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Los incendios en mercados: una tragedia anunciada

Pinceladas Democráticas

Los incendios de mercados, gasolineras y almacenamiento de material inflamable no cumplen con las normativas existentes o el establecimiento de protocolos preventivos para no lamentar tragedias e inversiones para reconstrucción.

Durante varias décadas parece ser que es cíclico los acontecimientos de incendios de mercados, centros comerciales, almacenamiento y transporte de material inflamable que deja grandes secuelas económicas a guatemaltecos que mediante sacrificios de trabajo y emprendimiento han logrado establecer fuentes de trabajo e ingresos económicos que posteriormente de esos eventos trágicos se quedan con sus finanzas a cero si no tuvieron la prevención de asegurar sus negocios.

En esta época de recogimiento familiar a causa del COVID19 en donde la dicotomía salud y economía ha constituido una polémica para definir la defensa de ambos conceptos y actividades que causan muerte y recesión  economía, en donde el comercio ha tenido una baja considerable que afecta a la  micro, pequeña y mediana empresa,  que invita  diseñar estrategias para volver a empezar, y redefiniendo procesos con el uso de la tecnología de punta.

Los incendios de mercados y comercios como fue el caso reciente del  Mercado en Santa Lucia, Escuintla, la explosión de los depósitos de gas propano en la zona 13, incendio de la gasolinera  en Puerto Barrios y el desastre de explosión en una planta de gas en el este de IRAN, que nos hizo recordar la explosión de SOLICK en Santo Tomas de Castilla, Puerto Barrios, todos en contextos diferentes pero causando destrucción, pérdidas materiales, deterioro a las economías y tragedias humanas, que pueden evitarse si se cuenta con estrategias de prevención que eviten llegar a vivir esas consecuencias fatales.

Estos antecedentes recientes y los que han sido cíclicos  en tres o dos décadas atrás; si hiciéramos el recuento de cuantas tragedias.  Después se olvidan dejando de  atender estas desagradables experiencias  por arte de magia. Que por lo contrario deben ser lecciones aprendidas que las autoridades deberían considerar, debido a la creciente población y uso de las áreas en donde se encuentran estos focos inminentes y propicios para causar tanto desastre y   dejar desposeídos a una población considerable que sufre la destrucción de sus activos.

Cuando analizamos las condiciones que provocan  los incendios en los mercados, justifican varias situaciones: a) Regularmente argumentan que hubo alguna mala intención de alguien que provoco el incendio, pero en ninguno de los casos de tres décadas atrás no se han encontrado a los culpables. b) otros argumentan que alguien dejo una vela encendida y que allí se produjo el incendio y c) que posiblemente sea la más creíble, es que se ocasionó por un corto circuito.  En este caso ¿Quién tiene la culpa? ¿Los de la Empresa Eléctrica por autorizar infinidad de acometidas a un poste de energía eléctrica, recargando los cables, sin haber dado mantenimiento?

No se debe descuidar qué cuando suceden estos eventos, las autoridades municipales y de gobierno, tales como: la coordinadora de prevención de desastres, los cuerpos de prevención de desastres, están obligados a trabajar horas extras para acudir al auxilio.  Por lo que para prever, se deben diseñan estrategias en el diseño de los locales comerciales previendo cualquier contingencia, obligando a establecer  vías de evacuación o de ingreso para el auxilio oportuno y facilite su titánica tarea, haciendo necesario con urgencia la instalación de hidrantes o depósitos de agua que  abastezcan del vital líquido en momentos apremiantes

El momento que vivimos del COVID19,  es momento oportuno para reordenar, reinventar y recrear estructuras que minimicen estos eventos que van en perjuicio de la economía personal de los afectados, municipalidades y del Estado que por solidaridad o me culpa deberá prestar ayuda a los afectados.

Esta situación obliga a poner atención a LOS INSENDIOS EN MERCADOS, UNA TRAGEDIA ANUNCIADA es denominador común en las cabeceras departamentales y en la mayoría de municipios de mayor comercio, que se niegan a tomar medidas preventivas, aunado a la exigencia del distanciamiento social que exigen las medidas sanitarias. Es momento de poner alto que los locatarios invadan las calles y avenidas, interrumpiendo el tránsito de vehículos y peatones que sumados se convierten en potenciales tragedias.  ¡ESTE ES EL MOMENTO PROPICIO PARA ORDENAR EL CRECIMIENTO DESORDENADO DEL COMERCIO Y DEL PELIGRO QUE SE ASECHA CADA DÍA!

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