Al pensador Antonio Gallo
Antropos
El doctor Antonio Gallo de la orden de los jesuitas, es un italiano que tuvo la osadía de llegar a América Latina para encontrar un camino en donde su sólida formación académica y compromiso espiritual, encontrara asiento y alumnos con quienes dialogar en torno a las ideas filosóficas como fue en la vieja usanza de los filósofos griegos. Así como al encuentro de hermanos católicos a quienes pudiera transmitir su fe cristiana. Su vida ha transcurrido entre la filosofía y la teología. Se quedó en Guatemala. Su arribo al país, coincidió con el trágico proceso de la guerra interna, lo cual no le impidió recorrer con arrojo y valentía, los corredores de algunos municipios del occidente. Esto le abrió los ojos para conocer de una mejor manera, las características etno-culturales de un territorio que alberga diversas nacionalidades.
Mi persona es uno de aquellos estudiantes que tuvo el privilegio de conocerlo en las aulas de la Universidad Rafael Landívar. Añoro los debates porque en ese momento no coincidíamos o no lo entendía. Pero, cuando partí a Costa Rica, y continúe con mis estudios de filosofía, empecé a leer sus escritos bajo la influencia de la fenomenología trascendental, qué en sus propias palabras, dice, lo hizo a partir de desvelos para entender a Edmund Husserl filósofo y lógico alemán quien intentó renovar la filosofía como una ciencia estricta. Es un autor de numerosas obras entre las que se destacan Meditaciones Cartesianas, Investigaciones lógicas, Introducción a la ética, Problemas fundamentales de la fenomenología, La idea de la fenomenología, Filosofía de la aritmética.
Las obras de Husserl fueron estudiadas a profundidad por el padre Gallo, con el propósito de encontrar un instrumento de trabajo para reflexionar acerca de lo que es el “sentido de la vida y de las cosas” de la realidad guatemalteca. En Costa Rica leí algunos de sus libros como Identidad Nacional, el cual me sugirió diversas interpretaciones y me acercó al conocimiento de mí país; Los mayas del siglo VI; Manual de Hermenéutica; Ver de verdad; El hombre, mi hermano; Introducción a los valores. La producción filosófica de Antonio Gallo, se constituye en el ensamblaje teórico para comprender de manera adecuada, temas centrales como él de la interculturalidad, multiculturalidad, identidad, “conciencia de identidad”, etnia, cultura, derechos humanos de los pueblos originarios de Guatemala, valores y antivalores, hasta problemas epistemológicos y de hermenéutica que están en la mesa de los que hoy se analizan en los diferentes círculos intelectuales y de las organizaciones sociales.
La motivación de escribir este artículo, se debe a la sorprendente noticia qué en el marco de la feria del libro en Guatemala, FILGUA, se presentó para el debate el nuevo libro de Gallo: El Acontecer: metafísica l y ll. Aún no lo tengo en físico, pero logré leer algunos renglones por la vía digital. Es un esfuerzo gigantesco porque desde la perspectiva de la filosofía, es uno de los temas más complejos. Aborda desde una prosa fresca y florida, problemas centrales de toda la historia del pensamiento desde los clásicos griegos, hasta los pensadores actuales como Heidegger, Sartre, Zubiri, Bergson, Chardin, Levinas, Merleau Ponti, Gabriel Marcel, entre muchos más. Es un escrito en el que reflexiona acerca de temas como: Una entidad llamada yo. Los otros también son yo. Ser de lo Idéntico. Lo humano. Dios. Destaco entre muchas líneas esto: “El primer paso que lleva el yo hacia los otros, es su misma condición de ser en el mundo”.
En tal sentido, cuando realice el trabajo de antologar a algunos pensadores de Centroamérica, no tuve ninguna duda de incluir en el libro titulado Pensamiento Filosófico Contemporáneo de la América Central, publicado por la Editorial Oscar de León Castillo, el ensayo del padre Gallo: El yo y la etnia, en el que afirma entre otras cosas que “es absurdo negar que exista un problema indígena y plantear una política indiscriminada, totalmente ignorante y ciega frente a un problema, que representa la fuente de injusticias más grande que existe en el país”.
Hoy día ya consideramos el concepto de interculturalidad como el “vaso comunicante” que nos conduce a superar la multiculturalidad como estanco apartado y aislado unos de otros. El nivel de conflictividad social para no entendernos como culturas diferentes, es uno de los grandes aportes teóricos del padre Gallo, quien reconoce que “la mitad de la población del territorio guatemalteco es maya, vista con su traje o no”.
Otro de los aciertos de este pensador, es su aporte a los fundamentos filosóficos de la educación guatemalteca. Compartí y lo escuché cuando asistimos a la Conferencia Mundial de Educación Superior convocada por UNESCO el año de 1998. Afirma Gallo que “cualquier reforma que se desee establecer en el campo de la educación, por tratarse de un proceso que afecta a la persona humana, apela a una concepción de lo que esta persona es realmente, de los derechos inherentes a su ser y de las posibilidades que se les deben ofrecer, para que esta persona, en el contexto de su entorno físico e histórico, llegue a ser un ciudadano responsable y libre, democrático y solidario con los demás”.
Otro de los grandes sueños de Antonio Gallo, fue la realización como educador al convertirse en uno de los que pensaron el nacimiento y desarrollo de la Universidad Rafael Landívar, que por cierto en aquellos tiempos, generó una profunda polémica en el seno de la USAC, sobre la pregunta de ¿si era viable una universidad privada en Guatemala? Hoy la URL, nos da muestra de su aporte histórico al desenvolvimiento intelectual del país.
Y de su prédica religiosa no tuve oportunidad de escucharlo en su iglesia los domingos. Por referencia sé que fue un sacerdote lúcido, espiritual y humilde en su sermón, como realmente debe ser.
Y esta es la vida que conozco del Doctor Gallo Gallo, que con la lectura sosegada de los libros, las caminatas por el país y el diálogo constante, le sirvieron para aportar ideas, proyectos, sueños e ideales por una mejor comunidad asentada en el respeto de los valores humanos.

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