2021: un futuro escandaloso

Sueños…

Nunca como ahora el nuevo año nos trae tantas esperanzas. Estamos seguros que el mundo cambiará en forma acelerada y nuestra vida se va a transformar de una forma impresionante.

Siempre hemos esperado que, al cambiar el calendario, la sociedad y el ser humano cambiemos y nos transformemos en seres mejores. Ahora los cambios serán el fruto de eventos inesperados, pero que no podemos subestimar[i]. El proceso electoral en Estados Unidos ha dejado el concepto de liderazgo y bondades de la democracia muy lastimados. Un mundo que no cuenta con un liderazgo claro puede caer fácilmente en el destino fatal de las confrontaciones militares más violentas, ya no solo entre potencias versus países tercer mundistas, sino fatalmente, guerras entre potencias por repartirse el mundo. Lo cual provoca sufrimiento, destrucción y vacíos en la conducción de la sociedad humana muy profundos.

Una tendencia disruptiva que se pondrá en juego este año 2021, será la capacidad de fingir que los gobiernos pueden endeudarse hasta el infinito sin entrar en quiebra y que los bancos centrales pueden emitir moneda sin límites inundando el planeta de liquidez, generando las brechas entre ricos y pobres más altas de la imaginación.

El mercado laboral está en tensión, se acumula el desempleo y la pobreza en uno de los polos sociales, generando incertidumbre sobre la reacción de las muchedumbres. El exceso de liquidez, por un lado, y el desempleo por otro motivan el lavado, el armamento del crimen organizado, el control de regiones por carteles de la droga y la desorganización de los Estados. Queda una breve salida. Generar una renta mundial promedio para las masas obsoletas por la tecnología y la crisis.

Este 2021 será un año en que el aumento poblacional humano se acercará a los 8 mil millones de habitantes, para un planeta que soporta solamente la existencia de 4 mil millones. Eso significa el sacrificio y extinción de millones de especies animales y vegetales, la presión sobre la escasez alimentaria y la destrucción más rápida de los recursos naturales.

El año preferido para hacer proyecciones de futuro, es el 2021, el año en que se acumulan los problemas de la crisis 2020, y que da lugar a que los pesimistas anuncien el sonar de las trompetas de Jericó, y el juicio sumario de todos los vivos y muertos; los optimistas, también lanzan sus campanas al viento, todo volverá a la normalidad, es decir, el gobierno seguirá siendo ineficiente y corrupto, los humanos seguirán reproduciéndose masivamente, consumiendo todos los recursos del planeta, las especies de animales y plantas se extinguirán y terminaremos viviendo en grandes ciudades “inteligentes”, como jaulas de cemento, manejadas por la “inteligencia artificial”.  El FMI no se queda atrás y nos señala cuál es “…el camino por delante[ii].

Con la ingenuidad que caracteriza a los economistas oficiales, nos señala que “…en el futuro, será necesario llevar a cabo la consolidación fiscal para reconstruir la salud financiera de los países, y será fundamental un amplio diálogo político y social para elaborar planes graduales, transparentes y sostenibles a mediano plazo.”

Este consejo es relevante, los países que quieran sobrevivir en la toma de decisiones estratégicas tienen que rediseñar sus políticas monetaria y fiscal. Con el propósito de fortalecer las cualidades humanas de su población para enfrentar los grandes retos de la actualidad. Hay que diseñar un gasto público eficiente y honrado; que destine por lo menos un 10% del PIB a educación de calidad, otro porcentaje a reconstruir los sistemas de salud para todos y elaborar estrategias para que el empleado público sea eficiente y competitivo. Naturalmente esa tarea la podrán cumplir los líderes políticos y sociales que comprendan que el Estado capitalista endeudado, depredador de la naturaleza y especializado en generar rentas se está agotando.

La salida fácil es concentrar los recursos del gobierno y del sector privado en la construcción e infraestructura. Este gasto mantiene lo más controlado el desempleo y genera ingresos indispensables para mantener el comercio. En el corto plazo el desempleo ni la inflación se disparan. Pero es una ilusión, el gobierno se endeuda y el impacto ambiental puede ser fatal.

De la forma más clara el FMI nos indica: “Deberá prestarse atención al sistema financiero, ya que las pérdidas de empleo y los cierres de empresas generalizados probablemente afecten la salud de los bancos.” El capitalismo entro en su fase de capital financiero, no la última, sino la más tendenciosa, desde finales del siglo XIX. Lo que importa según la teoría tradicional es la salud de los bancos y no de las personas, las sociedades y menos la naturaleza. Bueno, el coronavirus nos ha mostrado que esta visión es falsa. El capitalismo es un sistema increíblemente eficiente, competitivo, transformador, promotor de la ciencia, la tecnología y el aumento de la salud humana. Su gran defecto es la destrucción de las condiciones de vida en el planeta. Lo que no sabemos es sí los humanos tendrán capacidad para construir otro sistema equitativo y eficiente.


[i] https://www.home.saxo/campaigns/pr/2020-h2/saxo-bank-2021-outrageous-predictions-the-future-is-now

[ii] https://www.imf.org/es/News/Articles/2020/12/15/na121720when-it-rains-it-pours-pandemic-and-natural-disasters-challenge-central-americas-economies

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Cristobal Pérez-Jerez

Economista, con maestría en política económica y relaciones internacionales. Académico de la Universidad Nacional de Costa Rica. Analista de problemas estratégicos, con una visión liberal democrática.