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Coronavirus IV

Teorema

Parte IV El fin de la pandemia

Lo mínimo que debemos saber sobre el coronavirus para salir del miedo y convertirlo en prudente respeto.

Un apreciado amigo me preguntó: ¿Cuánto tiempo calculas para volver a la normalidad? Le respondí con afecto, respeto y confianza: Creo que depende de ti, volver a tu normalidad. Yo ya volví a la mía. Claro, hay que hacer ciertas concesiones a los demás. Creo que me quería preguntar: ¿Cuánto tiempo calculas para que termine la pandemia? Aunque no puedo dar una respuesta concreta a esa pregunta, sobre eso trata esta parte.

Inmunidad colectiva: La epidemia terminará cuando la población que haya adquirido anticuerpos sobrepase 67% de la población total. Esta situación se llama Inmunidad colectiva (algunos también la refieren como inmunidad de rebaño). Hay dos formas de obtener anticuerpos: Adquirir y superar la covid (contagio directo) o por medio de una vacuna, que no existe.

Contagio directo: Una epidemia (pandemia cuando es global) es un proceso infeccioso de crecimiento exponencial. El modelo de crecimiento, que es complejo, fue desarrollado por científicos especializados en informática, matemática, microbiología y epidemiología. MIT en Estados Unidos y el Imperial College London en el Reino Unido crearon dos de los modelos de mayor aceptación entre la comunidad científica internacional.

En su inicio, una persona infectada contagia, en promedio, a 3.5 individuos (según el Imperial College London). Estos, a su vez infectan a otros 3.5 cada uno, para un total de 12 y estos a 43 en una tercera etapa de contagios. En la doceava etapa, el número de nuevos contagios alcanzaría la cifra de 3.4 (3.5E12) millones de personas y el total de contagiados se habría elevado a 4.7 millones.

Sin embargo, cada persona que se repone del covid adquiere anticuerpos. De esa manera, el proceso anterior se desarrolla cada vez con un número menor de personas que no han tenido la enfermedad. Esto es, el infectado sigue contagiando a 3.5 personas, pero algunos ya tienen anticuerpos y no enfermarán.

En otras palabras, R, el índice de contagios efectivos por persona infectada va disminuyendo. Cuando 66.7% de la población tiene anticuerpos. R ha disminuido a cerca de 1.17 y en la doceava etapa habría menos de 12 nuevos infectados (1.17E12) y el total de contagiados sería de solo 39. Cuando R alcanza el valor de uno (R=1) la progresión se detiene y más adelante decrece. La epidemia ha terminado.

Los modelos de crecimiento son complejos: La explicación anterior es meramente ilustrativa. Me disculpo por su simpleza.

Todos hemos oído decir que el coronavirus llegó para quedarse. Me temo que esa afirmación es correcta. Aunque esporádicos, hay casos de reincidencia; además, si bien excepcionales, algunas personas no han desarrollado anticuerpos. Esto significaría que la vida de los anticuerpos no es permanente.

También quiere decir que, todos vamos a estar sujetos a la covid y que lo más probable es que enfermemos. Esto sucederá a dos de cada tres. Confiemos que quienes enfermen sean aquellos que tienen un SInm poderoso. En ese sentido, quizá sea como la gripe, que es recurrente y pocos se salvan de contraerla cada año. Es necesario recordar que el peligro de muerte causada por la covid se ha reducido dramáticamente durante los últimos meses.

El presidente Giammattei (64 años), ha tenido limitaciones en su actividad física durante los últimos 40, necesitando de una silla de ruedas algunos. Además, durante un tiempo fue un fumador compulsivo. Pese a tales antecedentes, tuvo una pronta y total recuperación. En menos de dos semanas estaba de regreso, sin deterioro en su natural ímpetu.

Contagio por vacunación: Ken Frazier, CEO de Merck & Co, principal desarrollador y productor de vacunas en el mundo (introdujo 4 de las últimas 7 vacunas producidas en los últimos 25 años), informó que la vacuna más reciente de Merck, para el Ébola, tomó cinco años y medio en ser desarrollada. Si ese récord se iguala con una vacuna para el coronavirus, podría estar a la venta para mediados de 2025. Si se superara, significativamente, estaría lista para 2023. Demasiado tiempo para permanecer esperándola.

En cambio, ya existen protocolos de tratamiento para la covid, incluso de muy bajo costo. Además, si el futuro de una vacuna es incierto, el desarrollo de medicamentos que ataquen la covid, con la efectividad de un antigripal sobre una gripe, es mucho más probable.

La cuarentena debe concluir tan pronto como sea posible, ya que cada día, sus efectos colaterales causan más daño a la población que la misma enfermedad. Esto es válido para todos, excepto para el reducido grupo de personas en riesgo alto y moderado.

En Guatemala, la población mayor de 60 años representa menos de 7% del total. Suponiendo (no hay datos) que la población con afecciones previas de salud fuera de medio millón de personas (3%), esto querría decir que cerca de 90% podría infectarse con bajo riesgo, especialmente si tiene información adecuada sobre como curarse y los medicamentos que debe emplear.

Exposición: La estrategia por parte del gobierno (reducir el número de contagios) podría cambiarse a una de exposición.

Más de la mitad de la población debe pasar por un proceso capaz de crear anticuerpos en su Sistema Inmunológico –SInm. Quienes lo tengan débil, deberán aislarse durante la fase de exposición y saber que una vacuna podría ser inconveniente –incluso peligrosa– para ellos.

Una estrategia de exposición, consta de dos partes principales: Información y libertad. Además, hace necesario que la sociedad, exija al gobierno proteger a la población en riesgo mediano y alto con los impuestos de los contribuyentes, asistiendo a quienes no puedan cubrir el costo de vivir en aislamiento.

El Gobierno, en nombre de la ciudadanía, también debe ofrecer información, no solo sobre cómo prevenir el contagio sino también acerca de la naturaleza de la enfermedad y la forma de curarla. La población debe conocer lo que sucederá, contar con información, como la contenida en estas líneas, conocer los medicamentos requeridos para curarse, dónde conseguirlos y cuánto cuestan. Preferiblemente, deben adquirir anticipadamente esas medicinas ya que hacerlo reducirá su temor y les procurará tranquilidad. La creación de pánico debe terminar.

Libertad para que, quienes pese a poseer un SInm poderoso, deseen permanecer aislados ―y se lo puedan costear―, puedan hacerlo sin que ninguna medida coercitiva en contrario sea ejercida. La población que sí sale y se expone, no tiene por qué costear los gastos de los primeros. Progresivamente ellos perderán el miedo y regresarán a su vida anterior a la pandemia. Quizá contraigan la enfermedad y deban curarla. Pero deben verla como se ve a otras enfermedades. En uno o dos años, podría haber jóvenes sanos aún aislados, pero serán muy pocos. Libertad y responsabilidad son dos conceptos íntimamente unidos, enlazados entre sí.

La población debe comprender que se espera que casi todas las personas (66% del total) se infecten, ya sea de manera natural (por contagio), o mediante esa vacuna, que a la fecha no existe y podría tardar en llegar.

Cuando se haya alcanzado la inmunidad colectiva, quienes estuvieron bajo resguardo podrán volver a salir. Se regresará a la normalidad, no a una “nueva normalidad”, tampoco a una vieja normalidad, sino a la normalidad dentro de su proceso evolutivo natural.

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José Fernando García Molina

Guatemalteco, 67 años, casado, dos hijos, ingeniero, economista.Tiene una licenciatura en ingeniería eléctrica de la Universidad de San Carlos, una licenciatura en ingeniería industrial de la Universidad Rafael Landívar –URL–, una maestría en economía en la Universidad Francisco Marroquín –UFM–-, estudios de especialización en ingeniería pentaconta en la ITTLS de España.