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Pueblos originarios ante el bicentenario de la independencia (13)

Tanmi Tnam

La educación superior en Guatemala no tiene ojos ni cerebro para ver y hablar de los pueblos originarios porque sus fundamentos, conceptos y formas de generar conocimientos son reflejo de un pensamiento colonial y racista. Sobre el tema pueblos originarios abundan documentos donde se refleja el pensamiento actual de la educación superior que muy bien describe Edgar Esquit (2020) al referirse a la universidad estatal donde “las voces mayas no resuenan en los oídos de los funcionarios de dicha universidad, acostumbrados a pensar y a defender su nicho de reproducción colonial, sus nociones sobre modernidad, su cientificidad positivista eurocéntrica, contentos al ocultar el racismo” que mucho daño han hecho a los pueblos originarios del país.

Según documentos disponibles, la educación superior en Guatemala está bajo la responsabilidad de una universidad estatal y alrededor de 14 universidades privadas. A estas alturas del siglo 21, la educación superior en nuestro país considera que el conocimiento europeo y de otras latitudes debe ser estudiado con profundidad y los que poseen los pueblos originarios son descalificados permanentemente porque creen que son del pasado y que carecen de validez. La educación superior no es accesible a la juventud indígena y como consecuencia, a la fecha, hay un porcentaje muy bajo de estudiantes perteneciente a los pueblos originarios debido a factores como la centralización de la universidad estatal en la ciudad capital y ciudades principales del país, las cuotas altas en las universidades privadas y la práctica de la discriminación.

Esta educación es la responsable de la formación de los profesionales que imponen y fomentan el desarrollo centrado en el capital donde poco importa la vida de la persona, de los pueblos y de la naturaleza. Se obvia la presencia y uso de los conocimientos y tecnología con que cuentan los pueblos originarios presentes en el país. La vida, la salud, la complementariedad y el equilibrio son puntos centrales en el conocimiento que utilizan los pueblos originarios y que son aportes puntuales al mundo de hoy. El currículum oficial de la educación superior guatemalteca carece de marco conceptual que sirva para analizar y comprender la realidad multicultural y multiétnica del país, tampoco estudia los conceptos para la construcción de la interculturalidad y de la democracia con base a la presencia y representación de pueblos originarios que desde la invasión española hasta nuestros días se encuentran marginados y excluidos de la organización del Estado de Guatemala.

La universidad estatal y algunas del sector privado, tienen cierta apertura al desarrollo de algún taller sobre pueblos indígenas, algún diplomado de lectura y escritura, reflexiones sobre derechos de los pueblos originarios y alguna que otra carrera con cursos considerados pertinentes culturalmente. Algunas carreras dirigidas a pueblos originarios, generalmente cuentan con financiamiento de la cooperación internacional o simplemente son autofinanciadas por los mismos interesados.

Últimamente, los pueblos originarios con claridad y esfuerzo, desde el marco de la autonomía y la autodeterminación, han creado por lo menos dos universidades para la formación de técnicos y profesionales aptos en el uso de los conocimientos propios para el buen vivir. La democratización en el uso de diversidad de enfoques, cosmovisiones y modelos de desarrollo en la educación superior, es apoyo a la justicia, la equidad y la construcción de proyectos comunes entre pueblos.

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