Fortaleciendo el subdesarrollo y la informalidad

Análisis

Como parte del plan para generar nuevos empleos y desarrollo, el gobierno central busca crear tres nuevas zonas libres. Lejos de darle privilegios temporales discrecionales a pocos individuos y o grupos, la visión y el objetivo tendría que ser generar las condiciones y ambiente de inversión para todos los individuos siempre.

Exoneraciones tributarias temporales, establecimiento de barreras arancelarias para favorecer monopolios y oligopolios de individuos y clústeres de producción contradicen el principio de igualdad ante la ley que establece la Constitución. O las condiciones se le ofrecen a todos por igual, o se contraria el Estado de Derecho y la Constitución.

Tiene más sentido, y es más duradero volver a todo el país en una zona franca, libre de impuestos. No sólo se cumple la igualdad ante la ley, sino que se atrae inversiones y genera certeza jurídica. Actualmente, un 14 por ciento de los contribuyentes pagan alrededor de un 90 por ciento de lo que se recauda. Sin una ampliación de la base tributaria, sin una penetración bancaria (actualmente menos de un 30 por ciento), con una larguísima lista de trámites para cumplir con todos los requisitos contables, tributarios, comerciales, municipales, ambientales, etc. la tendencia es que el sector informal crece, cuando debería de ser prioridad y la urgencia en el aumento de la formalidad y cumplimiento legal de todos, en nuestro país.

El presupuesto del sector público en 2020 y 2021 (107 mil millones de quetzales, arriba de 15 mil millones de dólares, cada año) duplica lo generado por las exportaciones en 2019 (arriba de los 7,900 millones de dólares). Si se toma en cuenta que un promedio de 85% de lo que cada entidad pública gasta en el año, es para cubrir los sueldos, viáticos, pactos colectivos y privilegios de sus empleados, sindicatos, funcionarios públicos y empleados, la posibilidad de que exista inversión real, es casi nula. El sector público, en total impunidad, se dedica sólo a vivir parasitariamente del pueblo.

Más que crear privilegios y exoneraciones para más individuos y grupos (clústeres, carteles, asociaciones, etc.) nuestra sociedad debe plantearse cómo reducir los trámites, eliminar la burocracia y volver a cada persona más libre, con menos deuda pública per capita. Guatemala requiere de mejor educación, mejor salud, mejor seguridad, mejor infraestructura y de oportunidades reales de desarrollo. El desarrollo únicamente se logra creando las condiciones óptimas, produciendo honestamente y teniendo certeza jurídica para consolidarse y fortalecerse.

Actualmente, 1 de cada 4 quetzales que debiera entrar como pago de impuestos es exoneración y privilegio a entidades como centros educativos (colegios y universidades), centros de culto (iglesias y otros), Organizaciones no gubernamentales, sindicatos, asociaciones, fundaciones, diplomáticos, zonas libres, etc. El sector informal se considera un 84 por ciento de toda la economía. En 2021, las exoneraciones y privilegios fiscales, aproximan los 18 mil millones de quetzales, casi el equivalente a todo lo que el gobierno central gasta en educación pública y universitaria. Tres veces lo que gastaron para “combatir” los efectos de la pandemia del Covid-19.

Sin lugar a duda, tanto el gobierno central como las entidades públicas, no realizan sus funciones, ni cumplen con los servicios esenciales para los que fueron creadas. Únicamente, si inician a cumplir con la Constitución y sistema legal vigente, se podría generar las condiciones y ambiente estable y certeza legal necesaria, como para aproximarnos a un camino real de desarrollo tanto para los ciudadanos como para las inversiones que se puedan atraer hacia nuestro país.

Privilegios, discrecionalidad y falta de certeza jurídica son focos de corrupción, falta de transparencia, tráfico de influencias y colusión. Hoy en día los indicadores, nos sitúan en los puestos más subdesarrollados del hemisferio americano, tanto así que ahora es más usual compararnos con el caos de los territorios del continente africano, que con el resto de Latinoamérica.

La honestidad, productividad y el mérito es nuestro único camino al desarrollo. No hay mentira, populismo o desviación que valga.

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Pablo García Coutiño

Pablo García Coutiño es director de Música Independiente América Latina, también de la Agencia de Noticias de Guatemala, Notigua, y es analista de economía, tecnología y leyes. Twitter: @pdgarciac correo electrónico: pdag25@gmail.com