Buscando el bienestar
Nuestro Mundo Posible
Estamos en el siglo XXI, en un mundo globalizado y mundializado que según los líderes del capitalismo nos llevarían hacia el progreso.
Es de nuestro conocimiento que la Globalización es la última etapa de desarrollo del Capitalismo y que potencias que giraban en torno al socialismo-comunismo de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, URSS, hoy Federación Rusa, fundada en 1991 o alrededor de China, en cuanto a comercio, han adoptado un acercamiento a la globalización pero sus políticas siguen siendo sistemas totalitarios.
La globalización iba a traer el progreso para los pueblos pero lo que en la práctica ha quedado es que hay unas relaciones comerciales muy estructuradas y que para insertarse en la forma de producción del sistema que mencionamos se necesita una infraestructura fundamentada en una tecnología que muchos países todavía no alcanzan.
Lo que ha sucedido es lo que países que no tienen la tecnología necesaria y la educación para desarrollarla se encuentren en situaciones de alta dependencia.
Los países ricos se han hecho más ricos y los que no lo eran están luchando por el progreso prometido por la globalización.
El progreso, que significa salud, educación, un trabajo digno y vivienda se ha complicado para muchos seres humanos en este final del 2020.
La pandemia del coronavirus ha dado un vuelco al desarrollo deseado por muchos.
La Mundialización generada para crear una sociedad que pudiera comprar los mismos productos, en principio, no podía ser porque borraba a los Estados; hoy también se ve algo muy lejano.
La pandemia del coronavirus está en su segunda ola en Europa, significa un nuevo confinamiento y estancamiento de la producción.
Los más necesitados estarán con menos oportunidades.
Estamos también viviendo en una ola de violencia entre las personas y contra los Estados.
Lo anterior significa que muchos eventos no están funcionando de la forma debida por lo que los seres humanos están en la situación mencionada.
¿Qué se debe hacer?
Los seres humanos parece que no se convencen de que estamos en una situación en la que tenemos que aplicar el razonamiento y todos los sentidos que tenemos para salir adelante.
Lo primero es darnos cuenta, que el enojo y la agresión no conducen a soluciones.
Tenemos que aprender que el sueño que prometió la globalización y el bienestar con la abundancia para todos nunca podría ser posible sin la tecnología y educación adecuadas y que la pandemia lo que ha venido es a hacer la situación más difícil.
Tenemos que aprender a vivir dándonos cuenta que el coronavirus no va a terminar mañana y dejar el pensamiento de cada día, cada semana, de que en 15 días todo va a desaparecer y que ya todo, en un instante, será como antes.
Tenemos que aprender a vivir con menos de los bienes de los cuales hacíamos uso.
Tenemos que aprender a vivir buscando soluciones para todos en lugar de lo que vemos ahora: parte de la sociedad queriendo y luchando porque quiero ir a los centros comerciales que estábamos acostumbrados, porque quiero ir a un restaurante a pasar un buen rato, porque quiero ir a un cine, porque quiero ir a un bar.
Los más necesitados no hacían esa vida pero desean poder contar con el alimento de cada día, con su espacio para vivir y con un trabajo.
La sociedad mundial se olvidó de los más necesitados y esos más necesitados hoy requieren de más.
Necesitamos pensar en soluciones para todos.
¿Qué están haciendo los gobiernos en el mundo?
Parece que el problema ya los rebasó porque las economías y los sistemas de salud estaban prendidos con alfileres.
La carencia de dinero de los gobiernos es evidente; lo que muestra la situación es que sólo se ocupaban del beneficio del grupo gobernante y que las políticas económicas sólo estaban en el papel o para la campaña electoral.
Los que menos se interesan en a quiénes eligen para gobernantes aprenderán de la situación que vive cada país a darle importancia a la votación que hacen.
Los que tienen gobiernos totalitarios comprenderán lo lejanos que están de derechos.
El camino que se ve venir nos demuestra que la violencia no genera soluciones.
Falta dinero por todos lados y hay enfermos por todos lados.
¿Qué hicimos mal para estos resultados?
Lo que nos viene no llega porque sí.
Lo que nos viene es resultado de lo que hacemos.
¿Qué hicimos mal?
Dejar a los líderes políticos enriquecerse cada vez más.
Quedarnos pasivos porque la riqueza también nos llegaría.
Olvidarnos de los más necesitados porque ellos parecían no ser parte de nuestra Nación y no eran seres humanos.
Pensar que la globalización sólo era bienestar.
Pensar que ya lo sabíamos todo y no estudiar.
Olvidar que nuestro planeta necesita de un equilibrio entre lo que obtenemos de él y lo que produce.
Olvidar la convivencia y vivir cada día más alejados de los otros.
Ahora ante el desastre de la pandemia del coronavirus y de la economía:
¿QUÉ TENEMOS QUE HACER?
Ver a los demás como seres humanos.
Buscar un equilibrio entre lo que demandamos de nuestro planeta y lo que hacemos crecer en él.
Hay científicos con la hipótesis de que el coronavirus lo tenemos porque hemos creado las condiciones para que viva; éste es el pensamiento de J. Lovelock, 1919: inglés, ambientalista y químico atmosférico, creador de la teoría Gaia que explica que nuestro planeta Tierra es un sistema autorregulado.
Estamos ante una gran crisis mundial que no se resolverá en dos días.
Tenemos que generar una convivencia entre una misma nación, entre naciones y entre todas las culturas.
El camino al coronavirus no se construyó ayer; la existencia de ese virus se la dimos desde hace muchos años con la forma que tenemos de ser y vivir como seres humanos.
Ante los hechos, no hay que pensar mucho.
Cambiamos o Pereceremos.

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