente transmitían sus sesiones y que luego ya no lo hacen porque ello les descubre la forma en que manejan los recursos públicos prefieren el ocultamiento o vemos también como muchos funcionarios no les gusta que los periodistas les cuestionen sobre muchos de los negocios que realizan opacamente porque les “arruinan” las negociaciones.
Nuestro país cuenta con un Contraloría General de Cuentas realmente deficiente que necesita ser fortalecida para combatir los niveles de corrupción que se manejan en el Estado. Probablemente veremos muchos casos como el anterior, es allí en donde se requiere de una auditoría ciudadana mayor que pueda denunciar ya es probado que un funcionario público al verse descubierto en sus aviesos intereses no hace más que retroceder y cancelar los negocios sucios que ha hecho. En el caso del Ministro Romero, no tuvo ningún argumento para defender una compra anómala realizada, es decir que si esta compra fuera de urgencia, se necesitara para ayudar a combatir la desnutrición de los niños en edad escolar, el Ministro bien podría haber salido a defender su actuación pero al no hacerla, al optar por desistir de la compra lo que demuestra es que ese negocio estaba más podrido que otra cosa, ello sin mencionar el agravante que resultó de este sucio negocio que fue levantado en Guatecompras el 30 septiembre último día del estado de Calamidad y fue adjudicado ese mismo día o sea la corrupción no puede estar más manifiesta que esta y el señor Romero debería de haber renunciado a su cargo por corrupto porque no se le puede llamar de otra forma a este tipo de funcionarios públicos.
Por ello las denuncia hechas sobre este tipo de actos de corrupción de los funcionarios públicos no siempre caen en tierra infértil y poco a poco se ve que la denuncia ciudadana, la auditoría social hace su función y deja mal parados a funcionarios corruptos del actual gobierno. El tráfico de influencias, los negocios millonarios para favorecer a unos y enriquecerse otros, las actuaciones de gobierno que lo único que hace es minar la capacidad del Estado de funcionar para el bien común, debe ser denunciados, debemos de exigir a los funcionarios públicos que sean transparentes, que sus políticas sean de puertas abiertas y que puedan explicar con argumentos sostenidos el porqué de sus actos, porque solo así vamos a combatir la corrupción que esta enquistada en todos los niveles de la administración pública.
La transparencia y la publicidad es una condición esencial para combatir la corrupción ya que de lo contrario siempre nos van a sorprender con negocios que se “cocinan” en un día y que cuando volteamos a ver ya están adjudicados y hasta pagados. Busquemos la exigencia en la transparencia, que se abandone la opacidad y que los funcionarios tengan política de puertas abiertas, de publicidad de actos y de lealtad con el pueblo.

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